Así definen en el equipo de María Eugenia Vidal el escenario de "show" que se viene con la ex presidenta en cancha. La opción Lilita en una contienda complicada para el oficialismo.
"Va a ser una elección de nombres", imaginan los allegados a la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal. Así plantean el escenario hoy, a mediados de febrero, si en un futuro cercano la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner finalmente se decide y anuncia su candidatura. De esta forma, automáticamente también entraría en acción la candidata oficialista, Elisa Carrió. Lo mismo, el renovador Sergio Massa. Siguiendo los cálculos que hacen en la Gobernación, la campaña se transformaría "en un show": una disputa de pesos pesados en territorio bonaerense en la que prácticamente se atacarán a diario y con munición gruesa, a modo casi personal. "Va a ser una campaña Stravaganza", comparan, citando al espectáculo del bailarín Flavio Mendoza. Y así, teniendo en cuenta el panorama complicado que vaticinan las encuestas, la hipotética derrota oficialista la absorbería Lilita y no el PRO.
Como en todo el mundo político de la provincia de Buenos Aires, el tema en Cambiemos es Cristina Kirchner. "Si juega pasa esto" y "si no juega pasa esto otro", advierten. Y esta incertidumbre que logra generar una figura que indudablemente continúa acaparando un altísimo nivel de atención e influencia no solo en la ciudadanía, sino también en los propios dirigentes y armadores, está inquietando a los estrategas de la campaña del oficialismo.
Consultadas por Letra P, distintas fuentes cercanas a Vidal definen con realismo que la elección "está complicada". Aunque relativizan un hipotético resultado negativo, porque es una elección de medio término y la cosecha de votos debería ser muy baja para que pierdan un terreno significativo en las cámaras: "Debería ser una catástrofe", expresan quienes aún continúan sosteniendo que en la sociedad permanece vigente y flotando en el aire la expectativa de cambio. Por eso, insisten con que los candidatos de Cambiemos no serán en principio nombres fuertes, sino más bien dirigentes desconocidos por la mayoría, con buenas gestiones, jóvenes y bendecidos por la figura casi mágica de la gobernadora, que cuenta con un elevado nivel de aceptación en la sociedad, según marcan encuestas y sondeos.
Como lo había anticipado este portal a principios de noviembre del año pasado, los elegidos por Vidal y el presidente Mauricio Macri eran Gladys González y Facundo Manes. "Son ellos dos", le habían confiado a este portal fuentes del equipo de la mandataria. "Va a ser la candidata que metió preso al Caballo Suárez", anticipaban en referencia a la actual titular de la ACUMAR y su rol en el caso del ex líder del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos, hoy detenido "por ser el jefe y organizador de una asociación ilícita para desviar fondos y enriquecerse en perjuicio de los trabajadores", tal como lo define González. Por su parte, el asesor ad honorem en Capital Mental del gobierno provincial ya protagonizaba por ese entonces recorridas por distintos municipios de la Provincia. "Hoy está midiendo muy bien", dicen en Gobernación.
Claro que quien continúa siendo la cara visible de una disimulada campaña viene siendo desde hace meses el primo del jefe de Estado e intendente de Vicente López, Jorge Macri. Cada vez eleva más su nivel de exposición y su trabajo dentro de Cambiemos, liderando los foros de intendentes, viajando a los distritos y estando al lado de Vidal permanentemente.
STRAVAGANZA. Ahora bien, todo este primer plan que vienen tejiendo en la Provincia desde el año pasado pasaría a quedar en segundo plano si Cristina un día se levanta y dice las tan esperadas palabras para algunos y tan temidas para otros: "Voy a ser candidata por Buenos Aires". Ahí, para los estrategas de Cambiemos, el camino a transitar de cara a los comicios daría un giro de 180 grados.
"Hace cuatro o cinco meses el panorama y escenario era otro, incluso en el Grupo Esmeralda, que por poco y jubilaban a Cristina; ahora parece que la cosa cambió", advierten con demasiada cautela en oficinas del palacio platense de calle 6. Es que, si la ex presidenta juega, las fuentes consultadas por este portal descartan que la diputada y líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, no se va a quedar de brazos cruzados y casi instintivamente será candidata. "¿Quién le dice que no?", advirten en Cambiemos. Así, Lilita sería la cara del oficialismo, siempre de la mano de Vidal. "Vidal se lleva muy bien y la quiere", definen.
Lo que pasa es que, si eso se da, lo que también quedaría expuesto en forma automática es la disputa interna entre Carrió y Jorge Macri. "No lo puede ni ver", le repitió a este medio una fuente conocedora de ambos y que no imagina una campaña con ellos caminando a la par por la Provincia.
En la otra avenida, en la del medio, se encuentra el Frente Renovador, la agrupación de Massa, que en los últimos días blanqueó el acuerdo electoral con el GEN de Margarita Stolbizer -algo que se caía de maduro-. En el entorno del diputado nacional tigrense aseguran lo mismo: si Cristina juega, él también, y si no, no.
Y teniendo en cuenta que si el peronismo logra la unidad con la contundente fórmula de Cristina senadora y Florencio Randazzo diputado -otro nombre fuerte, que incluso ya comenzó a aparecer con fuerza a modo de pintadas en las paredes-, ahí disputarían la elección de medio termino las figuras más representativas de las principales fuerzas políticas en territorio bonaerense. O sea, ahí comenzaría la "Campaña Stravaganza", según definen a modo de risa en la Casa de Gobierno.
Stravaganza es el espectáculo que encabeza el bailarín, coreógrafo y director artístico Flavio Mendoza, "en donde hay danza, música en vivo, acrobacias de todo tipo y algo de humor", según describe su página oficial. Más allá de la obra en sí, una de sus características es también toda la atmósfera que rodea a este éxito: escándalos mediáticos con las principales figuras del espectáculo que desfilan por los programas de chimentos y son tapas de revistas, generando horas y horas de debate durante toda la semana con declaraciones explosivas y munición gruesa de todo tipo.
Salvando las distancias y mitad en broma y en serio, en los pasillos de la Gobernación comentan: "va a ser una campaña Stravaganza, va a ser un show". Y si se da tal lo pronosticado, con una oposición peronista armada en unidad y con muchas chances de lograr la victoria, esa hipotética derrota para Cambiemos no sería un golpe directo a Cambiemos en sí, tal como lo analizó otra fuente oficialista consultada por este portal: "si pierde Carrió, la que pierde es ella".
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