La Sala I debe decidir si avala o revoca el fallo que dictó Lijo en junio. Será luego de que la Sala II ratificara la resolución de Bonadio en la causa por el auto con papeles falsos
El primer día de octubre, Amado Boudou recibió la noticia de que la Sala II de la Cámara Federal de Apelaciones había confirmado su procesamiento en la causa vinculada a la compra de un auto con papeles falsos. A partir de mañana, el Vicepresidente puede cosechar nuevas pálidas en los tribunales de Comodoro Py. Será el turno de una audiencia clave para el futuro del expediente Ciccone, el de tinte más político y, por ende, el que mayores problemas le genera al Gobierno. La Sala I escuchará los argumentos de las defensas y empezará a definir si confirma o revoca el procesamiento que dictó el juez Ariel Lijo para Boudou y otros seis acusados. De hacerlo, el Vice quedará al borde de dos juicios orales y públicos que podrían llevarse a cabo en 2015, año electivo y el que marcará el final del mandato presidencial de Cristina Fernández de Kirchner.
La audiencia en la Sala I estaba prevista para el 4 de septiembre, pero fue postergada por el pedido de varios de los procesados. "Nos sirvió para ganar tiempo", reconocieron en el entorno de Boudou, aunque la decisión sólo parezca representar un alivio temporal, ya que en Tribunales ven muy difícil que no se avale el fallo de primera instancia de Lijo. No obstante, en la defensa del Vicepresidente confían que los camaristas cuestionen el fallo de Lijo al que califican de "papelón" y le advierten errores "groseros". Cabe recordar que en mayo pasado circuló la versión de que la Cámara iba a remover a Lijo de la causa por su proceder. Sin embargo, eso no sucedió.
Los camaristas que deberán resolver si revocan o avalan el procesamiento son Eduardo Farah, Eduardo Freiler y Jorge Ballestero. Farah, con Horacio Cattani y Martín Irurzun, fueron quienes la semana pasada, desde la Sala II, confirmaron el procesamiento de Boudou por adulterar un documento público al comprar un auto marca Honda modelo 92. Por su parte, Farah, Freiler y Ballestero son quienes este año desestimaron el pedido de Boudou para que declare nulos los testimonios de dos de los procesados, Nicolás Ciccone y Guillermo Reinwick.
En el denominado caso Ciccone Boudou está procesado por cohecho y negociaciones ijncompatibles con la función pública al, presuntamente, siendo ministro de Economía, interceder ante la AFIP para gestionar una moratoria especial para evitar la quiebra de la imprenta familiar y facilitar así la llegada de The Old Fund, firma vinculada a Alejandro Vandenbroele, otro procesado, indicado como testaferro del Vicepresidente.
No sólo Boudou y Vandenbroele están procesados en el expediente. También se encaminan a juicio oral el socio del funcionario, José María Núñez Carmona, el ex jefe de asesores de la AFIP Rafael Resnick Brenner, el ex jefe de Gabinete del Ministerio de Economía Guido Forcieri, el dueño de la imprenta, Nicolás Ciccone, y su yerno, Reinwick. La causa, que comenzó en 2012, tuvo como primer juez a Daniel Rafecas, separado del caso por pedido de la defensa de Núñez Carmona y reemplazado por Lijo. También tuvo dos fiscales, ya que previo a la llegada de Jorge Di Lello, estaba a cargo de Carlos Rívolo.
Una decisión contraria a los intereses de Boudou en la Sala II de la Cámara, lo dejaría expuesto a un eventual juicio, que podría comenzar el año que viene, al igual que el del auto con papeles falsos. Además, el Vicepresidente está imputado en una causa por presunto enriquecimiento ilícito, que también tramitan Lijo y Di Lello, y en la que podría ser citado a declarar antes de fin de año.
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