Ante el avance de la inflación, los argentinos apuntan a recortar sus gastos en salud, en tanto que las compañías ofrecen planes más económicos.
Con una inflación que crece al 54% interanual, miles de argentinos desoyen la sabiduría popular y están dando de baja su servicio de medicina privada ante la caída del poder adquisitivo.
En los que va del año, las prepagas actualizaron sus costos ocho veces, acumulando una alza del 60%, por encima del costo de vida. Si se consideran otros gastos relacionados (como medicamentos), el rubro Salud lidera ampliamente el ranking inflacionario del año: 70%, superando el de Mantenimiento del hogar (63%) y Alimentos y Bebidas (52%).
El impacto se siente tan fuerte en el bolsillo de los argentinos que, sólo en Capital Federal y Conurbano, más de 200.000 personas se desafiliaron de sus prestadoras, indican desde la ONG Defendamos Buenos Aires.
En este contexto, las “prepagas digitales” aparecen como el gran salvavidas y proponen un complemento del sistema de salud pública o de obras sociales que apenas cubren el plan médico obligatorio (PMO), es decir, el mínimo de prestaciones que están obligadas a brindar por ley.
Así como las fintech ofrecen servicios financieros más baratos que entidades tradicionales y las insurtech pólizas más económicas que las aseguradoras históricas, un nuevo grupo de empresas innovadoras están apostando al rubro salud: las healtech, acrónimo en inglés de salud (health) y tecnología (technology).
Sin más sucursales y canales de atención que una aplicación o sitio web, estas compañías están creciendo en el país a punto tal que hasta ya tienen su propia asociación: hace algunas semanas se creó la Cámara Argentina de Salud y Tecnología (CASyT).
Por el momento, está conformada por una decena de firmas que proveen aplicaciones para el usuario final o servicios a otras empresas, aunque aseguran que existen al menos el doble de compañías.
Qué ofrecen
“Somos una empresa que provee servicios muy accesibles. Nacemos a raíz de una problemática: 50% de los argentinos depende del sistema de salud pública, al ser trabajadores informales o monotributistas”, señala Andrés Lawson, de Osana Salud.
Esta healtech ofrece coberturas desde $590 para individuos y $1.290 por grupo familiar, con copagos de $300 para consultas médicas. Su plan -de nombre “Superior” y que no requiere coseguros-, vale $1.990 para el titular y $400 extras por cada miembro de la familia. Es decir, $3.190 para una matrimonio con dos hijos.
Lawson, quien además es presidente de CASyT, remarca que toda la atención se realiza desde la app. Con una simple videoconsulta se replica la figura del “médico de familia“. “El 70% de los requerimientos se resuelve a través de una llamada”, remarcan Osana Salud, que cuenta con gran cantidad de monotributistas como usuarios.
“Hay que entender a las personas no sólo desde la salud, sino también desde el plano social, comprendiendo sus limitaciones”, remarca el directivo, quien señala que un “doctor online” puede derivar la consulta a otro especialista, enviarle una receta por correo electrónico o hasta guiarlo para que llame a una ambulancia.
Otra de las firmas digitales es Klimber. En este caso, se trata de un joint-venture conformado nada menos que por Grupo Clarín y la aseguradora Prudential, que lanzó en los últimos meses su propia prestación.
“Es un plan alternativo a una prepaga u obra social que cubre las necesidades básicas, emergencias, consultas médicas, descuentos para estudios y farmacias”, revela Dolores Egusquiza. Head of Marketing de Klimber Salud.
La compañía ofrece un uso 100% digital a través de su página web y brinda la aplicación “Doctor en Línea” para evacuar todo tipo de dudas a través del celular antes de ir a una guardia. Además, ofrece coberturas modulares para armar un plan “a medida”.
El precio del servicio básico para personas de hasta 40 años es de $338, que incluye el servicio de emergencias y el doctor en línea. Como se trata de un plan modular, se pueden añadir otras coberturas: descuentos en farmacia, especialistas y estudios; consultas médicas programadas en domicilio; oftalmología y urgencias dentales. El plan completo llega a $1.168 para individuos y a $4.440 para un matrimonio con dos hijos.
Además, el titular tendrá un seguro de salud de Prudential por $200.000 para obtener adelantos de efectivo en caso de una condición grave.
“Buscamos cubrir los dos extremos: la necesidad del día a día, de ir a una guardia y no tener que esperar, por lo que ofrecemos visitas médicas sin copagos; y, a la vez, ante un diagnóstico extremo, que se pueda usar el dinero del seguro para un tratamiento o una intervención si no tiene cobertura”, señala Egusquiza.
Osana también incluye un seguro provisto por SanCor. Esto se debe a que ambas “prepagas digitales” no contemplan internaciones. Apuntan a ser un “complemento” y la forma de evitar las esperas por el colapso del sistema de salud público.
Con respecto a los medicamentos, Osana (que ya está presente en todas las provincias) propone reintegros de la mitad del importe abonado en 8.000 farmacias, mientras que su competidora ofrece descuentos del 20% al 50% en Farmacity. Klimber, además, dispone de servicio de enfermería a domicilio para usuarios con adultos mayores a cargo.
La combinación de tecnología y crisis no sólo generó estos servicios digitales, sino también comparadores de planes de salud y hasta el lanzamiento de nuevos productos por parte de los prestadores de medicina privada.
En el primer grupo, ElegiMejor.Net se autodenomina como el “Trivago de las prepagas“, ya que permite comparar planes en base a las características que ingresan los usuarios y determinar el más económico o el de mejor relación precio-calidad.
“Después del reciente aumento crecieron fuerte las consultas de personas. La mitad ya tiene un servicio de medicina privada, y casi todas necesitan reducir sus gastos mensuales”, revela Fabián Barralón, CEO y cofundador de la compañía, quien remarca que el sitio permite comparar en base a parámetros como:
– Nivel de cobertura en odontología, oftalmología y otras especialidades
– Posibilidad de una cirugía estética bonificada por año
– Cartilla de profesionales
– Sanatorios adheridos (la opción más buscada)
Con estos datos e información provista por las propias prestadoras, ofrece planes alternativos de diversas empresas de salud “menos conocidas” con precio hasta un 50% menor que el de los principales jugadores del mercado. Por ejemplo:
– Plan “de entrada” para una sola persona: $7.200 de una prepaga reconocida contra otra alternativa similar de $4.800 (-33%)
– Cobertura “familiar” para un matrimonio con hijo: $20.000 de una prestadora tope de gama versus $9.800 de una opción equivalente (-51%)
Según Barralón, el sitio recibe 150.000 visitas mes. Un 65% son monotributistas y autónomos. Además, la mitad de las consultas proviene de menores de 35 años.
Estos datos coinciden con los de Osana, que también posee un alto nivel de jóvenes entre sus afiliados. “El 80% no tiene problemas de salud y entonces ven a la prepaga como un gasto demasiado alto”, afirma Lawson.
Las prepagas tradicionales se digitalizan
Con esto en mente, varias prepagas lanzaron servicios para atender al mercado joven. Una de ellas es Sancor Salud que, bajo la marca GEN, apunta a personas de entre 18 y 35 años. Los planes individuos van desde los $2.300 (la mitad de un servicio convencional) y también hay opciones para grupo familiar.
“Atentos a un segmento que vela por su libertad, explorar lo desconocido y el valor del uso del tiempo y el disfrute, propone sumar experiencias que complementan la cobertura médica”, señalan.
Además de la propuesta de salud, también GEN también ofrece descuentos en guardería para mascotas, una plataforma de streaming de música, promociones en turismo y un entorno digital.
Mediante la app, pueden realizarse autogestiones como consultar facturas, obtener la credencial digital y administrar reintegros, autorizaciones y adhesión a los programas de maternidad y patologías crónicas, como celiaquía y diabetes.
“Tenemos nuestros chatbots con Inteligencia Artificial: Sandy, que responde consultas por WhatsApp; y Codi, que recuerda pagos o facturas vencidas”, dicen desde la compañía.
Al igual que las “prepagas digitales”, GEN permite acceder a un doctor en línea desde el celular para no ir a la guardia del sanatorio y así optimizar el tiempo de los usuarios.
Swiss Medical Group también incorporó planes con copago para atender al público que –según indican desde la firma – “prioriza el valor de la empresa en la que se encuentra asegurado, generando un pago por prestación (copago) en función de su consumo, en lugar de pagarlo en el precio mensual”.
“En estos casos, prefieren pagar por el uso antes que ir a otra compañía sin copagos que no conocen”, aseguran desde SMG, cuyos planes con coseguro cuestan 20% menos que los integrales.
Desde Swiss Medical remarcan que adaptaron su canal digital para contratar online sus planes y acceder al médico en línea a través del servicio E-Consulta. Además, su aplicación centraliza la gestión de reintegros, consulta de exámenes clínicos, checkin en sanatorios y el pedido de turnos para la guardia.
Así, la tecnología se presenta como aliada de los argentinos para el ahorro en coberturas médicas. Porque en épocas de crisis no sólo hay que proteger la salud, también el bolsillo.
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