A nivel municipal, la realidad es evidentemente similar y muchos intendentes temen una grieta interna.

Cambiemos cruje por arriba, por el medio y por abajo. La pelea por el candidato a presidente -que hoy parece ineludible-, el desdoblamiento de los gobernadores de la UCR y las posibles internas en los municipios, presentan un panorama que podría determinar que muchos votos se licúen en las distintas contiendas que se darán a lo largo del año hasta las generales de octubre.

En este sentido, el caso de Bahía Blanca es una foto ideal para entender el momento que vive la alianza que gobierna el país, la provincia y varios de los 135 municipios que componen el territorio bonaerense. Mientras hay radicales que piensan en la reelección del actual mandatario, Héctor Gay, hay también otros que bogan por un recambio que refresque la imagen radical.

Si bien el presidente del partido a nivel local, Emiliano Álvarez Porte, amenazó que si hay una lista opositora a la del actual oficialismo no podría llevar a María Eugenia Vidal como candidata a gobernadora, desde el espacio más alfonsinista se especula con un reemplazo. Desde este aspecto, la concejala Gabriela Schieda -junto a un importante grupo- medita una posible competencia en plena PASO.

Desde su cargo como secretario de Seguridad, Porte busca que no se agite el avispero, tal y como ordenó el vicegobernador Daniel Salvador. Sin embargo, sus declaraciones se presentaron como un importante desafío al grupo denominado Espacio de Pensamiento Alfonsinista que cuestionó la postura del funcionario.

Así, a través de un duro comunicado, este conjunto dejó al líder de la UCR pidiendo que le tiren la toalla. No sólo refirieron a su desembarco en la presidencia del partido por medio de una maniobra espuria, con un padrón que se encontraba integrado por personas truchas, sino que se lo acusó de olvidar los ideales y valores radicales.

Desde el lado de Porte dejaron trascender que la concejala reaccionaria será evaluada en el comité provincial por el hecho producido el año pasado, cuando desde su banca se apartó del armado de Cambiemos, demostrando que la grieta no sólo se profundizó sino que se estiró tanto que empezó a colarse dentro de la propia alianza oficialista.