PRO y la UCR pretenden evitar la entrada de Álvarez y Forlón al organismo de control, amparados en fallos judiciales y el reglamento. El macrismo podría cederle su vacante al Frente Renovador.
Entre las prioridades que tendrá la todavía oposición en el Congreso apenas Mauricio Macri asuma la Presidencia está evitar que Julián Álvarez y Juan Forlón, ambos dirigentes de La Cámpora, puedan asumir como nuevos miembros de la Auditoría General de la Nación (AGN), cargos que aún no tomaron por un amparo judicial. La jugada, a su vez, podría tener un doble impacto, ya que en el macrismo evalúan cederle un representante en el órgano de control al Frente Renovador, como gesto para una futura articulación de Cambiemos y el massismo en el Congreso.
Fuentes de PRO y la UCR confirmaron a LetraP que uno de los primeros objetivos que tendrá el interbloque Cambiemos cuando se convierta en el oficialismo de la Cámara de Diputados será anular la votación por la cual se designó a los actuales secretario de Justicia y titular del Banco Nación como auditores, en reemplazo de los peronistas Oscar Lamberto y Vicente Brusca. Ambos camporistas aún no pudieron asumir ya que el actual jefe de la AGN, el radical Leandro Despouy, bloqueó su ingreso luego que un fallo judicial frenara las designaciones.
En la Cámara baja, dicen, ya tienen el número necesario para que las designaciones de Álvarez y Forlón sean anuladas. Además de Cambiemos y el massismo, habría acuerdo con los cordobeses que responden al gobernador saliente José Manuel de la Sota, los puntanos de Compromiso Federal, algunos peronistas disidentes y otros bloques más pequeños. Para avanzar con esa “remoción” –si bien nunca asumieron- acusarían, por un lado, la causa judicial que por ahora no tiene decisión de fondo y es solo una medida cautelar. Por el otro, las irregularidades mencionadas durante la sesión del 4 de noviembre, cuando el bloque del Frente para la Victoria (FPV) eludió el intento de boicot opositor, juntó el número necesario y nombró a los dos hombres de La Cámpora.
Son varias las razones por las cuáles estas nominaciones corrieron por carriles al menos cuestionables. Una, es que la votación se realizó en una sesión especial de la Cámara de Diputados, en cuyo temario de convocatoria no figuraban sus pliegos. El otro, son los interrogantes sobre el cumplimiento o no de los mandatos de los auditores que llegan a reemplazar: mientras el peronismo sostiene que los mandatos de Lamberto y Brusca vencieron en septiembre, la todavía oposición aduce que el final de sus cargos es en diciembre.
Ese punto, cuándo terminan los mandatos de los tres auditores que hay que reemplazar –el tercero es Horacio Pernasetti, de la UCR, que aún no tiene sucesor porque el radicalismo se negó a nombrar uno en la denunciada sesión-, tiene la clave del asunto. Porque si su mandato concluye en diciembre, correspondería a la nueva composición parlamentaria nombrar a sus reemplazantes. Y según los nuevos números, en Diputados ya no deberían repartirse dos para la primera minoría –el FPV- y uno para la UCR –hasta hoy, segunda minoría-, sino que el FPV debería tener uno, la UCR otro y el tercero correspondería a PRO.
La AGN se integra por siete auditores. Un auditor general, nombrado por la principal fuerza de oposición en el Congreso que a partir del jueves próximo será el FPV y para cuyo cargo eligió al actual jefe de la AFIP, Ricardo Echegaray. Si Álvarez y Forlón lograran asumir, el peronismo se quedaría con cinco de esas sillas: dos por el Senado, dos por Diputados más el auditor general.
MONEDA DE CAMBIO. Mientras resuelven los mecanismos legales y parlamentarios para evitar que los dos camporistas pongan pie en la AGN, puertas adentro de Diputados ya evalúan cómo jugar con los tres auditores que le corresponden a la Cámara. A partir del 10 de diciembre, el FPV tendrá 98 diputados, PRO 42 y la UCR 39. En esos números se basan para explicar porqué el peronismo deberá resignar uno de los dos puestos que ocupó con las aún frustradas designaciones de Álvarez y Forlón.
Pero ahora trabajan con un nuevo cálculo. Si tomaran a Cambiemos como una sola fuerza, la cuenta dejaría al FPV con 98, a la alianza política de gobierno con 85 –se sumarían los cuatro de la Coalición Cívica- y ahí aparece el Frente Renovador de Sergio Massa como tercer actos, con un total de 23 diputados, o 28 si se articulan en interbloque con los cinco delasotistas y ratifican en el Parlamento la alianza electoral UNA.
Un diputado con influencia en el bloque macrista sostuvo ante este medio la posibilidad de jugar con ese cálculo y dejar que el massismo se quede con el tercer auditor por la Cámara baja. “Sería una buena estrategia –explicó-, ya que vamos a necesitar sus votos en la Cámara. Además, ya tenemos a los radicales ahí, que son nuestros socios y tienen mucha experiencia en la Auditoría”. De hecho, hasta barajaron el nombre de Adrián Pérez para ese cargo, aunque el ex “lilito” finalmente asumirá un cargo en el Gobierno nacional de Macri. Igualmente, esta chance todavía está muy verde y dependerá, primera, de confirmar el bloqueo de los dos camporistas a la AGN.
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