Posible candidato a jefe de Gobierno porteño.
La sostenida vocación de Sergio Massa por sumar pasajeros a su tren electoral, podría hacer una próxima parada en la estación Ciudad. El economista y periodista Tomás Bulat quedó en responderle la semana próxima si acepta su propuesta para ser candidato a jefe de Gobierno.
En diálogo con Clarín, Bulat confirmó que está trabajando “en un plan para la Capital, no para acompañar sólo a un candidato presidencial”. Aunque no quiso dar por segura la postulación, se lo escuchaba entusiasmado. Las dudas tienen que ver con el impacto familiar que podría acarrear el salto. Desde el kirchnerismo ya le dieron muestras gratis a fin de año, cuando recordaron a través de medios afines algunos “pronósticos errados” del economista y un pasado laboral “en el PAMI de De la Rúa”. En su web personal, Bulat recuerda otros antecedentes en el Senado, el Banco Provincia y el BID.
Ante la consulta, Massa prefirió mantener la incógnita. Desde hace tiempo, viene jugando con la idea de un candidato “sorpresa para la Capital, de afuera de la política”. En charlas internas hasta prometió que tenía “abrochado” un aspirante de “25 puntos”. En su entorno son menos misteriosos: “En un 95% el candidato es Bulat. El tema es que si no es él, no hay nadie”.
Clarín contó en octubre este panorama de incertidumbre. La resistencia de algunos dirigentes como Roberto Lavagna, la imposibilidad de “comprar” algún externo como Martín Lousteau y las dificultades de otros para levantar el amperímetro electoral (Martín Redrado, Guillermo Nielsen) llevaron a Massa a buscar por afuera del circuito tradicional. El contacto con Bulat vino a través de Mario Meoni, el intendente radical de Junín.
Mientas un sector insiste con hacer un último intento por la oscilante Graciela Ocaña, el escenario para Massa luce complicado. Las internas abiertas son el 26 de abril y la elección general el 5 de julio. Ya. Y con el PRO consolidado (aunque con grietas por la pelea entre Gabriela Michetti y Horacio Rodríguez Larreta), Lousteau con buenos antecedentes en el distrito y el kirchnerismo con un piso de unos 12 o 15 puntos, el Frente Renovador debe salir a pelear pronto y a alta velocidad. Con el riesgo de que ese tren termine descarrilando.
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