EDES estimó que no es un buen momento para hacer un corrimiento: "Podría tornar muy vulnerable el abastecimiento en una época de mucha demanda”.
La obra de reparación de un acueducto en Brandsen y Soler, que en febrero cumplira un año, sumó una nueva complicación: la aparición de un cable de electricidad en las últimas horas retrasará los trabajos.
Cuando la gerencia de la encargada de la obra, Aguas Bonaerenses Sociedad Anónima (ABSA), se puso en contacto con sus pares de la prestataria del servicio de energía, EDES, le contestaron que “no resulta prudente realizar en esta época las maniobras de corrimiento del cable, ya que podrían tornar muy vulnerable el abastecimiento a un elevado número de usuarios en una época de mucha demanda”.
Para EDES pensar en un corrimiento es poco menos que imposible, más allá de que, según se señaló, mantiene el diálogo con ABSA buscando alguna alternativa.
Igualmente se siguen considerando posibilidades que contemplan no afectar el servicio.
Ante esa situación, ABSA decidió desafectar a la maquinaria que venía usando en la excavación aunque continúa con esa labor de manera manual.
Desde febrero
El caño de 820 milímetros -ubicado a 6 metros bajo tierra- pierde agua en la esquina desde febrero del año pasado.
La cañería conduce agua al Polo Petroquímico y, por su diámetro, transporta un importante caudal.
La imposibilidad de ABSA de reparar el daño hasta el momento se originó en la carencia de la cantidad de bombas necesarias para deprimir la napa lo suficiente para iniciar la excavación.
Decisión de Villalba
Recién a fines de noviembre, durante el interinato en la intendencia del concejal opositor Ramiro Villalba, la situación pudo revertirse con el préstamo de 3 bombas por parte del municipio, tratando así de poner punto final a una situación que además genera una seria afectación al pavimento y un serio trastorno para la circulación vehicular.
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