Ambos dirigentes dejarán sus entidades el mes que viene. Balance y futuro político.
Se juntaron en 2008. Nunca nadie lo hubiera imaginado. Pero los constantes destratos del kirchnerismo hacia el campo lo hicieron posible. Las cuatro entidades rurales -históricamente enfrentadas- conformaron lo que denominaron la Mesa de Enlace.
El detonante de esa histórica decisión fue el anuncio del 11 de marzo del entonces ministro de Economía kirchnerista, Martín Lousteau, que implementó un novedoso esquema de retenciones móviles (la famosa “Resolución 125”).
Pero lo cierto es que el malestar del agro venía de antes. Ya en 2006 el Gobierno había cerrado las exportaciones de carne vacuna, mientras que al año siguiente, ni bien asumió su primer mandato Cristina Kirchner, aumentaron las retenciones agrícolas.
Pasaron más de seis años y la Mesa de Enlace se mantuvo unida durante todo este tiempo a pesar de que en innumerable cantidad de oportunidades estuvo a punto de romperse (sobre todo en la gestión de Julián Domínguez como ministro de Agricultura).
Es que la unidad lograda entre las cuatro entidades del agro no fue nada sencillo. Tanto Sociedad Rural (SRA), Confederaciones Rurales (CRA), Federación Agraria (FAA) y Coninagro representan distintos intereses y en algunos casos hasta son contrapuestos.
Ahora bien, lo concreto es que el fin de ciclo no llega solo para el kirchnerismo ni para algunos sectores de la política, sino que también llegó para la Mesa de Enlace que, a casi siete años de su conformación, ya tiene un final muy próximo.
Sucede que en noviembre dejan sus entidades los dos últimos alfiles: Carlos Garetto y Eduardo Buzzi. Se trata de dos dirigentes que atravesaron los momentos más calientes de la tensa relación entre el campo y el kirchnerismo (junto a Luciano Miguens, Hugo Biolcati y Mario Llambías).
Si bien Garetto asumió en Coninagro a fines de 2008 tras la salida de Fernando Gioino, se convirtió en un dirigente muy respetado en el sector ya que priorizó la relación con el resto de las entidades por sobre los fuertes intereses económicos en su organización.
Quizás por esta postura política fue que ese año la empresa láctea SanCor decidió dejar de formar parte de Coninagro, perdiendo así la entidad cooperativa a su principal soporte financiero (la firma representaba el 20% de los ingresos totales).
Y luego, algunos años después, Garetto debió soportar presiones del ex secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, para hacerlo renunciar en el marco del intento oficial para intervenir la poderosa Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA).
Como sea, lo concreto es que ahora, según pudo saber La Política Online, Garetto busca regresar a la política (fue intendente de Leones en Córdoba) y ya inició conversaciones informales con algunos sectores del radicalismo y con dirigentes del PRO.
De hecho, en el lanzamiento de la candidatura presidencial de Ernesto Sanz en el Luna Park se lo pudo ver a Garetto en un lugar privilegiado muy cerca de Gerardo Morales y de otros altos referentes del partido en el que se inició en política.
Pero también en el Frente Renovador de Sergio Massa se habla de sumar a Garetto a sus filas y hasta en algún momento se mencionó la posibilidad de que sectores del sciolismo intenten acercarlo teniendo en cuenta su perfil cauto y moderado.
En tanto, en Coninagro el dirigente que más suena para suceder a Garetto el mes que viene es Egidio Maillan, un referente del campo en la zona de Necochea cercano a otro hombre fuerte de la entidad como lo es Daniel Asseff.
Por el lado de Buzzi, todo es más público. El líder de Federación Agraria (FAA) mantiene una feroz interna en su entidad por su sucesión que pelean el oficialista Omar Príncipe y el ex delfín buzzista, Pablo Orsolini.
Lo cierto es que a fines de noviembre se develará el futuro presidente de la entidad federada luego de la suspensión de las últimas elecciones por la denuncia de la oposición acerca de una supuesta manipulación de los padrones electorales.
Por otro lado, en el terreno político, hoy Buzzi está más cerca de Massa, pero no descarta pegar el salto al sciolismo en caso de que el gobernador de Buenos Aires finalmente se despegue del kirchnerismo el año que viene.
Lo que está claro es que tanto Buzzi como Garetto no quieren quedar al margen del mapa político, contrariamente a otros dirigentes rurales como Biolcati y Llambías, quienes decidieron dar un paso al costado definitivamente.
En este contexto, dirigentes y productores tienen un alto grado de nostalgia por la partida de estos dos históricos dirigentes que en un mes más dejarán la Mesa de Enlace poniendo fin al ciclo más intenso a nivel gremial y político para la historia del sector.
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