La cumbre de ayer entre Fernández y el presidente electo habilitó formalmente la transición, pero el panorama es brumoso por la complejidad burocrática y las incógnitas que aún tienen los libertarios en Economia, Seguridad y Defensa. El plato fuerte de este miércoles es el encuentro mano a mano entre las vices en el Senado.
Mauricio Caminos
Aunque se los vio con caras serias, la reunión “amable, respetuosa e institucional” que mantuvieron ayer por la mañana Alberto Fernández y Javier Milei abrió una cuña en el paredón que hasta el mismo lunes por la tarde-noche parecía infranqueable entre el Frente de Todos y La Libertad Avanza. El encuentro entre el presidente saliente y el entrante sirvió para romper el hielo de la transición gubernamental, que igualmente recorre un camino sinuoso en estos primeros días post-balotaje.
Cual efecto cascada tras esa cumbre de las espadas ejecutivas, el segundo capítulo ocurrirá hoy, con el encuentro estelar entre las vices: Cristina Fernández de Kirchner y Victoria Villarruel se verán a solas cara a cara. El perfil combativo de ambas, pero sobre todo la distancia política que las separa, genera tal expectativa para que la foto que se difunda de la reunión agendada para las 17 en el despacho de la jefa del Senado, en el primer piso del Congreso y con ventana hacia la intersección de las avenidas Entre Ríos e Hipólito Yrigoyen, sea mucho más taquillera que la de ayer.
Siguiendo la línea jerárquica, en ambas orillas políticas esperan que la transición se profundice y cristalice mucho más entre las distintas áreas gubernamentales, pese a que ya hubo contactos subterráneos de un lado y otro desde la misma noche del domingo. A Milei lo apura el reloj: en menos de veinte días tiene que tomar el poder. Y operativamente es un proceso por demás complejo porque, según prometió, recortará una decena de los 18 ministerios actuales. Esa poda en el organigrama supone el diseño de una nueva arquitectura burocrática que involucra desde la absorción de funciones al traspaso de ciertas secretarías entre carteras todavía no creadas, con una biblioteca entera de decretos y formalidades legales para cumplir.
“Es un quilombo, porque lo que va a haber es diferente a lo que ya hay. Es como hacer un triángulo con un círculo”, metaforeó una voz que estará en la cúspide de uno de los futuros ministerios más importantes que tendrá Milei. “Los veo un poco abrumados entre los cargos que quieren ocupar, cerrar y limpiar”, comentó un exfuncionario macrista que participó activamente en el último tramo de la campaña libertaria sobre la complejidad de arribar al Estado: “Cuando llegas tenés que ver los organigramas y a veces no están; o te pasan los presupuestos y tenés que saber leerlos. No es fácil”.
Ayer por la tarde, la cuenta oficial en X de la “Oficina del Presidente Javier Milei” fue mucho más formal al respecto de la transición: “Los equipos técnicos se encuentran iniciando conversaciones con todas las áreas de Gabinete Nacional a fin de emprender una transición ordenada y responsable”.
Siguen las incógnitas en Economía, Seguridad y Defensa
Pese a ese avance que se comunicó oficialmente, Milei mantiene la incógnita pública de quiénes serán sus ministros en tres áreas claves: Economía, Seguridad y Defensa. En esas carteras la transición está empañada. Sergio Massa ya se despegó del tema al designar como sus representantes para traspasar la llave del Palacio de Hacienda a un “cuarteto” conformado por el secretario de Política Económica, Gabriel Rubinstein; el jefe de Asesores del Palacio de Hacienda, Leonardo Madcur; el secretario de Hacienda, Raúl Rigo, y el presidente del Banco Central, Miguel Pesce. Sin embargo hasta ahora no trascendió quiénes serán la contraparte, más allá de que Federico Sturzenegger suena para arribar al cargo y Emilio Ocampo iría al BCRA.
Sí comenzó la transición en una cartera económica subalterna: el actual secretario massista de Agricultura, Ganadería y Pesca, Juan José Bahillo, ayer se reunió con los encargados del área para Milei: Fernando Villela, Pedro Vignau y Germán Paats.
Las carteras de Seguridad y Defensa se supone que quedarán bajo la órbita personal de la vice Villarruel, pero sus nombres siguen bajo secreto. Ayer distintas fuentes del PRO negaron a este medio que Patricia Bullrich pueda volver a hacerse cargo de Seguridad, pese a su experiencia en el área y a la flamante alianza entre los libertarios y el macrismo. Una fuente que estuvo en la gestión entre 2015-2019 entendió que Villarruel debería mantener las carteras “separadas”: “Las leyes y normativas son muy distintas. Son dos áreas monstruosas”, apuntó la voz consultada.
Más allá de la incógnita sobre los responsables, ayer el actual ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, recibió a las dos principales espadas políticas libertarias: Nicolás Posse, futuro jefe de Gabinete, y Guillermo Francos, ministro del Interior. Como publicó elDiarioAR, la agenda tuvo más que ver con el tema adicional de la custodia del presidente electo y la presentación extraoficial de que el comisario general Luis Alejandro Rolle sería el futuro jefe de la Policía Federal.
En el marco de la transición, Posse y Francos aún no se mostraron con sus pares oficialistas: Agustín Rossi, que acompañó a Massa en la fórmula de Unión por la Patria, y Eduardo “Wado” de Pedro, el único camporista en el gabinete actual.
Caras serias en el encuentro de ayer entre Fernández y Milei en Olivos. PresidenciaEl traspaso de mando en otras áreas
Para las próximas horas se espera una foto entre Gabriel Katopodis, actual ministro de Obras Públicas, con Guillermo Ferraro, designado por Milei como jefe de la súper-área de Infraestructura. “La agenda ya está habilitada para que se encuentren”, recogió este medio en uno de los lados de la campana. ¿Ferraro ya está confirmado?“, recibió elDiarioAR como respuesta cuando consultó cerca del actual ministro. Los libertarios tienen ahí el desafío de coordinar cómo recibir los comandos de las distintas secretarías que aglutinará esa nueva cartera: Energía, Transporte, Obras Públicas y Vivienda, Telecomunicaciones y Minería, hasta hoy repartidas en tres ministerios independientes.
Otra gran área que tendrá un cambio de mando complejo será el que lleva el pomposo nombre de Capital Humano. Sandra Pettovello tendrá bajo su órbita cuatro secretarías que hoy son ministerios totalmente separados: Educación, Salud, Trabajo y Desarrollo Social. Desde la vocería de dos de esas carteras aseguraron al cierre de esta nota que todavía no había habido contacto desde La Libertad Avanza para agendar un encuentro de transición.
En Justicia la transición debería ser más ordenada a partir de que el enroque es uno a uno: entre el flamante libertario designado Mariano Cúneo Libarona y el saliente Martín Soria. Tampoco allí levantaron el teléfono aún, confirmaron a este medio desde el Gobierno. Por ahora, según publicó La Nación, el futuro ministro mileísta solo estuvo en contacto con el exministro macrista de esa cartera, Germán Garavano, para que colabore con alfiles suyos en la futura gestión.
En Cancillería, a cargo de Santiago Cafiero, también estaban a la espera de una reunión con Diana Mondino, quien fue ungida ya en la campaña por el propio Milei como su ministra de Relaciones Exteriores. Del área dependen a su vez el sinfín de embajadas y consulados argentinos repartidos por el mundo, aunque esos cargos diplomáticos pueden ser políticos o no. Los embajadores en la treintena de destinos más importantes deben contar con la aprobación de la comisión de acuerdos del Senado y los diplomáticos de carrera pueden ser designados directamente por el canciller.
Pese a la motosierra que pasará Milei por la burocracia estatal, el tablero requiere del movimiento de sus fichas. Todo podría decantar luego de lo que haga hoy Cristina con Villarruel. Como entendió anoche un oficialista: “Hay que esperar a que ella juegue”.
Comentá la nota