La semana pasada un tribunal de Porto Alegre confirmó la condena y amplió la pena contra el presidente brasileño, Lula Da Silva, por haber recibido un departamento como soborno de parte de una empresa constructora a cambio de favores en contratos con la petrolera estatal Petrobras. 

El juicio a Lula, que no está cerrado, moviliza a cientos de miles de brasileños en las calles, a favor y en contra del ex mandatario, y tiñe el proceso electoral del vecino país ante la posibilidad de que el líder del Partido de los Trabajadores no pueda concretar su candidatura presidencial. 

El ex gobernador de Entre Ríos, Jorge Busti, emitió una columna de opinión -que puede leerse completa en INFORME DIGITAL- en defensa del ex presidente, a quien le atribuye que "en ocho años al frente de la primera magistratura logró realizar una inédita transformación social, política y cultural", y cuestionando el accionar judicial y de "las élites gobernantes" del actual gobierno de Michel Temer por su intención de "proscribir" a Lula. 

"Lula le cambió la cara a Brasil, empoderando a los sectores populares. Fueron ocho años de democracia plena, crecimiento económico y social, impulsado por innovadores programas de inclusión. Además, Lula fue un líder popular muy respetuoso de las instituciones republicanas. Jamás osó tocar la libertad de prensa, no hubo intromisiones en el Poder Judicial, el Poder Legislativo funcionó a pleno, se preservó y mejoró la calidad democrática", resumió el ex mandatario provincial. 

Busti cuestionó a su vez el juicio que "en tiempo récord e insuflado por la derecha brasileña, le realizaron con el clarísimo objetivo de imposibilitar que vuelva a presidir el país. Los sectores de poder ponen todo su empeño para condenarlo y proscribirlo. Esta élite, heredera de la dictadura que duró 21 años, es la que destituyó a Dilma Rousseff en agosto de 2016", señaló. 

Según alerta el dirigente peronista entrerriano en su escrito enviado a INFORME DIGITAL, "los propios jueces intervinientes han reconocido que no había pruebas contundentes a la hora de condenarlo, sino meros indicios. Asimismo, lamentó que "cuando las élites gobernantes trasladan a los tribunales una decisión que, en la democracia, corresponde a los ciudadanos, estamos frente a un fraude consumado". 

Por último, Busti emuló el caso de Lula con la proscripción de Juan Domingo Perón post golpe de Estado de 1955: "si bien la historia nunca es igual ni necesariamente se repite, en la actualidad de Brasil veo resabios de la proscripción que sufrió el peronismo a partir de 1955, cuando nuestro líder tuvo que permanecer dieciocho años en el exilio debido a que era imbatible electoralmente", aseveró finalmente.