En el interior rigen los cupos para el combustible, mientras aumentan los precios. El ministro de Economía negocia que Brasil ceda gas de Bolivia para la industria, mientras que sus rivales internos le reclaman que libere pagos de importaciones.
Las estaciones de servicio del interior racionan el despacho de gasoil justo cuando comienza la cosecha gruesa de soja y maíz y los productores agrícolas temen quedarse sin combustible en las próximas dos semanas. La Federación de Transportadores Argentinos (FeTrA), que se ocupan de movilizar los granos del campo a las industrias y los puertos, ha anunciado un paro a partir del próximo lunes y por tiempo indeterminado hasta conseguir respuesta. Mientras, el ministro de Economía, Martín Guzmán, cambió su foco: de focalizarse en la negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI) pasó a centralizarse en la gestión de la escasez de diesel y gas ante la guerra de Ucrania, que amenaza con afectar la actividad económica en general y la exportación en particular, así como el presupuesto de importaciones y subsidios energéticos. El cristinismo lo acusa por las demoras en resolver los faltantes.
Los funcionarios que responden a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner apuntan que Guzmán es el encargado de instruir las compras de gasoil y gas desde el exterior. Es lo que esperan en YPF, que preside Pablo González, y en otras dos empresas estatales, Cammesa, que gestiona Sebastián Bonetto y debe comprar diesel, fueloil y gas para las centrales termoeléctricas, e IEASA, que encabeza Agustín Gerez y que también se encarga de las importaciones gasíferas. Además buscan gasoil en las refinerías privadas como Shell, Axion y Puma. En el equipo económico retrucan que el ministro está ocupándose y por eso las importaciones de energía se han disparado, con el consiguiente daño de la balanza comercial y del déficit fiscal.
Guzmán negocia con Bolivia un mayor suministro de gas natural para evitar tener que importarlo en barco a un mayor precio, dado que Europa está demandándolo para suplir parte del que le llega de Rusia. Se espera una definición a partir del jueves cuando el presidente boliviano Luis Arce llegue a Buenos Aires en visita oficial. Bolivia también elevará su cotización, pero asegurará más suministro en invierno, de modo de evitar cortes en la industria argentina. Enviará el gas que cederá Brasil, que por las lluvias ha recuperado la generación de sus hidroeléctricas y a su vez pretende que se lo compense en verano con gas argentino. Tras la visita de Arce, Guzmán volará ese mismo día a ver a su par brasileño, Paulo Guedes, por esta misma negociación. En el equipo económico analizan si no es mejor exportarle a Brasil directamente la electricidad en lugar de su insumo, el gas. En la visita del presidente chileno, Gabriel Boric, también se conversó sobre la posibilidad de que Chile envíe en invierno a la Argentina parte del gas natural licuado (GNL) que importa del mundo y que sea compensado con gas de Vaca Muerta en verano.
El ministro también mira 2023, cuando debería terminarse el proyectado gasoducto Néstor Kirchner para llevar 25% más de gas de Vaca Muerta a los centros de consumo. Guzmán conversa con YPF sobre la posibilidad de exportarlo también como gas natural licuado (GNL) en barco hacia todo el mundo. Por eso, en las últimas semanas viajó a un congreso mundial del negocio petrolero en Houston, sumó al país a la Agencia Internacional de la Energía y prometió liberar controles de capitales a los dividendos que consigan las inversiones en hidrocarburos.
Pero más allá del gas, ahora en otoño se requiere gasoil para la cosecha. La Federación de Acopiadores de Cereales emitió hoy un comunicado en el que describe el panorama: “La Federación realizó un relevamiento que refleja los problemas con la disponibilidad de este combustible clave en las principales zonas agrícolas del país. Según las fuentes consultadas, existe escasez de gasoil en las zonas productivas para la movilización eficiente de la cosecha. La Federación recuerda que hay dos formas diferentes de comercializar el combustible: 1) el gasoil que se vende en surtidores en las estaciones de servicio cuyo valor ronda los $114 por litro pero su venta está restringida a clientes habituales o con cupos de 20 a 30 litros por auto y 80 a 200 litros por camión; 2) y la venta para el sector agropecuario y las empresas de logística realizada por los agroservicios. En este caso, el faltante es mayor y la disparidad de precios más aún. El valor hasta ahora rondaba entre $125 a $135 el litro, según la petrolera. Pero a esos valores es casi imposible encontrar vendedores sin limitaciones. Este insumo estratégico es fundamental en estos momentos para poder levantar la cosecha de los cultivos de verano (girasol, maíz y soja) y poder trasladarla a los centros de acopio. Es importante aclarar que una cosechadora puede trabajar entre 50 y 60 hectáreas diarias y el consumo de combustible de esas máquinas es de alrededor de 1.000 litros diarios. A eso hay que sumarle el flete del campo a las plantas de acopio y luego a los puertos. Las restricciones en el abastecimiento de gasoil al interior del país y las expectativas de menor oferta futura provocan un incremento en la demanda no satisfecha, lo que incide negativamente en la movilización eficiente de nuestra cosecha en estos momentos cruciales de la campaña gruesa”.
“Se puede decir que en los agroservicios hay faltantes y por lo tanto cupificación y sus valores de referencia oscilan en: Córdoba, $170 el litro de gasoil; centro y norte de Santa Fe, $135/150; Rosario, $144; Entre Ríos: $145/150; norte de la provincia de Buenos Aires, $135/140; centro de Buenos Aires, $140; oeste de Buenos Aires, $ 170; sur de Buenos Aires, $150; La Pampa, $140”, comunicó la Federación de Acopiadores. “Esta distorsión en los precios del gasoil se produce por su escasez relativa. Consecuentemente, la solución del problema está en el abastecimiento fluido de gasoil y no en un aumento de las tarifas de transporte. Para ello ayudaría elevar nuevamente el corte del biodiesel”, se refirió a la mezcla con ese derivado de la soja. “Desde la Federación de Acopiadores esperamos que, a la brevedad, se normalice la disponibilidad de gasoil para las tareas de cosecha y transporte de la campaña gruesa, que permita su comercialización e ingreso de divisas”, finalizó la entidad.
Pablo Roller, un ingeniero agrónomo de Baradero, comentó a elDiarioAR sus penurias: “Está complicado: los proveedores van tratando de respetar a los clientes, pero no les entregan todo el gasoil que necesitan. A mí me entregaron hasta ahora la mitad y para este mes me van a entregar un tercio de lo que había pedido. Esperemos que cumplan la promesa. Normalmente, uno siempre tiene algo en stock, pero lo estamos consumiendo. El despelote va a ser de acá a 15 días. Va a a ser un sálvese quien pueda. La cosecha ya está arrancando a pleno. Todo el mundo está tratando de acopiar y pidiendo más de lo normal. Y las estaciones de servicio no tienen y eso preocupa porque vos podés cosechar, pero si no tenés los camiones para transportar, es complicado también”.
En YPF sostienen que está “haciendo sus máximos esfuerzos de producción, importación y logísticos para sostener la creciente demanda de gasoil en un contexto de escasez internacional de combustibles”. Y agregan: “La compañía aumentó su oferta de gasoil en el mercado durante marzo y los primeros días de abril, alcanzando los mayores niveles de oferta de los últimos diez años. Va a sumar volumen al mercado durante abril y mayo. Como acciones complementarias, reforzó su cadena logística para mejorar el nivel de llenado de los tanques en las estaciones y está trabajando con el segmento industrial, la minería, la energía y los transportes de carga y pasajeros“.
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