Mientras la agrupación K define el rol dentro de la estructura partidaria, el futuro presidente se junta con otras agrupaciones juveniles que buscan ocupar espacios de poder
Mientras La Cámpora continúa pensando, en el más absoluto hermetismo, si acepta el ofrecimiento del único casillero que por ahora le ofrecieron para compartir la "lista de unidad" del PJ en la Secretaría de Juventud, su postulante a presidente en esta renovación en la interna del 8 de mayo, el sanjuanino José Luis Gioja igual se mostrará hoy rodeado de juventud. En la sede nacional partidaria, en Matheu al 100, por la mañana, la Mesa Generación Intermedia del PJ, con jóvenes de todo el país, se juntará con el ex gobernador para "brindarle nuestro apoyo como conductor de nuestro movimiento".
Convocados por Federico Salcedo; Facundo Cattáneo, que responde a Juan Manuel Urtubey; Cristian Morales, de Gioja, Adriana Cano, Espartaco Marín y Camilo Vaca Narvaja, entre otros, este sector ya se había reunido con el candidato a suceder al jujeño Eduardo Fellner en febrero. Este mediodía, adelantaron, le pedirán al diputado sanjuanino la creación de la Secretaría de la Generación Intermedia para "poder encuadrar el trabajo de jóvenes generaciones que ya no son JP". Por fecha de nacimiento son equiparables con la cúpula camporista.
Como si esto fuera poco, ante la probable ausencia de la agrupación de Máximo Kirchner en la pelea por el PJ, la Juventud Universitaria Peronista (JUP) apoyó ayer la fórmula Gioja-Daniel Scioli, al tiempo que adelantaron que su objetivo es "ir por los lugares que tiene La Cámpora en el PJ y también en algunas universidades".
Lejos de la acotada presencia juvenil en la lista que entronizó a Néstor Kirchner como presidente del PJ en 2008, desde la Casa Rosada, Cristina Fernández de Kirchner diagramó un organigrama partidario con todos los por entonces presidenciables, hoy en jaque por la Justicia, que incluyó en su nómina a cinco camporistas, junto al actual diputado Eduardo "Wado" de Pedro en una vicepresidencia y como apoderado. Entre los gobernadores, referentes del PJ clásico, reprochaban que el camporismo reclamaba en la previa el 25% de los cargos. "Por territorialidad apenas merecen un 5%", era la réplica.
La jueza federal María Romilda Servini de Cubría convocó a una reunión hoy con los representantes partidarios, ante las denuncias del duhaldismo, bajo la amenaza de la intervención. Por eso, el grueso del PJ, más allá de sus diferencias o miradas con respecto al kirchnerismo, trató de sellar la máxima unidad posible para evitar una contienda electoral imposible de realizar: tanto por dinero como por cuestiones operativas de una inédita interna nacional.
Entre el sinfín de negociaciones, el titular del PJ bonaerense, Fernando Espinoza, se juntó ayer con Gioja para incorporar a sus coprovincianos a la lista de 75 cargos. Mientras pretende para su sucesora en La Matanza, Verónica Magario, la vicepresidencia de la mujer; hizo un mix entre históricos caciques (Alberto Descalzo de Ituzaingó, Alejandro Granados de Ezeiza) con los "debutantes" (Gustavo Menéndez de Merlo, Mariano Cascallares de Almirante Brown). También anotó a su ex compañero de frustrada fórmula Julián Domínguez. De Aníbal Fernández nadie se acordó.
Con delegados de los puntanos Rodríguez Saá en la cumbre que definió el binomio Gioja-Scioli, aún no se descarta el regreso de otro díscolo K: el peronismo del cordobés José Manuel De la Sota. Pero el sanjuanino marcó el límite, una distinción que generaba tanto amor u odio como el cristinismo. "La consigna es abrir las puertas de par en par y que puedan estar todos. Aunque en el caso de (Sergio) Massa la situación es diferente porque tiene una estructura distinta a la nuestra", sentenció el flamante candidato a presidir el PJ.
El frenético reunionismo continuará hasta el último minuto.
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