Manejó el rumbo político y económico de Cambiemos. Concentró el poder detrás de la figura del Presidente. Su destino es incierto.
Fue el hombre mas poderoso de la Argentina después de Mauricio Macri durante los 4 años de Cambiemos. La revista Forbes lo definió en 2017 como el "CEO del año". Eran otros tiempos. La elección había sido un éxito, la crisis aún no golpeaba con furia aunque ya se observaban los primeros signos de agotamiento de un modelo que se basó en el ajuste permanente y el crecimiento de la deuda externa. Marcos Peña fue el dueño del Gobierno. A tal punto que todo ministro que se animó a desautorizarlo terminó desplazado. Primero se cargó a Isela Costantini, quien tenía otros planes para Aerolíneas Argentinas. "Es parte de la rotación que hay en un equipo", se limitó a decir.
Era diciembre del 2016. Días más tarde, le tocó a Alfonso Prat Gay. Le pidieron que viaje a verlo a Macri al sur. Allí le informaron que se iba. "El Presidente le pidió la renuncia", aclaró Peña. Y la mesa chica se fue achicando cada vez más. Ni Emilio Monzó ni Rogelio Frigerio lograron ampliar Cambiemos. Había que ser "PRO puros". Mientras la crisis no golpeaba, la oposición no ofrecía demasiados reparos. Pero luego todo explotó. Y Peña no cambió. Macri tampoco.
"Para Macri que está muerto", el cantito futbolero de Alberto Fernández El 28 de diciembre del 2017, Peña, avalado por el Presidente, tomó la manija de Economía. Ya de una forma abrupta. Hasta ese momento, el Banco Central de la República Argentina (BCRA), que era presidido por Federico Sturzenegger, había fijado una meta de inflación para 2018 de 10%. Peña decidió necesario "sincerar" las metas y presionó a la entidad para que corrigiera y elevara el objetivo a una meta del 15%. La conferencia de prensa fue la más tensa que se había vivido hasta el momento. La cara de Sturzenegger lo decía todo. Ya sin poder, el economista quedó aislado. Renunció el 14 de junio del 2018 en plena estampida del dólar. Al poco tiempo, Sturzenegger se descargó. Durante una charla en Harvard, recordó una reunión en particular en que fue recibido por el jefe de Gabinete junto a siete asesores económicos.
"Yo no entiendo nada de economía pero el resto de las personas que están en esta sala me dicen que no hay que hacer lo que vos decís", rememoró. "Ante la imposibilidad de convencer al Central, el Ejecutivo decidió avanzar de manera unilateral", dijo Sturzenegger. “Yo era el único que decía que era un problema cambiar las metas de inflación porque podía desanclar el proceso de desinflación. 'Sos el único que piensa eso', me reprochaban”.
Comentá la nota