En diálogo con los vecinos, con café de por medio, se charló sobre temas fundamentales que preocupan a la población, entre los que se destaca la problemática del Vivero y el temor por posibles nuevos incendios ante la perspectiva de un año de sequías.

Además, se planteó la falta de debidos controles policiales y de inspectores de tránsito, sobre todo en la Avenida 26 que según algunos pobladores “se la toma como una pista” por parte de conductores imprudentes. Más allá de estas situaciones se destacó que las condiciones del pueblo han mejorado en cuanto al aspecto y la imagen en general.

Por otra parte en referencia exclusivamente a las playas –las que luego recorrieron- los pobladores manifestaron su desconcierto y preocupación ante el fenómeno natural que se ha presentado que barre la arena de la costa, dejando al descubierto gran cantidad de piedras, lo que hace que el espacio para el turismo se vea notablemente reducido.

Antes de partir recorrieron el proyecto de olivares en el Vivero y dialogaron con el emprendedor Marcelo Abraham, quien les mostró los avances del mismo y a la vez les planteó las dificultades y preocupaciones que van surgiendo en cada paso.