Por: Ezequiel Spillman.

Jamás lo tutea. Lo trata de usted. Y siempre lo menciona como “presidente”, como se trata a los exjefes de Estado en el exterior. Las reverencias verbales suponen un respeto y una admiración singulares de Javier Milei hacia Mauricio Macri. Y también la chance de que el creador del PRO tenga una ascendencia única sobre el libertario.

En este marco, el “pacto de Acassuso”, por el cual Macri y Milei sellaron un acuerdo de apoyo mutuo para el balotaje, y que incluyó a Patricia Bullrich y a buena parte del PRO, también supuso una serie de consejos claves para un futuro desembarco en la Casa Rosada.

La historia de la noche del martes 24 de octubre quedará para la historia. Ese día el expresidente convocó al economista de La Libertad Avanza (LLA) al living de su casona y llamó a Bullrich para que se reconciliaran, luego de que la exministra de Seguridad le revelara que había decidido darle su respaldo públicamente.

Cuando llegó la presidenta del PRO, rápidamente Macri quiso distender el reencuentro: “Llegó la montonera”, dijo. “Sí, la que puso bombas en jardines”, le respondió Bullrich. Milei reaccionó rápido: “No, me equivoqué en eso, no creo que seas asesina”. Y se dieron un abrazo. Tras el pedido de disculpas mutuas, comenzaron a dialogar.

La presidenta del PRO había llevado los once puntos de políticas públicas. Los leyó. “En el 90% estoy de acuerdo”, admitió Milei.

No se las vio ni a Juliana Awada ni a Antonia. Solo una empleada que colaboró con las bebidas y el café, que se fue a medianoche.

“Tenés que ver muchas cosas en las que yo pifié”, le planteó Macri. Y puso como ejemplo tres organismos de gestión que, según reveló, le complicaron el gobierno: el PAMI, la Anses y las dependencias que tiene el Ministerio de Trabajo en todas las provincias.

“Ahí tenés que poner gente tuya rápido, si no te copan todo con militantes de ellos. Vas a tener que moverlos enseguida, si no te vuelven loco”, le dijo el expresidente. “Nosotros quisimos nombrar a todos por concurso y nos llevó casi dos años, fue imposible”, agregó.

“Tengo informes sobre varios de esos temas”, le respondió Milei, sentado al lado de su hermana Karina.

En otro tramo de la charla, Macri le expresó: “Te van a hacer una gran campaña del miedo, Massa está en eso. Yo ya la sufrí en 2015 con Scioli, son los mismos brasileros los que la hacen”.

Se refería a un equipo de consultores que trabajaron con Lula da Silva y que hoy asesoran a Massa, y que tienen experiencia en la campaña contra Jair Bolsonaro.

Esa noche, Cristian Ritondo pasó a buscar a Diego Santilli y juntos, sin saber que estaba el libertario allí, fueron al caserón de portón verde que tiene el expresidente. Llegaron cerca de las 23.

Incluso el jefe del bloque del PRO en Diputados fue quien le abrió la puerta de la casa de Macri a Guillermo Francos –futuro ministro del Interior de LLA– y a Santiago Caputo, ascendente asesor y sobrino tercero (hijo de un primo segundo) de Nicolás “Nicky” Caputo, empresario e íntimo amigo del expresidente. Habían pasado las 23 y también se sumó el mendocino excandidato a vicepresidente Luis Petri.

Es altamente probable que, a menos de una semana de la elección, Santilli y Jorge Macri se expresen públicamente “contra el kirchnerismo” y planteen su voto al libertario. Todos se fueron a las dos de la mañana. A esa hora Bullrich les avisó a sus colaboradores que al otro día daría la conferencia de prensa de apoyo público.

El asesor macrista Fernando de Andreis escuchaba y cada tanto mechaba algún bocado. Por estos días manda a decir que él veta y elige ministros del futuro gobierno porteño. Conoce poco a Jorge Macri o le gusta presumir el presunto poder. O ambos.

Con todo, hoy los mensajes de WhatsApp y los llamados entre el creador del PRO y el líder de LLA continúan.

Paralelamente, los colaboradores de Milei vienen contactando dirigentes del partido amarillo para aportar, sobre todo, cuadros técnicos a la megaestructura que supone ocupar el gobierno nacional. En áreas estratégicas ya hubo pedidos: agricultura, pesca, recursos humanos, nuevas tecnologías, y detalles de la gestión día a día, como el expediente electrónico y el engranaje de la maquinaria estatal.

Mientras tanto, Macri, Bullrich y Ritondo activaron a sus asesores para que ayuden en la campaña para el balotaje en materia de fiscales. Son unos 47 mil solo para la Provincia, uno de los epicentros del robo de boletas.

En esto trabajan, del lado del PRO, la exdiputada Paula Bertol, el senador José Torello, a pedido del expresidente, y el ritondista Guillermo Sánchez Sterli, especialista en la fiscalización bonaerense, más la ayuda del equipo de Néstor Grindetti. Y se necesitarán más de 700 mil dólares para solventarlos.

El libertario Guillermo Ferraro junto a Francos deberán ocuparse. Para ello tienen al empresario Eduardo Bastitta, dueño de Plaza Logística, para que ayude.