El mismo fue la imposición del nombre Manos Unidas a la plaza del barrio Chacra de López, iniciativa que fue encomiada por todas las bancadas excepto la del monobloquista Augusto De Benedetto, quien no hizo referencia a la misma.

"El nombre es lo más importante, porque para lograrlo se unieron muchas manos: los vecinos pusieron amor, zanjaron diferencias y los concejales contribuyeron de distintas maneras", encomió la edil Claudia Cittadino mientras que el camporista Martín Garrido expresó que "cuando los vecinos se organizan, pueden lograr muchas cosas" tras dedicar una chicana al vecinalismo luego de espetar que "algunos escuchamos todavía".

En tanto, el massista Sergio Soulé especificó que "la política es una herramienta transformadora de la sociedad y con esto está demostrado"; a la par, el macrista Horacio Espeluse evaluó que "entre todos colaboramos para que este barrio esté cada vez mejor".

En tanto, se viabilizaron pedidos de comunicación por mantenimiento en la plaza San Baldivieso del barrio Olimpo; la posibilidad de concretar cloacas en Aconcagua al 600 y Las Heras al 1300; el vaciado de contenedores céntricos y la ampliación del presupuesto para comprar artículos de limpieza destinados a escuelas.

Pelea por los bombos

En tanto, y tras un pedido de regulación de horarios para los espectáculos musicales locales presentado por Cambiemos, se precipitó un breve chisporroteo verbal entre los ediles Garrido y Soulé.

El primero consideró que el pedido era "una falta de respeto" debido a que las cuestiones vinculadas a las horarios habían sido tratadas un día sábado a la vez que criticó a los autores de la iniciativa por "no trabajar los fines de semana". "Nos quieren robar la alegría, como dijo Jauretche", puntualizó encolerizado.

"No creo que el concejal Garrido sea San Cayetano: no le voy a permitir que se ponga a calificar quién trabaja y quién no", disparó Soulé mientras que Espeluse acompañó el pedido de pase a la Comisión de Turismo para su análisis.