Patricia Bullrich visitará este martes el Senado para exponer sobre su proyecto sobre violencia en el fútbol, cuyos aspectos más polémicos sobre penas de prisión para los trapitos y revendedores.

El proyecto fija entre dos y ocho años de cárcel a quien “integre una asociación destinada a cometer cualquiera de los delitos o cuatro a quien la financie”.

Se entiende que habla de barrabravas, una figura que en debates anteriores varios legisladores consideraron inocua, porque encuadra en la asociación ilícita.

Pero Bullrich no se quedó ahí y estableció que los “cuidacoches” deberían pasar entre uno y seis meses presos si son hallados in fraganti. L pena aumentaría si exigiesen dinero para cuidar el auto.

El debate será en un plenario de las comisiones de Justicia, Deporte y Seguridad Interior y Narcotráfico, presididas por Pedro Guastavino, Julio Catalán Magni y Sigrid Kunath.

El proyecto establece pena de un mes a un año para los revendedores, pero si el acto ilegal se diera en las inmediaciones del estadio sería del doble. Un dirigente o futbolista implicado en reventa podría recibir hasta dos años de cárcel.

También dicta penas para quien ingrese elementos prohibidos a la cancha. El que introduzca objetos cortantes, instrumentos contundentes, artefactos químicos (como gas pimienta) o cualquier elemento destinado a intimidar o ejercer violencia deberá pasar entre seis meses y dos años en prisión.

Dos a seis años “para quien, con violencia, alterase el desarrollo de un partido, generase disturbios o ejerciera presión sobre los futbolistas. La pena sería de ocho años si se utilizaran armas”.

La posibilidad de juicio abreviado (admitir la culpabilidad) o arrepentirse, figura que se extenderá a delitos de corrupción este miércoles en la sesión de Diputados, está contemplada en el texto de Bullrich.

La visita de la ministra se da luego de un fin de semana polémico en cuanto a violencia en el fútbol, porque se conoció que jugadores de Boca Juniores fueron intimados por los barras del club. El ténico, Guillermo Barros Schelotto, negó el hecho.