La iniciativa consiste en dejar paga una infusión para quienes viven en situación de calle o no tienen acceso a una bebida caliente. En sólo un día, más de quince personas hicieron su aporte en la confitería céntrica.
Nacida en Italia, la propuesta consiste en pagar anticipadamente un café para que sea consumido por alguien que no cuenta con recursos propios para hacerlo.
Así, al abonar la infusión consumida, el cliente deja pago (a un precio menor que el habitual) otro café para quien lo necesite y pase a tomarlo en cualquier otro momento.
La propuesta, sin fines de lucro, se basa en la confianza y los buenos sentimientos de los gastronómicos y clientes, que ponen su granito de arena, no sólo para “llenarle la panza” a quienes atraviesan momentos difíciles, sino también para generar conciencia sobre cómo las pequeñas acciones solidarias pueden cambiar la sociedad.
“La gente está enganchada”
En diálogo con DEMOCRACIA, la dueña de Vicenta, el primer local juninense que se sumó a la movida mundial, explicó cómo funciona “Café pendiente” y aseguró que a menos de dos días de haberlo implementado, ya se pagaron más de quince cafés y se recibieron cientos de comentarios en las redes sociales.
“Nos enteramos de esto a través de Facebook e inmediatamente nos comunicamos con la Asociación, que ya nos mandó la folletería para que la mandemos a hacer”, afirmó Yael Bonzanini, que trabaja en el negocio codo a codo con su novio, Juan Manuel Tudisco.
“Al principio no nos animábamos a hacerlo solos, porque el público de Junín es muy especial. Pero al final lo hicimos y ya es un aluvión. Hubo gente que vino sólo para pagar un café y se fue. La gente está muy enganchada”, aseguró.
Tal como explican en el sitio oficial, los comerciantes pueden implementar la propuesta de la manera que crean conveniente, siempre y cuando “cumplan con el compromiso solidario asumido” y lo comuniquen tanto a los compradores como a los consumidores.
De esta manera, en Vicenta optaron por comprar vasos térmicos descartables, para que quienes reciban la infusión puedan beberla fuera del local.
“Lo que se deja pago es un café con una medialuna, pero en realidad si vienen chicos, les servimos chocolate”, indicó Bonzanini, y explicó que el segundo café cuesta dos pesos menos que el que consume el cliente.
“Nuestra idea es entregarles la infusión a todas las personas que vayan viniendo; pero a medida que vayamos cubriendo los cupos que tenemos, vamos a hablar con una ONG local, para que ellos decidan cómo seguir ayudando y orienten a quienes lo necesiten”, afirmó la comerciante.
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