El PRO no quiere a CFK en “gayola” sino de candidata y tener una opositora “pegable”, porque no tiene nada que mostrar de gestión. Massa sostiene al Presidente y los intendentes del PJ, a Vidal, que ahora con caja no quiere voto electrónico. Cristina podría ser candidata, pero quizás por Santa Cruz. En la foto del PJ no hay ningún candidato, pero habría acuerdo hasta marzo. Scioli no tiene quien le cebe ni un mate. Massa si no gana prefiere salir segundo, pero por arriba del PJ para quedárselo de la mano del Esmeralda, si es que consigue el sello.
Por Ricardo Carossino
El peronismo aún no logra asimilar la tremenda derrota que le infligió la sociedad argentina. ¿Ganó Macri o ganó el odio anti K? Quizás tampoco aún no lo pueda tener claro el peronismo. ¿Daniel Scioli es el mariscal de la derrota? Para algunos peronistas sí, para otros, no.
Pero no faltó quien considerara que frases desafortunadas de Scioli como “soy el primer desocupado de la era Macri”, es el Scioli auténtico, o sea, un Scioli que está más solo que Santiago Bal. No tiene asesores que le escriban los guiones. Un ejemplo claro es la foto del ex gobernador con al ex presidenta. La foto fue difundida por la prensa de Cristina Fernández y no por la prensa del ex motonauta, pero simplemente porque Danielito no tiene equipo de prensa.
Si Scioli está solo, Cristina mueve apenas un núcleo duro, y en una foto actual de todos los dirigentes peronistas diciendo “whisky” no aparece un solo candidato, es porque no saben para donde salir disparando, a pesar de que el gobierno de Mauricio Macri en ocho meses no hizo absolutamente nada, excepto por la bizantina discusión del aumento de la luz y el gas que parece le va a comer este año 2016, como si la Iglesia se pusiera a discutir del sexo de los ángeles o la risa de Jesús, mientras el hambre asola la tierra.
Hay un aliento de esperanza, porque una fuente de peronismo de Lanús analizó un escenario de “tormenta perfecta” para el gobierno nacional, lo que podría allanar el camino de cualquier candidato medianamente posicionado, que deba ser instalado en el conurbano en unos cuatro meses.
Es la misma discusión bizantina de analizar el 2019. Una picada, un vermú y hablar de la medalla de oro del hockey masculino es más productivo que mirar un escenario que no tiene la menor posibilidad de ser avizorado por no saber cómo se irán acomodando las fichas en el tablero latinoamericano, porque no sabe quién será el nuevo líder del mundo libre y porque no se tiene la menor idea de qué pasara con la Unión Europea, China y Korea del Norte. Por lo tanto volvamos a la Provincia de Buenos Aires en el día de hoy.
Lo cierto es que Macri no tendrá la chance de presentar obras terminadas cuando lleguen las elecciones legislativas del 2017 por lo cual las opiniones están dividas. Dentro del peronismo no K. hay posturas que arriesgan un escenario de un Cambiemos tercero en las elecciones sin meter un senador, y otros lo ven ganando por la alta imagen de María Eugenia Vidal que le arrastra los votos en Provincia (pero una Vidal que le tira un salvavidas a Macri en 2017, puede tranquilamente no tirárselo en 2019).
La pregunta intermedia es cómo ve el peronismo a Sergio Massa en 2017. Dos versiones arriesgan la posibilidad de que Massa no se presente y así evitar una derrota que lo deje mal parado para 2019. Es la misma discusión del 2013: “Sin 2017 no hay 2019”, pero así como hubo 2013, no hubo 2015 para el trigrense. Lo que algunos creen es que a Massa y al peronismo le sirven desplazar a Macri de la escena y relegarlo al tercer lugar porque la mayoría se lleva dos senadores y la minoría se lleva un senador. Por lo que el que sale tercero desaparece de la carrera por el 2019.
En un escenario de tres tercios (PJ, Frente Renovador y Cambiemos) perder por un punto es perder todo. Pero no faltan quienes opinan que a Massa lo que más le importa es que Cambiemos gane sus dos senadores, el entre segundo y ganarle al PJ para tenerlo rendido a sus pies en 2019, o ganar él y tener un Cambiemos segundo. Massa quiere a los peronistas aunque le baje el precio al sello. Porque el sello de la UCR tiene menos valor que el del PJ, si el gobierno de Macri no sale del pozo.
Cristina Fernández
Lo primero que muchos deberían entender de una vez y para siempre que en esta columna se habla de Política y cuando se habla de política se puede hablar en varios términos: poder, caja, gestión, rosca e historia. Para llegar a comprender la política, mejor saber de qué se está hablando.
Ahora estamos hablando de rosca y la rosca indica que al PRO no le conviene Cristina presa sino compitiendo para tener una opositora “pegable”(esto lo confirmó a Política del Sur un importante dirigente macrista de la Provincia), sobre todo porque no tendrá una sola megaobra terminada para mostrar si es que logra sortear el mal clima energético y el cielo está despejado y no hay una sola nube que indique que van a llover inversiones. Macri no puede salir a pegarle a Massa porque es su socio, quien le garantiza la gobernabilidad, y Vidal no puede pelearse con el PJ porque sus intendentes le permiten ser la jefa del Ejecutivo. El problema es cuando uno habla de rosca, el otro de gestión, el otro de historia y nadie entiende un durazno. Pero este dirigente también confió a PDSur que hay Palomas y Halcones dentro del PRO ya que no faltan quienes piden la cárcel para CFK, a lo que las palomas afirmar: “Si la victimizamos es peor, la necesitamos compitiendo para tener un enemigo”.
CFK está de campaña con el Instituto Patria, aunque todos opinan que no será candidata en 2017 porque no une al peronismo. Los intendentes del Grupo Esmeralda y los gobernadores no quieren saber nada con La Cámpora, Máximo y el Nuevo Encuentro (basta de banderas rojas, dicen).
Si bien hay fuentes que insisten en una CFK candidata a senadora con un Scioli candidato a diputado, en la medida en que Macri no aprenda a conducir políticamente y crezca su imagen negativa hasta alcanzar la de la ex presidenta (un 70%), otra fuente del PJ, analizó que Cristina no se presentará como candidata a senadora por la provincia de Buenos, y que podría ser en realidad candidata a senadora por Santa Cruz y asegurarse una banca en el senado para que la vicepresidenta Gabriela Michetti tenga que fumarse la oratoria impecable de Cristina.
Hoy el gobierno de Alicia Kirchner en Santa Cruz es pésimo. No da pie con bola. La Provincia está en un caos, y su cuñada podría sacarle las papas del horno porque es su territorio y tiene votos fieles, pero también podría ser un arma de doble filo porque la decepción de una mala gestión le jugaría en contra a la viuda del Pingüino.
Por otra parte, si bien hay mucha gente que pide la cárcel para CFK por “corrupta” aunque hasta el momento no exista no tan siquiera una semiplena prueba en su contra, pocos se detienen a pensar que una mujer que fue dos veces diputada y senadora provincial, dos veces diputada y senadora nacional, dos veces presidenta de la Nación y abogada y que renunció a los fueros parlamentarios al no querer ser diputada por el Parlasur, pueda haber dejado rastros de sus movimientos financieros supuestamente ilícitos como Josesito López que se obsesionó por tener los dólares en su placard.
Gobernadora e intendentes del Grupo Esmeralda
Así como se dijo que en una foto actual de todos peronistas juntos no resalta una solo candidato con chances de campeonar en 2017, una fuente aseguró a Política del Sur que “hay un acuerdo tácito para que nadie sobresalga”, y advierte que los peronistas esperen hasta marzo, cuando se larguen todos a pelear el poder, tanto gobernadores, ex dirigentes como Florencio Randazzo, Scioli e intendentes como podría ser el de Avellaneda Jorge Ferraresi.
El Grupo Esmeralda no va a poner candidato. Estos jefes comunales por el momento desfilan de manera incesante, asegura una fuente misma del peronismo, por los ministerios de Obras Públicas y Desarrollo Social de Provincia, pidiéndole obras, obritas, planes y plancitos a María Eugenia Vidal a quien desde Nación le abrieron el chorro de una manguera recibiendo recursos constantemente para repartir entre los intendentes del PJ y asegurarse la gobernabilidad hasta 2017 para ver si puede salvar a Macri.
Martín Insaurralde no será candidato, afirmar en su tropa, porque quiere jugar primer la presidencia del PJ (que hoy desprecia Massa porque lo tiene Fernando Espinoza) y luego la gobernación de la Provincia de Buenos Aires, con quien sea como candidato a Presidente.
Un operador de la Tercera que trabaja en la Cámara de Diputados Nacionales, asegura que MI está cada día más cerca de Massa y que hasta le acercaría fiscales para 2017, para que esa la fórmula 2019. ¿Fiscales?, ¿y el voto electrónico? Esas fueron las preguntas de Política del Sur a tres fuentes: una del PJ, otra del Frente Renovador y una del PRO. Las tres coincidieron en que “no se llegan con el voto electrónico en 2017” y que además “Vidal no lo quiere. Mariú quiere ahora que está en el “derpo” las “papeletas impresas en letra de molde”.
Vicios privados, virtudes públicas. La gobernadora ahora tiene el aparato, la caja, los fiscales y la estructura que se necesita para llenar las urnas de boletas amarillas, para que su imagen política entre los intendentes crezca, como crece su imagen positiva entre la gente, aún por encima de Mauricio Macri, que para de cometer errores de gestión, de conducción política y de comunicación (lo dice Clarín, y este periodista, oh, increíblemente coindice esta vez con el gran houseorgan argentino).
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