“¿Qué va a hacer ahora Mariano Campero”? La pregunta se oye en los cafés y calles de Yerba Buena. Ocurre que, según el escrutinio definitivo de la Junta Electoral Provincial (JEP), el concejal radical ha resultado electo intendente de esa ciudad.
Pero ahora que la Justicia provincial ordenó que se vuelva a votar -a instancias de un planteo judicial de José Cano y Domingo Amaya, candidatos del Acuerdo para el Bicentenario (ApB)- la gente se pregunta qué piensa él, quien justamente integra ese espacio político de la oposición.
Y Campero responde que a Cano lo acompañará siempre (textual). Y enseguida añade: “vamos a respetar lo que diga la Justicia. No tengo problemas en volver a ir a un comicio. Incluso, creo que el resultado sería más favorable todavía. Nos hemos consolidado con un sector que no nos había votado”.
Cuando se le consulta si teme que ante una eventual nueva votación el peronismo presente un sólo candidato, en vez de cuatro, como ocurrió el domingo 23 de agosto, contesta que no. “La política es dinámica. En el Acuerdo también podría haber modificaciones. Nosotros estamos dispuestos a jugar de nuevo. La gente confía en mí. Y eso es una responsabilidad gigante sobre mis espaldas”.
En las elecciones del domingo 23 de agosto -según el escrutinio de la Junta- Campero obtuvo más de 13.000 votos, entre los 15 candidatos a intendente por ese distrito. Por detrás suyo, quedaron los peronistas Bernardo Racedo Aragón y Sisto Terán Nougués, con unos 10.000 y 9.000 sufragios, respectivamente.
El miércoles por la tarde, la Sala I de la Cámara en lo Contencioso Administrativo declaró la nulidad de esa votación debido a la “magnitud de las anomalías” y ordenó que se vote de nuevo. El Gobierno apeló la decisión. Por estas horas, la Corte debe revisar el fallo.
Mal perdedor
Racedo Aragón suena apesadumbrado. Desde su oficina del provincial Ente de Turismo -dependencia que preside- opina que Tucumán ha tomado el peor camino. “Esta situación no le hace bien a nadie. Todo lo que ocurra de ahora en adelante, será difícil”.
- ¿Usted se presentaría de vuelta en una elección por la intendencia de Yerba Buena?
- No quiero entrar en ese marco. Esto es más fuerte y trascendental. Estamos hablando de la institucionalidad y de los poderes.
Los 110.000 votos con los que la fórmula oficialista, integrada por Juan Manzur y Osvaldo Jaldo, se impuso ante Cano y Amaya -según la Junta Electoral- constituyen una diferencia importante. Al menos eso considera Racedo Aragón. “Es una ventaja grande para decir que hubo fraude”.
También Terán Nougués hace hincapié en esos números. “Un político que pierde una elección por más de 110.000 votos y habla de fraude por irregularidades es un mal perdedor”, sentencia el legislador e integrante de la Comisión de Asuntos Constitucionales e Institucionales de la Legislatura. “El común de las gentes puede ser engañado. Un dirigente político o un periodista especializado, no. Hablar de fraude en este contexto es de pura mala fe. Y le hace daño al sistema democrático. Se trata de una actitud indigna de un demócrata. Raúl Alfonsín se estaría rasgando las vestiduras”, añade.
Finalmente, Terán Nougués se esperanza con que la Corte Suprema de Justicia local “corrija” esta situación, cuando revise el fallo que anuló los comicios. “Cano tendría que reflexionar sobre el grave daño que su actitud intolerante le ocasiona la provincia. Pero, en cambio, persiste en el agravio”, concluye el legislador.
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