Concejales que no sesionan. Un contrato que ha acabado en la Justicia. Una tragedia. Políticos que acuden a la palabra desestabilización. La ciudad de Yerba Buena se ha convertido, en las últimas semanas, en un lugar convulsionado. Pese a ese clima de inquietud política -principalmente- su intendente, el radical Mariano Campero, dice que se siente tranquilo. “Soy un hombre honesto. No voy a esconderme. Yo no robo. Por eso, siempre encuentro la fortaleza para salir adelante”, declara.

Sus dichos se producen en momentos en que el Acuerdo para el Bicentenario (ApB), el frente opositor más numeroso de la provincia, denunciara un intento por desestabilizarlo. Por estos días se ha reeditado, también, la controversia por la consultora Reale Dalla Torre (RDT), que ha sido empleada por su gobierno para hacer un estudio de opinión y le ha valido objeciones y hasta una denuncia penal.

- El Acuerdo para el Bicentenario habla de desestabilización de su gobierno. ¿Por qué?

- En Yerba Buena, un grupo de poder ha estado orquestando un golpe tras otro. Se trata de dirigentes, incluso radicales, que se han concentrado en concretar una campaña de hostigamiento. Lamentablemente para ellos, suelo salir fortalecido de las adversidades. 

- ¿A quiénes se refiere?

- No me voy a ocupar en decir quiénes son. Prefiero dedicarme a la gestión. Pocas veces coincido con el concejal Pedro Albornoz Piossek (macrismo), pero creo que ha sido certero al señalar al legislador Ariel García (radical) y al ex intendente Daniel Toledo (peronista). 

- El ApB señaló, también, que echaron a correr rumores de intervención. ¿Le asusta?

- No hay ninguna posibilidad de que eso ocurra. Hemos ganado unas elecciones democráticas. Además, soy un intendente que tiene cuero para recibir y devolver flechas. Estamos mostrando otro gobierno, y eso les molesta a los referentes de la vieja política. Les molesta que haya un intendente joven, que tenga la consciencia tranquila y las manos limpias. 

- En ese documento consignaron que usted recibió en octubre $ 8 millones menos que los fondos que recibió Toledo el mismo mes del año pasado.

- Es cierto; he recibido menos dinero. En el ámbito nacional, ha habido un derrame de coparticipación. Pero eso no ha sido replicado en la esfera provincial.

- ¿Tiene relación con el gobernador, Juan Manzur?

- Hace unos días le solicité una audiencia, a través de una nota. Antes, había hecho pedidos verbales, pero no obtuve respuestas. Justamente, quiero hablar con él sobre esas diferencias con respecto al dinero que nos entrega el Gobierno provincial. La tranquilidad institucional se construye entre todos. Hoy, Yerba Buena es el municipio que más aporta en términos de per cápita, pero no ha recibido lo que le corresponde.

- ¿Cuál cree que es el nivel de aceptación de su gestión en la ciudadanía?

- Pienso que algunos medios de prensa, rentados, han sido parte de este operativo de desprestigio. Contra eso, siento el acompañamiento de los vecinos. El servicio de recolección de basura ha mejorado, aunque falta mucho por hacer. También hemos logrado ordenar el tránsito. Vamos a transformar a Yerba Buena en estos cuatro años.

- ¿Qué opina de la situación del Concejo?

- Creo que los concejales se tienen que hacerse cargo. Representan a un poder autónomo. También considero que los pedidos del concejal Aguirre (Héctor “Pilón”) son irrisorios. Primero objeta una cosa, después otra, y luego vuelve a cambiar. Él y los que lo secundan son cuatro marionetas de ese poder político del que hablé. Están intentando desestabilizar, primero, al Concejo.

- Usted ha sido acusado ante la Justicia Penal por administración fraudulenta, debido a la contratación de la consultora Reale Dalla Torre.

- Primero, quiero dejar en claro que la empresa sí existe. No se trata de ningún fantasma. Luego, debo decir que se le encargó una encuesta como las que se hacen en cualquier ciudad de vanguardia del mundo. Es más, les recomiendo a otros municipios y a la provincia que hagan este tipo de estudios. 

- Según usted, ¿hubo o no irregularidades en la contratación?

- No, en el sentido formal. Se incorporó una dirección local que no era necesaria, y que pudimos subsanar en términos administrativos. El expediente tiene 53 fojas y lo hice público. No existía la necesidad de generar ese documento. Hubo un funcionario del área de Despacho municipal que pensó que ese dato era necesario, y lo incorporó. Tras ese hecho, hicimos un dictamen en el que figuran únicamente las direcciones de Mendoza y de Buenos Aires.

Los partidos que integran el Acuerdo para el Bicentenario (ApB), el frente opositor más numeroso de la provincia, emitieron anteayer un comunicado, a través del cual dijeron que respaldan al intendente de Yerba Buena, el radical Mariano Campero, y denunciaron una maniobra del oficialismo tucumano para desestabilizarlo.

Según esas agrupaciones, desde la Casa de Gobierno y la Legislatura se fomentan acciones destinadas a desacreditarlo. Además, expusieron que el Gobierno de Juan Manzur, pese a haber recibido la restitución de fondos coparticipables de la Nación, ahoga a las intendencias que no responden a su signo político, como es el caso yerbabuenense. Concretamente, consignaron que ese municipio recibió en octubre pasado unos $ 8 millones menos que lo había recibido, un año atrás, el ex intendente peronista Daniel Toledo. Pese a esa afirmación -al analizar los números que constan en las planillas del municipio- se observa que se trata de $ 6 millones menos. 

Los firmantes también consideraron que los intentos de desestabilización son evidentes, pues -a decir suyo- desde el Gobierno provincial se echaron a correr rumores de intervención. “Han utilizado la seducción del Poder Legislativo para quebrar la voluntad de concejales que, electos por nuestro frente político, hoy han perdido el rumbo”, escribieron, en referencia a los ediles radicales Maximiliano García, hermano del legislador provincial Ariel García, y Benjamín Zelaya.

El documento lleva las firmas de referentes como Federico Masso, Sandra Manzone, Walter Berarducci, José Costanzo, Julio Herrera, Ricardo Salas, Enrique Romero, José Páez y Héctor Monayer.