En la imagen grupal se veía a los candidatos y dirigentes en la Quinta de Olivos, junto al presidente Mauricio Macri y la gobernadora María Eugenia Vidal. Pero la segunda imagen mostraba un trío sonriente: Arturo Rojas, Martín Domínguez Yelpo y Federico Salvai, mano derecha de la gobernadora.
Según refieren los nombrados, desde Olivos y La Plata habría bajado la orden a todos los distritos bonaerenses de evitar las pujas internas en las PASO. Es que los números de las encuestas dan cada día una baja en la intención de voto al frente oficialista, algo que ya se está confirmando en forma dramática en las elecciones en las distintas provincias. Según la visión cambiemita, en medio del desastre económico sin control que está llevando la gestión macrista, la democracia interna quedará para otro momento ya que las internas sangrientas debilitarían la oferta electoral.
Dos que se bajaron de un hondazo
De esta manera, finaliza abruptamente la carrera política del médico Maximiliano Delfino, que había salido con todo a buscar competir por la intendencia. Es que al doctor Delfino lo negociaron: era la carta fuerte de Domínguez Yelpo en Necochea. Se dice que en la negociación, al actual legislador de la UTA le prometieron renovar como diputado provincial por la quinta sección.
Otro precandidato, el radical Gonzalo Diez, escuchó el mensaje y se cuadró obediente. La semana pasada se paseó por varios medios llamando a la concordia y a acordar (negociar) espacios con Rojas como candidato. Casi como dueño del partido (?), dijo también en una entrevista radial que “no va a haber internas en la UCR”.
Las malas lenguas también dicen que hizo mella el golpe recibido tras la difusión del historial laboral del dirigente radical, donde aparece vinculado a la UATRE. La información (que cayó muy mal en el centenario partido) se filtró desde adentro de las filas de Cambiemos con la evidente intención de dañar su imagen de cara a la negociación electoral que se viene.
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