En el caso del Port Salut la brecha actualmente es del 99%.
La falta de circuitos alternativos para comercializar productos lácteos provoca brechas enormes entre los valores mayoristas y finales de los quesos blandos. Ejemplo uno: el queso Cremón La Serenísima (Mastellone Hnos) en envases de 500 gramos se está exportando a Paraguay a un valor declarado de 4,91 u$s/kg (29,8 $/kg al tipo de cambio oficial). Ese mismo queso en cadenas de supermercados de la ciudad de Buenos Aires se comercializa a un valor minorista de 65,90 a 68,20 $/kg (+121% a 128%) Ejemplo dos: el queso Port Salut La Serenísima se está colocando también en Paraguay a un valor declarado de 5,78 u$s/kg (35,1 $/kg). En cadenas de supermercados porteñas se consigue actualmente en oferta 69,8 $/kg (+99%). Parte de la diferencia entre el valor a salida de fábrica y el precio final corresponde al costo del flete y del IVA (21%). Pero el grueso de la brecha entre ambos valores se explica por el margen aplicado por las cadenas de supermercados. Las cadenas de supermercados reciben la mercadería de sus proveedores (no asumen los costos de flete directo) y aplican una serie de descuentos sobre el precio mayorista del producto para cubrir el costo del bien adquirido. Dicho costo se integra de dos grandes rubros: espacio y tiempo que ocupará el producto en la góndola (algo así como el valor del alquiler) y distribución del producto entre las diferentes sedes de la cadena de supermercados. Tales descuentos varían en función de cuán apetecible sea el producto ofrecido (si es altamente valorado por los clientes del supermercado); por el tiempo y lugar ocupado en la góndola (arriba, en el medio, abajo, casi oculto); por la cantidad de bocas de expendio dónde será distribuido (si puede venderse en todos los barrios o sólo en algunos); entre otros factores. También depende de la habilidad de negociación del encargado de comercialización de la empresa láctea. Si bien no son pocos los que consideran que, en el caso de los quesos, los descuentos y el margen aplicado por los supermercados son muy elevados, lo cierto es que en las grandes urbes no existe por el momento otro canal de distribución que pueda generar –por lejos– un volumen de ventas tan alto como el que mueven los supermercados. Para equiparar dicho volumen con las ventas generadas por otros componentes de la demanda (negocios minoristas, restaurantes, pizzerías, etcétera) se necesita una cantidad de tiempo y recursos que no todas las firmas lácteas poseen. Por otra parte, las cadenas de supermercados tienen pautas publicitarias muy agresivas y una rotación constante de público en la mayor parte de sus locales comerciales, lo que hace que estar en la góndola –en un lugar visible, claro– sea equivalente a ocupar una suerte de espacio publicitario (dado que, más allá de que no todos compren el producto, todos los que pasen por la góndola sabrán de su existencia por el sólo hecho de haberlo visto ahí). En lo que va del presente año se declararon ventas externas de quesos blandos por 137,3 toneladas a un valor FOB total de 679.682 dólares. El principal destino de exportación es Paraguay.
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