El complejo aceitero y cerealero mantiene acopiados 14 millones de toneladas que, al precio promedio actual, implican casi u$s 8500 millones sin liquidar.
Por: Cristian Carrillo.
La cámara cerealera y aceitera (Ciara-CEC) comunicó en su último informe que los productores de soja vendieron unos 14 millones de toneladas menos en lo que va del año respecto de igual período del 2021; esto traducido a divisas equivale unos 8500 millones de dólares que no ingresan a las reservas del Banco Central, obligando a mantener restricciones al acceso billete verde de particulares e importadores y tensionando los precios internos. Se trata de una maniobra que se repite en el tiempo y se exhibe puntualmente cada vez que se busca un efecto electoral (presidencial o de medio término) o para presionar sobre el tipo de cambio.
"Los ruralistas apoyaron profundamente a Macri y han hecho mucho para que llegue a la Casa Rosada". Así lo reconocía el entonces presidente de la Sociedad Rural Hugo Biolcati sobre el final del mandato de Cambiemos, en momentos en que los principales dirigentes de la Mesa de Enlace manifestaban su desencanto por las políticas económicas aplicadas por ese gobierno. Las definiciones, que compartió junto a sus pares de entonces Mario Llambías (CRA), Carlos Garetto (Coninagro) y Eduardo Buzzi (Federación Agraria) en 2019 en el canal Rural.
En esa reunión de "amigos" daban cuenta de la campaña en favor del macrismo, la cual, como suele suceder, se enfocó en acciones directas: tractorazos, lockout y acopio de granos sin vender. Estas maniobras vuelven a verse en las últimas semanas, con una retención de granos en silo-bolsas que complica el ingreso de divisas a las reservas del Banco Central y provocan una fuerte presión cambiaria y, por ende, en los precios internos.
Retener para protestar
En el mismo informe de la cámara patronal se admite que la menor venta de oleaginosos responde "a la decisión del gobierno de aumentar las retenciones de la harina y el aceite de soja; esto es el cambio de las reglas de juego, generaron incertidumbre entre los productores y frenaron sus ventas de soja". La suba a la que hace alusión fue de dos puntos porcentuales --que un año antes se había reducido-- (o sea, quedó igual), mientras los precios de los aceites de soja y girasol se dispararon 20 por ciento desde que se inició la invasión rusa en Ucrania.
"Durante el periodo mayo 2021 y abril 2022, cosecha 2020-21, se confirma una fuerte baja en el ritmo de ventas de soja por parte de los productores, una merma de 14,3 millones de toneladas. En la cosecha 2019-20 , en el periodo mayo 2020-abril 2021 los productores vendieron un total de 17,1 millones de toneladas. En la cosecha posterior 2020-21, en igual período, las ventas totales de productores llegaron a un acumulado de 27,1 millones de toneladas", destaca el documento del Ciara-CEC. "En esta nueva cosecha 2021-22, para el mismo período, las ventas de productores llegaron al menor nivel comparativo de estas ultimas tres cosechas, de 12,7 millones de toneladas", agrega el informe.
De hecho, las estimaciones de las diferencias de precios en los granos, sobre previsiones de cosecha base para este año, anticipaban para este año un ingreso extra (sólo por efecto precios internacionales) por exportación de soja de 2256 millones de dólares; por maíz, de 783 millones y en trigo, de 3882 millones.
Desde el sector productor, apuntan a los pooles de siembra por la retención de granos. Por su parte, los exportadores, además de culpar al productor, responsabilizó al paro de transporte. Por esas medidas de protesta, según el propio informe, "dejaron de ingresar a los puertos más de 1,1 millón de toneladas". Los otros 13 millones son acopio entonces. Este acopio es el que profundiza la restricción externa generando un cuello de botella para la industria que no puede importar insumos, lo que se traduce en mayor inflación.
Presión sobre el dólar
Los productores están esperando si mejora el tipo de cambio, dado que el Gobierno se comprometió a igualar el ritmo de devaluación a la inflación. El dólar aumentó 13 por ciento con una inflación cercana al 17 por ciento. Mientras tanta, los bancos financian a los productores con una tasa de interés menor a la inflación, entonces prefieren tomar crédito que vender los granos.
La menor liquidación también responde a la tensión entre los exportadores y los productores por los menores precios que pagan los primeros respecto de la cotización internacional. Esto es posible porque la intermediación se concentra en pocas manos. Esto impacta directamente en el ingreso de divisas, a lo que se suma la diferencia entre lo que se exporta y lo que realmente ingresa al país, una brecha que se mantiene históricamente en torno al 10 por ciento, aunque en momentos de mayor especulación llega a superar el 20 por ciento.
En abril hubo un ingreso récord de liquidación de divisas, pero eso respondió a la escalada de los precios internacionales de los granos, dado que, medido en volúmenes, se contrajo fuertemente. El complejo agroexportador es altamente concentrado y cartelizados. Las decisiones de ventas y liquidación se toman en conjunto y se negocia cada año. Apenas siete compañías (AGD, Oleaginosa Moreno, Bunge, Cargill, Molino Agro, Dreyfus y COFCO) concentran más del 80 por ciento de las ventas de oleaginosas y cereales. Las cerealeras manejan la liquidación formal de divisas, mientras aplican todo tipo de mecanismos de elusión fiscal y controlan lo que ocurre en los puertos.
El último ejemplo claro de esta situación se dio a fines de 2019, cuando el macrismo perdió las elecciones y el sector agroexportador buscó adelantarse a la posibilidad de una suba de retenciones. "El monto ingresado en noviembre pasado es el más elevado para ese mes desde 2002, a excepción de 2014 y 2019. Desde las PASO de agosto se disparó la inusual venta anticipada ante la previsión de incremento en las retenciones, lo cual finalmente ocurrió, como ya señaló un estudio del Banco Central", explicaba en ese momento la cámara empresaria en un comunicado.
Dolarizar la política
Pese a pronósticos de cosecha récord y precios de granos en máximos históricos, el Banco Central no está sumando reservas. El pago de deuda e importaciones con reservas conlleva implícito el objetivo de recuperarlas rápidamente y hasta superar el monto previo al desembolso. Sin embargo, los silo-bolsas alteraron esa estrategia al diluir los límites de la estacionalidad en la venta de granos y posterior liquidación de divisas por parte de los exportadores.
La retención de granos es una constante. Las cifras que informa la propia cámara cerealera y oleaginosa, dan cuenta de una fuerte retracción de la liquidación en momentos electorales. Para un promedio casi estable de ingreso de divisas del sector cerealero y aceitero de entre 23 y 25 mil millones de dólares anuales, se registraron fuertes caídas en 2019 (liquidaron 16.198 millones de dólares) como respuesta al intento de aplicación de retenciones móviles y en 2015 (19.962 millones) en la previa de las elecciones presidenciales.
A esto se suma cómo se amplía en esos momentos la brecha entre la liquidación y la exportación de granos, que actualmente se ubica en 93,1 por ciento, es decir que restan ingresar sobre lo que ya fue vendido unos 2800 millones de dólares. Un mayor control, que evite este tipo de maniobras del comercio exterior, permitiría sortear la restricción externa, además de desacoplar los precios internos.
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