Una joven fue violentamente asesinada por su concubino, después de una discusión que mantuvieron en su vivienda del callejón Cubillos en el distrito  de Rama Caída.

 Según confirmó Diario San Rafael, el homicidio se produjo durante la mañana del domingo, cuando ambos -por razones que se desconocen- protagonizaban un fuerte altercado en la casa ubicada a 50 metros de la ruta 143. Allí, Jesús Alberto Araya, de 29 años, extrajo una maza de construcción y golpeó en la cabeza a la víctima, Débora Gómez (25), que falleció en el acto, confirmaron fuentes policiales.

 Araya, cuando comprobó que Débora estaba sin vida, alzó el cuerpo y lo llevó hasta el baúl de un Renault 12, con manifiestas intenciones de deshacerse del cadáver.

El hombre llamó a su padre, el suegro de la víctima, y le dijo lo que había hecho. El padre del asesino fue quien denunció y el que llamó a la Policía.

Ante tamaña denuncia, varios policías se desplazaron al lugar donde se encontraron con el dantesco panorama. Inmediatamente Ayala fue detenido y trasladado a la base de la Unidad Investigativa.

 Si bien no fueron muchos los detalles que trascendieron, fuentes de la investigación manifestaron a este diario que el homicidio se habría producido delante de sus tres hijos; entre ellos, una pequeña de apenas 5 meses, quienes estaban en la casa al momento de haber arribado la Policía.

 Fuentes policiales indicaron que en el prontuario de Araya, hasta ayer, figuraban dos procesamientos por infracción al Código de Faltas, entre ellos por consumo de alcohol en la vía pública, pero ninguna causa relacionada a lesiones o denuncias en su contra por violencia de género. El homicida, que hoy será trasladado a los tribunales, se abstuvo ayer a declarar a instancias de lo que le aconsejó su abogado.

 La situación procesal de Araya es compleja, ya que será imputado por "Homicidio" con el agravamiento por el vínculo. Pero además recaerá sobre él la figura de "Femicidio", aprobada por el congreso para incorporarla al Código Penal, lo que prevé condenas a prisión perpetua. Sin dudas que el dato resulta casi anecdótico si repasamos la pérdida de una joven vida, la forma en que ocurrió y el desamparo que ahora deberán enfrentar los tres pequeños hijos. 

El hecho conmocionó no solo a la comunidad de la zona donde ocurrió sino a la opinión pública de San Rafael. Sin dudas que el lamentable suceso se enmarca dentro de los constantes episodios de violencia de género que se registran en el departamento.

 

Un caso más de violencia de género

Débora Gómez se convierte en la primera víctima fatal de violencia de género en lo va del año en el departamento. Sin embargo, hasta junio ya se habían realizado más de 30 denuncias en el Área de la Familia y la Mujer respecto a este flagelo. Según datos de la oficina de Asistencia Jurídica de Violencia contra la Mujer del Poder Judicial, desde julio del 2010 a agosto del 2013 en Mendoza hubo 2.663 casos. Aproximadamente son 50 los casos graves que se registran al mes.

No se sabe aún si en el caso de Gómez el maltrato era recurrente. Si no lo era, en esa primera vez ella no pudo escapar y denunciar a su agresor. Actualmente son muchas las mujeres que sufren este tipo de violencia día a día. Es necesario que las que sobrevivieron al primer golpe, las que se levantaron del primer empujón denuncien al abusador para evitar formar parte, junto con Débora, de un número estadístico más. 

Aunque es escasa la información, existen en San Rafael lugares donde una víctima de maltrato puede acudir a pedir ayuda. En el Área de la Familia y la Mujer brindan contención y orientación a las víctimas. Ellas pueden recibir atención psicológica e Incluso las asesoran legalmente.

Si el caso lo amerita también está la posibilidad de albergar a la mujer y sus hijos en un refugio donde en 2013 ya habían pasado 15 mujeres.  El objetivo de un lugar como ese es brindar herramientas a las víctimas para seguir adelante con sus vidas alejada del abusador. "A veces la mujer se aísla" había comentado Nadia Márquez coordinadora de esa área a Diario San Rafael en una nota anterior, "les cuesta mucho pedir ayuda". Además, hay que tener en cuenta que algunas no saben cuándo un hecho constituye violencia porque provienen de familias violentas y naturalizan el acto. Para ilustrar sobre el tema podemos decir que existen tres tipos de violencia: psicológica, física, sexual y económica. Si bien generalmente los casos que salen a la luz son debido al maltrato físico muchas veces una mujer puede sufrir los cuatro tipos. 

Ante esto, lo esencial es alejarse, pedir ayuda y denunciar el caso. Frente a lo que se cree, si una mujer se va de su casa por violencia doméstica esto no significa abandono de hogar ni corre peligro de que la justicia la separe de sus hijos. Por lo tanto no hay impedimentos para que una víctima de maltrato reaccione y haga algo por ella y, si los tuviera, sus hijos.