En una bochornosa sesión en Diputados, el kirchnerismo impuso de forma exprés a los funcionarios Julián Álvarez y Juan Ignacio Forlón en la Auditoría General de la Nación. La oposición se retiró “indignada” y fustigó el atropello K.
Puede que el kirchnerismo entregue el gobierno, pero no el poder. Y ayer quedó demostrado en la sorpresiva (para la oposición) pero premeditada (para el oficialismo) votación en la Cámara de Diputados, que culminó en escándalo. Porque, a casi un mes de que Cristina Kirchner deje la Casa Rosada, se impuso, de forma exprés, el nombramiento de dos dirigentes de La Cámpora, Julián Álvarez y Juan Ignacio Forlón, en la Auditoría General de la Nación (AGN), el organismo presidido por el radical Leandro Despouy y que se encarga de controlar las acciones del Ejecutivo.
Álvarez era secretario de Justicia Nacional e integraba el Consejo de la Magistratura como representante del Poder Ejecutivo. En las elecciones del 25 de octubre fue candidato por el kirchnerismo; La Cámpora lo postulaba como intendente de Lanús, pero perdió contra el aspirante de Cambiemos, Néstor Grindetti. En tanto, Forlón, que era presidente del Banco Nación, ascendió políticamente gracias a los Kirchner y su larga amistad con Máximo.
Sus mandatos en la AGN comenzarán el 15 de diciembre y se extenderán por ocho años. Desde allí, se prevé, desplegarán todos sus artilugios para proteger a Cristina cuando se quede sin fueros y se vuelva tan vulnerable y pasible de justicia como cualquier ciudadano.
Fue tal el atropello K ayer, que la oposición (UCR, PRO, massismo) se retiró “indignada”, denunciando la “irregularidad” de la designación, por no estar incluida en el temario de la labor parlamentaria, por introducirse sin la reglamentaria aprobación de los tres cuartos de los miembros presentes en el recinto y por no esperar hasta el recambio del 10 de diciembre para elegir a los integrantes de la AGN.
Una confesión de partes
Según le aseguró a Hoy el diputado nacional por Unidad Popular, Claudio Lozano, “La sesión de hoy (por ayer) fue desopilante. El oficialismo violó todos los límites para nombrar a estos auditores. Lo hicieron sin quórom, porque la oposición se retiró de forma masiva, en una votación nula e irregular”.
Para Lozano, “el principal preocupado de todo esto debe ser [Daniel] Scioli, porque dan la impresión de que van a perder y por eso buscan tener el control mayoritario sobre un organismo que podría auditar la gestión del gobierno saliente. Está claro que buscan impunidad”.
Esto explica la desesperación y el apuro del kirchnerismo, que podría haber nombrado a Álvarez y Forlón en la sesión del 25 de noviembre, tres días después del balotaje presidencial. Pero, independientemente del resultado de esos comicios, el gobierno ya se garantizó el control absoluto del presidente que asumirá el 10 de diciembre. Si gana Mauricio Macri, los K ocuparán la presidencia de la Auditoría, que le corresponde al principal partido de oposición, y tendría 5 de los 7 miembros de la AGN.
“Es casi una confesión de partes”, argumentó a nuestro diario la diputada nacional por Proyecto Sur, Alcira Argumedo, y explicó lo que, de tan evidente, ya es burdo: que Cristina, antes de irse de la Rosada, se precipita “para llenar espacios donde pueda haber algo judicial o se vaya a investigar la corrupción, pero la trampa de ayer fue de una torpeza inaceptable”.
Un conchabo que llegaría a la Justicia
“Ustedes creen que se pueden llevar el mundo por delante siempre -reaccionó durante la sesión de ayer la diputada Graciela Camaño (Frente Renovador)-. Pudieron haber hecho las cosas correctamente, pero prefirieron tomar juramento a dos funcionarios, sin quórum”, y vociferó, indignada, “los han hecho jurar como ladrones e irse con un papelito abajo del brazo y ya tienen conchabo para los próximos ocho años”.
Camaño también criticó la actitud del presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez: “Es una vergüenza, señor presidente, lo que ha hecho usted, casi al final de su mandato se ha vulnerado todo, y lo han hecho por inoperancia y lo han hecho por soberbia”.
La indignación fue compartida por el diputado Pablo Tonelli (Pro), quien anticipó a Hoy que su bloque analizará llevar el tema a la Justicia, “porque buscan una Auditoría para lograr la impunidad”.
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