Se acerca el momento de cerrar las listas, aunque Vidal y los suyos ya tienen todo cocinado. Con el antecedente de Córdoba son muchos los boinas blancas que quieren PASO donde está “prohibido”. Las posibles salidas. La reacción del Pro.
Varios de los radicales que tienen un pie afuera y otro adentro de Cambiemos presionan, cuestionan, reclaman mayor atención, se hacen notar; aunque tienen en claro que a esta altura no van a lograr más de lo que han logrado. Se trata -si se quiere- de un último intento. Por caso, en la provincia de Buenos Aires, Vidal y los suyos ya definieron el nombre del candidato a intendente “oficial” en todos y cada uno de los 135 municipios (aunque habiliten las PASO). Obviamente, todavía no lo van a blanquear.
Los protagonistas saben cómo viene la mano, pero prefieren especular, subirse el precio. Lo cierto es que algunos de los aún “rebeldes” no van a tener otra alternativa que agachar la cabeza y conformarse con un tercer o cuarto lugar en la lista de concejales o, en el mejor de los casos, con la boleta corta. Otros, en tanto, no van a tener siquiera esa posibilidad; tendrán que jugar por afuera, con una papeleta vecinal o con Roberto Lavagna; esta última, la más nueva de las salidas.
En Cambiemos los llaman “los radicales que se portan mal”. Y, claro está, no son de la línea de Daniel Salvador. Como es sabido, el vicegobernador no suele cuestionarle absolutamente nada a Vidal; por eso, la relación entre ambos es tan fluida. Pese a que hay rispideces (después de la ruptura en Córdoba), Buenos Aires es una de las provincias donde mejor está la UCR con el Gobierno. Cabe recordar que la mandataria les hizo saber en la cara a los radicales que su compañero de fórmula aún no estaba definido.
Y nadie dijo ni “mu”, al menos en ese momento. Principalmente, el problema sur-ge en los distritos donde gobierna el Pro (también alguno que otro del centenario partido). Los radicales díscolos no logran entender que se va a respetar a los jefes comunales. Claro, algunos ocupaban ese puesto en 2015 y se quedaron afuera en las PASO contra un rival amarillo. Uno de los casos se da en Nueve de Julio, donde está decidido que Mariano Barroso será el único postulante oficial de Cambiemos. Y Walter Battistella, exalcalde, está que trina.
“Donde Cambiemos no es gobierno se in-tentará un acuerdo. Si no se logra, el radicalismo podrá presentar una sola lista para competir en las primarias. Donde sí gobierna Cambiemos (por ejemplo, Bahía Blanca), debe agotarse la posibilidad de acuerdo. En caso contrario, quien pretenda ser precandidato no podrá compartir boleta con María Eugenia Vidal y Mauricio Macri”, clarificó recientemente el presidente del radicalismo bahiense, Emiliano Alvarez Porte, tras un encuentro en Monte Hermoso.
Volviendo a Nueve de Julio, Battistella insistía hasta no hace mucho con ser candidato con el sello radical, aunque si le dan a elegir prefiere que la UCR se aleje de Cambiemos. Hoy por hoy, a sabiendas de que no tendrá lugar, prepara un partido vecinal para competir por afuera, situación que, por supuesto, festejan en el peronismo. Es importante recordar que en 2015, el por entonces alcalde ya se mostraba molesto con el acuerdo con el Pro, e incluso deslizó algún que otro elogio para Daniel Scioli.
En tanto en Pergamino, el ex jefe comunal y exdiputado nacional Héctor “Cachi” Gutiérrez arrancó a principios de febrero con una fuerte campaña de afiliación a la UCR y, en lo que respecta a la gestión local, suele mostrarse más duro que el kirchnerismo (por estos días pide a gritos la renuncia del secretario de Seguridad municipal, Karin Dib). Claro, el intendente es el ma-crista Javier Martínez y, al igual que en Nueve de Julio, será erigido como el único postulante de Cambiemos. Desde el entorno de Gutiérrez sueltan que el exlegislador podría ser parte del futuro armado del ya mencionado Lavagna.
En Quilmes, distrito liderado por el Pro, también un sector del radicalismo se “porta mal”. El diputado oficialista Fernando Pérez, exfuncionario del jefe comunal, Martiniano Molina (Pro), aún no se decide a despegarse del todo. Sabe que no habrá PASO oficialista y le quedan dos años más en la banca. Por ahí pasa la duda. De todos modos, ya desplegó varios carteles con la leyenda “Fernando Pérez 2019”. Los mismos son de color violeta, nada que ver con Cambiemos. Por estos lares, también aguardan por las definiciones del exministro de Economía de Duhalde y Kirchner.
En Olavarría, distrito más poderoso de la Séptima, el intendente, Ezequiel Galli, no tiene muy buena onda con la nueva conducción del radicalismo. Tanto que el extitular del Concejo, Franco Cominotto, dijo que el vínculo asciende al “cero por ciento”. “Si no se pueden conciliar posiciones, que la gente diga con su voto cuál es el candidato y posición que prefiere”, resaltó el referente radical, dejando en claro que va a ir en busca de las PASO, por más dificultosa que sea la empresa.
Algo similar sucede en Bragado. La diferencia radica en que los rojiblancos ya eligieron a su postulante: nada más y nada menos que el ex jefe comunal (tres períodos) Orlando Costa. De todos modos, vale aclarar que desde el comité que conduce Rafael Acuña señalan que el intendente, Vicente Gatica, “aún no decidió si va a ir por la reelección”. Tal vez, en caso de que este último, finalmente, se defina por el “sí”, la UCR se incline por acompañar. Igualmente saben que en Gobernación tienen el pulgar para abajo.
Por su parte, el radicalismo de Pinamar, representado por los concejales Lucas Ventoso y Augusto Urrizola, empieza a querer marcarle la cancha al intendente, Martín Yeza. En principio reclaman que sus correligionarios tengan más lugares en el gabinete municipal. Pero, también, ya soltaron en un par de oportunidades que si no hay un acuerdo que llegue de manera natural “hay posibilidades de que se realice una sana competencia en las PASO”.
Sobran los ejemplos a lo largo y ancho de la Provincia. La situación económica, los tarifazos y las encuestas que no les dan para nada bien a los cabezas del Pro llevan a los radicales a animarse a tirar para adelante, más allá de que, como se dijo, sea simplemente un último intento, un manotazo al aire, si se quiere. Entre ellos, los boinas blancas de La Matanza, el distrito peronista en el que, supuestamente, se definen los comicios bonaerenses. “Queremos que se constituya la mesa de Cambiemos lo-cal”, dijo, sin vueltas, ante La Tecla el integrante del comité local Gustavo Barresi.
“Estamos en conversaciones; la idea es ir con candidatos propios. Una parte de la comisión de la mesa chica pidió un tiempo. Por lo pronto, empezamos a caminar. Vamos a esperar la Convención nacional y, después, la de la Provincia. Manejamos algún nombre, pero va
a quedar supeditado a lo que suceda este tiempo. Si bien Alejandro Finocchiaro ya venía hablando de su candidatura, recién se lanzó este año. Y nosotros estamos pidiendo que se constituya la mesa de Cambiemos”, agregó el dirigente de la Tercera.
Al igual que los descontentos del resto del Conurbano y el interior, solicitan la oportunidad de salir a la cancha. Pero no tendrán suerte. La propia conducción radical les bajó el pulgar. Se abrazan a la decisión que tomen las todavía sin fecha convenciones nacional y provincial, aunque las probabilidades de cambio son escasas. Y también a lo sucedido en Córdoba, donde el mandamás de la capital competirá con la lista 3 contra el candidato de la Rosada; y a lo ocurrido en Neuquén, donde un diputado del Pro, Leandro López, pidió votar a Gutiérrez (MPN) y no a Quiroga (UCR).
La lista negra de Gobernación: ni Paso, ni boleta corta; afuera
Las decisiones sobre las listas locales se tomarán en calle 6, y las tomarán, principalmente, la Gobernadora, María Eugenia Vidal, y el jefe de Gabinete, Federico Salvai. Los intendentes de Cambiemos, salvo que quieran ellos, y alguna que otra excepción, no tendrán que pasar por las primarias. Los que les deseen competir deberán ir por afuera, con una boleta vecinal.
En tanto, en los distritos en los que no manda el oficialismo y el candidato “sin tierra” no es una fija, sí se habilitarán las PASO. En otros municipios, algunos candidatos tendrán la posibilidad de jugar con la boleta corta. Algunos, no todos.
En Gobernación confeccionaron una nómina de dirigentes que aún son parte del oficialismo que no aparecerán en papeleta alguna. “Si tuvieran la posibilidad de irse, se irían”, asegura una fuente cercana a Casa de Gobierno, a la vez que agrega: “Son esos que en el último tiempo no jugaron en equipo, no bancaron la parada en los momentos más complicados y prefirieron vender humo para la tribuna, ya sean macristas, radicales o de Lilita (Carrió)”.
El listado, por supuesto, está bajo siete llaves y no hay posibilidad alguna de acceder al mismo. Pero, por ejemplo, en Punta Indio, donde gobierna el peronista Hernán Y Zurieta, sólo jugará con la boleta de Cambiemos el macrista funcionario nacional Juan D’Amico. Y en Alberti, donde manda el también justicialista Germán Lago, la señalada es Silvina Vaccarezza.
Vale resaltar que entre esos que no jugaron en equipo se encuentra el intendente marplatense, Carlos Arroyo, por ahora el único mandamás de Cambiemos al que le van a habilitar elecciones primarias. ¿Quienes serán sus rivales? Según una fuente muy cercana a Vidal, “aún no está definido, pero probablemente sea una ‘gran PASO’”.
El caso Mar del Plata
El jefe comunal de Mar del Plata, Carlos Arroyo (Agrupación Atlántica), es considerado en Gobernación como “el intendente rebelde de Cambiemos”. Por eso, y por “la necesidad de juntar votos”, es que se viene una gran PASO. Entre otros participarían Guillermo Montenegro (Pro), Vilma Baragiola (UCR) y Maximiliano Abad (UCR). También el espacio del alcalde.
El caso Tandil
Uno de los pocos jefes comunales que tendrían que atravesar una primaria es el tandilense Miguel Lunghi; pero no porque así se haya decidido en Gobernación, sino porque esa sería la voluntad del histórico boina blanca. El rival, en este caso, sería el concejal Marcos Nicolini, de buena relación con el Ejecutivo local. “Queremos construir una alternativa dentro de la línea que conduce Tandil. Creemos que es momento de al-ternancia y trabajamos por que no haya un quinto período, que van a ser 20 años, con la misma persona gobernando la ciudad”, expresó Nicolin
Lavagna-Alfonsín, una dupla que ilusiona a los radicales descontentos
Ricardo Alfonsín, Juan Manuel Casella y Federico Storani son algunos de los radicales que están decididos a jugar por afuera de Cambiemos, aunque, como el resto de los descontentos, van a esperar lo que decida la Convención del centenari partido. Coinciden en que el rol del radicalismo en el frente ha sido el de un mero acompañante. Por caso, el primero de los dirigentes mencionados sostuvo días atrás que el vicegobernador, Daniel Salvador, “se limitó a tocar el timbre en el Senado”.
Además, el hijo del ex presidente Raúl Alfonsín expresó ante La Tecla que “la idea es formar un frente amplio, que in-cluya a todos, que no excluya ni al Pro ni al ARI, pero que les abra las puertas también al socialismo, al GEN y a un sector del peronismo”. Consultado respecto del último espacio, no dudó en mencionar a Robero Lavagna, con quien ya fueron compañeros en el frente UNA en 2007. Incluso se rumorea sobre una eventual fórmula entre Lavagna y Alfonsín. Al respecto, el chascomunense no negó ni ratificó nada, e insistió con la definición que tome la Convención, re-cordando que en 2015, por 188 votos a 114, se impuso la propuesta de un frente más cerrado, que sólo incluyó al ARI y el Pro (la otra iniciativa incluía, también, al socialismo y el peronismo de Massa). “Lavagna es un gran dirigente. Me junté con él en enero y lo he hecho en oportunidades anteriores. Ha demostrado ser un muy buen piloto de tormentas. Y claro que hay personas trabajando en lograr un acuerdo programático”, reconoció Alfonsín, aunque reiteró que las definiciones se tomarán en el encuentro a realizarse en Jujuy.
¿Cuál va a ser el resultado? “Hay muchos convencionales que me dicen que no quieren más esta situación, y tampoco volver a antes de 2015; imagino una votación pareja, ya veremos qué sucede”, completó el ex diputado nacional, crítico del gobierno Pro.
Los anti Cambiemos, en manos de la Convención nacional
Aquella recordada Convención de Gualeguaychú en 2015 habilitó a la UCR a integrar el Frente Cambiemos con el Pro y la Coalición Cívica. Los que estuvieron a favor sostienen todavía que tuvieron razón, que el acuerdo fortaleció al centenario partido. Los de la vereda
de enfrente, los negados, ya no miran atrás, sino que esperan con ansias que se ponga fecha a la nueva Convención, la cual tendrá lugar en Jujuy, seguramente en el mes de mayo. Vale destacar que el organismo es liderado desde 2017 por el exministro de Trabajo cordobés Jorge Zappia, quien tiempo atrás, sin vueltas, expresó que “el radicalismo tiene que presentar candidato en Cambiemos, definir qué agenda de propuestas políticas llevar y tratar de realizar la interna”.
A esas palabras se abrazan los anti-Cambiemos. “Las definiciones llegarán después de la Convención”, dijo ante este medio el exmandamás de Nueve de Julio Walter Battistella, esperanzado en que la ruptura se dé lo antes posible. “Hay chances que así sea, no perdemos la esperanza”, agregó el exdirector de la Región Sanitaria II (N de la R: había asumido en el cargo tras perder el distrito en 2015 y se fue hace un tiempo, cuando sus críticas al Pro se hacían cada vez más notorias). El propio jefe del partido, el gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, luego de un encuentro de mandatarios radicales realizado en Corrientes, señaló que “la definición de una estrategia electoral se dará cuando tengamos la Convención nacional de nuestro partido, que todavía no está convocada y la estimamos para fines de abril o principios de mayo”.
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