Macri puede darse por satisfecho. Todos los concejales renuevan en 2019. Por bajo que sea su nivel de votantes, ganará ediles. Si mantiene la cifra de su primera vuelta puede colocar cuatro y hasta cinco concejales según el sistema d'Hondt. Salvo en Lomas de Zamora y Brown, puede hacer pata ancha con el peronismo dividido y enfrentado.
El frente Cambiemos enfrenta en estos momentos una situación complicada en el terreno social y económico, incluso reconocido por el mismo Presidente de la Nación, Mauricio Macri, que siente “dolor” por las medidas que está tomando, “dolor” que parece estar acompañado por los editorialistas del diario Clarín, que cada semana le reclaman acciones más concretas para que el Ejecutivo no se pierda en los laberintos económicos y descuide los sectores más carenciados que siempre es la espoleta de la granada social.
Con un ojo en el ministro de Hacienda Adolfo Prat Gay y otro en las urnas para el 2017, el PRO no parece estar demasiado preocupado por las legislativas por dos razones que hoy se le presentan como supremas. La primera razón es el voto totalmente fragmentado del peronismo y la segunda y quizás la más llamativa es que el macrismo no tiene nada para perder en los Concejos Deliberantes, al contrario, todo es para ganar por pequeño que pudiera llegar a ser el porcentaje de votos, que se sabe que en elecciones intermedias son mensajes de la gente para aprobar o pedir que se corrijan los rumbos.
Ya sea voto electrónico o voto con papel, la estructura del conurbano bonaerense no sufrirá pérdidas porque nadie renueva, ya que todo el frente Cambiemos entró a los HCD en 2015 y recién vencen sus mandatos en 2019, cuando ahí sí, Macri se juega la parada más difícil, al igual que María Eugenia Vidal en la Provincia, o no (ya hay macristas que alertan al gran jefe que la chica bonaerense estaría midiendo mejor que el líder).
Por supuesto que cada Municipio tiene sus particularidades, sus internas y sus cuitas, pero lo cierto es que si Cambiemos con la peor elección que haga, supongamos, un 10% de los votos, cada bloque por lo menos agregaría un concejal, o sea, sumaría. No hay manera de que reste.
El porcentaje mágico
Más allá de que Mauricio Macri no corrija la inflación (porque no podrá llevarla un dígito, dicho esto por fuentes mismas del PRO), en las filas del gobierno apuestan a sostener el porcentaje mágico propio que sacó en la primera vuelta que le permitió entrar al ballotage. Allí está la cuestión que tranquiliza a los macristas, y sobre todo a los intendentes de Cambiemos.
La cifra verdadera, por decirlo de alguna manera, fue para Cambiemos de un 34,15 por ciento, porque en el ballotage, se sumaron votantes de otras fuerzas antikirchneristas que inflaron la sensación del PRO, pero que en realidad se verá en 2017, el termómetro de este gobierno.
Una de las estrategias de Jaime Durán Barba para las intermedias es “cambiar” el nombre del frente, para evitar asociaciones que puedan perjudicar a un frente que está amenazado más que nada por la inflación y por un radicalismo que no parece salir a defender las políticas de Macri con la vehemencia que la situación requiere.
Pero lo que más ayudará a Cambiemos o como se llame el frente será sin lugar a dudas, el voto dividido del peronismo porque, hasta el momento, estarán los peronistas del Frente Renovador, los peronistas ortodoxos del PJ nacional, los peronistas bonaerenses que podrían llegar a ser conducidos por el intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde donde se aglutina el verdadero poder territorial de los jefes comunales con nuevo perfil político y el cristinismo duro. Tanta fragmentación podría poner al PRO en un lugar de privilegio deliberativo si Macri hace más o menos bien las cosas.
Los bloques Cambiemos en la Tercera
Más allá de las internas y las peleas que se generan dentro de Cambiemos por reclamos de radicales y por cuitas propias del macrismo, cada bloque o interbloque de los municipios verá un crecimiento inevitable en 2017.
Con un piso de 8,33%, para un concejal, el PRO está en condiciones, si mantiene la cifra mágica del 30%, de colocar en algunos Municipios cuatro concejales y hasta un quinto por el remanente según el Sistema d'Hondt que un cociente para dividir el número de votos por el número de bancas . Todo depende, claro de la cantidad de partidos que se presenten y la cantidad de bancas en juego.
En Avellaneda, Cambiemos tiene seis ediles. Por un lado la UCR con Rodrigo Galetovich y Susana Marco Romero y el PRO ahora tiene dos bloques, uno formado por el jorgemacrista Daniel García y los que parecen responder a Cacho Álvarez y la diputada nacional Gladys González, como son Sebastián Viangre, Daniel Lewicki y Diego Malito. O sea, están a cuatro ediles de alcanzar al oficialismo.
Lanús, por el momento es un caso aparte porque está gobernado por el PRO. El intendente Néstor Grindetti comenzará obras públicas y tiene del otro lado a ese peronismo, no solo fragmentado, sino enfrentado entre sí en varios sectores que no encuentran un líder que los convoque.
En ese escenario, crecerá sustancialmente el bloque de Jorge Schiavone, Martín Medida Gabriel Ruíz, Laura Lavandeira, Lucas Folino, Ana María Arias. El único edil que renovará su banca será el presidente del HCD, Marcelo Rivas. Aquí, Grindetti tiene la posibilidad de tener una mayoría absoluta, lo que le evitaría recurrir a socios complejos.
Será interesante ver, cómo jugarán los ediles del massismo, si su principal referente, Nicolás Russo, deja la política para presidir o ser el tesorero de la AFA. Quizás, Grindetti sume todavía mucho más por sobre las urnas.
Lomas de Zamora es todo del peronismo. O, para decirlo más exactamente es toda del Martín Insaurralde. El PRO no ha podido nunca, en ocho años, formar una figura ni tampoco instalarla. El predominio tan absoluto de MI, hizo que hoy exista un solo edil del PRO, que por otra parte se lo tuvieron que robar al Frente Renovador: Gabriel Mércuri.
Cambiemos ganará fuerza, meterá algún concejal, pero su fuerza seguirá siendo mínima, casi con seguridad, a menos que consiga un referente capaz de arrastrar las insatisfacciones de algunos votantes, pero por el momento no aparece ni en el PRO, ni en la UCR ni en el Frente Renovador.
Mariano Cascallares como intendente de Almirante Brown tiende a crecer como lo hizo Insaurralde si no se equivoca. Desde luego que el PRO sumará fuerza al bloque conformado por Julio Arriete, PatriciaBontempo, Sergio Guerriere y MiriamNiveyro, pero están aún lejos de los 16 concejales del Frente para la Victoria con que cuenta el jefe político del Municipio.
Incluso, dentro del PRO, ya comenzaron las internas y los reclamos al ex candidato a intendente y hoy titular del PAMI, Carlos Regazzoni, según pudo saber Política del Sur a través de fuentes del distrito que aún no quieren dar a conocer algunos enojos con el funcionario nacional.
Por último, en Esteban Echeverría, Cambiemos cuenta con Luciano Gómez Alvariño, Carlos Curestis y Roberto Leonis, con lo cual todo lo que puedan sumar, tal vez no tanto por la fuerza que hace Fernando Gray, será bienvenido al bloque.
Los candidatos a senadores nacionales
La figura central será crucial en esta elección de 2017 para Cambiemos. La pregunta es si podrá construir una imagen como la de María Eugenia Vidal en poco tiempo, que sea, convocante, simpática para la gente, capaz para convencer y sin mala imagen.
Hablando de Cambiemos, habrá que ver cómo juegan los radicales principalmente. Si intentan imponer una figura, que por ahora no aparece en el ámbito bonaerense, o se acomodarán a lo que salga de las PASO.
La interna del PRO está caliente. Por un lado el presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Emilio Monzó, sacó a jugar a la dama (Elisa Carrió), pero es ciertamente una dama por demás polémica que según la coyuntura puede crecer o caer como ha quedado demostrado.
Carrió en la Provincia perdió todo su capital territorial y destruyó aquella gran promesa progresista que parecía ser el ARI. Venir a caminar el conurbano con su estilo provocador, sensacionalista y denunciante, claramente es inversamente proporcional a la figura que ganó la gobernación.
Por el otro lado, los intendentes, los jefes de los territorios, como pasa en el peronismo quieren tener el lápiz y apuesta a un par que es uno de los dos mejores cuadros políticos con los que cuenta el macrismo bonaerense: Grindetti y el intendente de Vicente López, Jorge Macri.
Habrá que ver cómo juega la gobernadora que por su parte también intenta construir poder para 2019, teniendo una política dialoguista contraria a la de Carrió. Si su operador político Federico Salvai no encuentra alguien con quien competir entre Carrió y Jorge Macri deberá decidir para qué lado se inclina.
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