El proyecto de ley es autoría del diputado Sergio Omar Buil (PRO; Buenos Aires), y consta de cuatro artículos que indican que las obras sociales y las entidades de medicina prepaga, deberán “cubrir al 100 por ciento un protector solar por mes, por afiliado, durante los meses de diciembre, enero, febrero y marzo”, con factor de protección igual o superior a 30, según lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El autor señala que el objetivo del proyecto es “contribuir a la prevención del cáncer de piel y a concientizar a la población acerca de la necesidad de la prevención del mismo”.

En Argentina existe variedad de marcas de bloqueadores pero en cualquier caso, sus precios llegan hasta los 900 pesos dependiendo del factor de protección y de la forma de aplicación. Algunas cuentan con promociones que «alivian» un poco el bolsillo pero no logran ser suficiente. El punto es que, hablamos de protectores solares, productos que si bien son considerados «cosméticos»  en realidad son esenciales para el cuidado de la piel.

“En el último año los protectores solares aumentaron entre un 70 y un 100 por ciento en primeras marcas y un 60 por ciento en segundas marcas”, describe el director general del Colegio de Farmacéuticos y Bioquímicos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Claudio Ucchino. El aumento supera al de la inflación estimada anual y ocurre en un contexto en el que, entre este verano y el anterior, el Estado sacó de su programa Precios Cuidados los únicos dos fotoprotectores que formaban parte de esa iniciativa.

Según estima Ucchino, “los pacientes-clientes se quejan de que los precios son inalcanzables porque una familia tipo debe gastar entre 2.500 y 3.000 pesos por mes entre protectores solares y repelentes para hacer actividades al aire libre durante el verano”.