El ministro de Turismo y Deportes pasó de realizar una elección récord para el peronismo metropolitano a ser la carta de UC para la Legislatura. El Previaje, su caballito de batalla.
Por Juan Pablo Kavanagh
A mitad de agosto de 2019, Matías Lammens logró algo impensado: obtuvo 32 puntos en una elección a jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, cifra inédita para un frente con el kirchnerismo adentro en un bastión PRO por excelencia. Esa performance fue su carta de presentación en la política grande y le sirvió para encabezar el ministerio de Turismo y Deportes de Alberto Fernández. Pero no tendrá revancha para liderar la sede porteña de gobierno y su camino quedó supeditado a integrar una banca en la Legislatura. ¿Su apuesta? Encabezar el bloque de Unión por la Ciudad.
El funcionario quedó como cabeza de la papeleta de la coalición opositora a nivel citadino para el Parlamento local, un puesto al que arribó luego de intensas y ásperas negociaciones entre todos los sectores de la alianza, compuesto por La Cámpora; el Nuevo Espacio de Juan Manuel Olmos, el vicejefe de Gabinete; y la pata que conduce Víctor Santa María. Un dirigente del PJ, al tanto de las discusiones, mencionó ante Letra P que el nombre de Lammens se barajó para distintos escenarios. Uno, fue lógico: el de pelear nuevamente por la sucesión de Horacio Rodríguez Larreta. No obstante, se privilegió para ese lugar en la boleta a Leandro Santoro, con encuestas favorables.
Otro esquema hipotético incluyó la chance de que Lammens integrara la boleta para la Cámara baja, algo que no pudo ser ya que Máximo Kirchner hizo todo lo posible para cuidar a los suyos y a Paula Penacca, referente del kirchnerismo en la Ciudad, se quedó con el primer lugar. Otras figuras de relación con el diputado nacional también obtuvieron lugares de relevancia en esa nómina, como Eduardo Valdés, Lorena Pokoik e Itai Hagman.
El expresidente de San Lorenzo aceptó ir a Perú 160, sede de la Legislatura, y cerca suyo marcan que no es una decepción luego de los comicios de 2019. Al contrario, creen que es una oportunidad para seguir fortaleciendo su agenda porteña de cara al futuro. El ministro nunca ocultó su deseo de ir por el sillón principal de Uspallata 3160 y hoy transita entusiamado sus días de doble rol, como miembro del gabinete nacional y prepostulante.
En su análisis del panorama, como señalan ante este medio quienes están a su lado, ve una “descomposición de Juntos por el Cambio con su interna a cielo abierto” gracias a la tensión palpable entre sus dos ofertas porteñas. “Jorge Macri es un pésimo candidato, por su pasado como intendente de Vicente López y representa una cuestión feudal del macrismo. Y Martín Lousteau nunca termina de instalarse”, grafican.
En la dirección contraria, cerca del ministro destacan el proceso de unidad de la alianza que integra, con una característica que siempre puso sobre la mesa: que se debía encarar una propuesta electoral netamente local, de porteños para vecinos y vecinas. Con esa premisa, hace unos meses, junto con Santoro, Graciana Peñafort y Claudia Neira (del espacio de Olmos), Lammens fue uno de los que dio el puntapié inicial al debate del entonces Frente de Todos, con una foto que fue criticada por dirigentes del kirchnerismo, que argumentaron que no se podía pensar en una estrategia desconociendo la situación judicial de Cristina Fernández de Kirchner, cuando se enarbolaba la bandera de la proscripción. De ambos lados hoy dicen que la tensión se esfumó.
La campaña de Lammens se encuentra focalizada en el territorio, con dialogo con vecinos y vecinas, y en el mano a mano con distintos sectores con lo que trabó vínculo desde su lugar en el equipo nacional de Fernández: clubes de barrio, hoteleros, pymes, gastronómicos y comerciantes. En los últimos años, trabajó distintas políticas de la Ciudad, como el acceso a la vivienda y los alquileres, uno de los flancos de la gestión metropolitana de JxC.
Su traje de ministro también aparecerá a la vista, sobre todo con el Previaje, una marca que benefició a más de 7 millones de turistas y que fue elogiada por los dos lados de la grieta, tanto por la titular del Senado como por Patricia Bullrich; más de 5 mil obras en clubes de todo el país; y un turismo interno y receptivo con números elocuentes. “Durante el último trimestre, ingresaron más turistas al país que en la prepandemia. El país tuvo superávit en su balanza turística: más viajes de turistas no residentes a la Argentina que viajes de turistas residentes argentinos hacia el exterior”, se puede leer en un informe de la cartera.
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