En medio de la crisis por la seguridad en esa provincia, la ministra cuestionó a Lifschitz por no aceptar las condiciones para el envío de fuerzas federales.
La ministra de Seguridad Patricia Bullrich señaló que el problema del narcotráfico en Santa Fe "está atravesado por la complicidad de la policía de esa provincia", y advirtió que el gobernador Miguel Lifschitz "no quiere asumir el compromiso de depurar y hacer cambios estructurales" en esa fuerza.
"El problema del narcotráfico está empezando a tocar a funcionarios que han asumido algunas conductas esquivas", sostuvo Bullrich.
Los cuestionamientos de la titular de la cartera de Seguridad se produjeron unas horas antes que los rosarinos salgan otra vez a las calles a reclamar por seguridad, como lo hicieron el 25 de agosto pasado, cuando unas 20.000 personas dijeron "basta de violencia". La manifestación se realizará también en la ciudad de Santa Fe, donde hubo 92 crímenes en lo que va del año.
Luego de la primera marcha, el gobernador de Santa Fe le pidió al gobierno de Mauricio Macri el envío de fuerzas federales esa provincia, como ya ocurrió en abril de 2014 y en mayo de 2015. Pero la respuesta de la ministra de Seguridad fue más dura de lo que Lifschitz esperaba. Bullrich le propuso un plan de seguridad para combatir el narcotráfico, con un control sobre la policía, que -según el diagnóstico- es uno de los ejes del delito en esa provincia.
Ese diagnóstico lo comparten en la justicia federal de Rosario, que observan que el esquema de corrupción que manejaba el entonces jefe de la Policía Hugo Tognoli, quien está preso en el penal de Las Flores y será juzgado por narcotráfico antes de fin de año, se atomizó en sectores internos de la fuerza que hoy están desmadrados.
"Necesitamos tener capacidad para tomar decisiones que van a influir en un cambio estructural en la policía y el servicio penitenciario para que sean parte de la solución y no del problema del narcotráfico", afirmó Bullrich en diálogo con LA NACION.
La ministra de Seguridad afirmó que desde esa cartera lo que se busca evitar es repetir los errores de la gestión anterior y enviar fuerzas federales a Rosario "como si fueran un adorno". "Lo que pretendemos es ejercer el control cruzado de los problemas que están existiendo. No podemos trabajar sólo con el narcotráfico si hay una policía que está atravesada por la mafia".
Bullrich sostuvo que el gobierno de Santa Fe "debe asumir el problema que hay en esa provincia. El gobernador no puede decir que la policía ha mejorado cuando en cada caso de drogas hay policías involucrados y en los últimos dos meses se volvió a disparar la tasa de homicidios".
"No queremos ser cómplices. Hay una crisis estructural en Santa Fe, donde el problema del narcotráfico está empezando a tocar a funcionarios que han asumido algunas conductas esquivas", sostuvo.
Desde hace cuatro años Rosario empezó a ser un territorio de disputas entre bandas poco sofisticadas, entre ellas la de los Monos, que gerenciaban la venta de una cocaína a bajo precio y calidad que se diseminó por los barrios más pobres. Estos enfrentamientos provocaron un incremento de los índices de violencia.
Con una tasa de 12,2 homicidios cada 100 mil habitantes en el año 2015, la provincia duplica la media nacional establecida en 6,6, según el Informe del Sistema Nacional de Información Criminal (SNIC) publicado en abril pasado. El 75% de los asesinatos se produjo con armas de fuego, lo que también supone un circuito ilegal aceitado. En lo que va del año, en Rosario se cometieron 135 asesinatos, mientras que en la ciudad de Santa Fe esa cifra llega a 92.
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