A poco más de tres meses de la fecha en la que deben inscribirse las candidaturas para las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) de agosto, el Partido Justicialista tiene una interminable lista de postulantes, de los cuales ninguno quiere bajarse antes de tiempo. Si bien varios peronistas proponen una gran interna presidencial, serán pocos los que lleguen con chances a esa instancia. Los viejos zorros de la política saben que evitar el "baño de humildad" hasta último momento sirve como herramienta para "subirse el precio" a la hora de negociar espacios de poder en el cierre de listas. "Falta mucho", repiten todos en el PJ, aunque la fecha límite del 22 de junio esté cada vez más cerca. A las urnas: estas son las fechas del calendario electoral 2019 | Perfil La incógnita de Cristina Fernández de Kirchner, el lanzamiento de Daniel Scioli, la negociación de Sergio Massa y la levantada de Roberto Lavagna pusieron al peronismo con los nervios de punta, en un momento donde sobran candidatos y faltan sillas. A continuación, un panorama de los principales candidatos posibles: Cristina Kirchner. Nadie se anima a confirmar si será o no candidata. Como en 2017, la expresidenta permitirá que corran las especulaciones hasta último momento. No hablará en público y dejará que la agenda enfoque sobre la mala gestión económica de Mauricio Macri. Se están analizando encuestas. Si para mayo/junio las tendencias muestran que no puede ganar en primera vuelta, evitaría arriesgar su capital político en un balotaje. ¿El número mágico? 42%. Roberto Lavagna. Insiste con que será candidato si se encolumnan detrás de él. El problema es que el resto de los aspirantes de Argentina Federal a la Rosada creen que no tienen por qué armar un operativo clamor en su nombre. "Fue candidato de los radicales", recuerdan por lo bajo sus eventuales competidores, sobre su intento fallido de 2007. ¿Confía el kirchnerismo en él para un posible un acuerdo electoral? Si, pero hasta ahí. Lo consideran una "alternativa" que ensayan Clarín y Techint para octubre. Si bien no sería un impedimento compartir objetivos de corto plazo con esos sectores, dudan de que el exministro de Economía pueda llegar al balotaje con Macri. "En una segunda vuelta le gana, pero nadie te garantiza estar en la final", calculan. El gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, fue muy claro: si quiere competir tiene que ir a la PASO. Por ahora sigue moviéndose, pero evita confirmar su candidatura en un 100%. Roberto Lavagna se mostró con Schiaretti y acordaron discutir sobre las internas Sergio Massa. El viernes pasado le dijo a los intendentes del PJ que solo pensaba en ir por la Presidencia, y que si se bajaba no iría como candidato a gobernador de Buenos Aires sino que metería "su tropa" dentro de la unidad. En Tigre eso ya es un hecho, donde Luis Zamora comparte la gestión con massistas y kirchneristas por igual. ¿De qué depende que siga en carrera? Las encuestas están a la orden del día. Si el candidato es Lavagna, el exjefe de Gabinete quiere estar sentado lo más cerca posible para tener un rol protagónico en un eventual gobierno de coalición. ¿Y Cristina? "No sé lo que va a hacer ella, ella tiene su espacio en Unidad Ciudadana", insistió Massa en una entrevista con Luis Novaresio. A pesar de los dichos, los puentes no están rotos, ni mucho menos. Daniel Scioli. Está más decidido que nunca a ser competir por la presidencia, incluso aunque no vaya como "el candidato de Cristina". Muestra el debate del 2015 como la gran prueba de que todo lo que advirtió sobre Macri se cumplió. Disparó su enojo contra los candidatos de Alternativa Federal por la denuncia que recibió por parte de Silvina Martínez, abogada de Margarita Stolbizer. Aunque no lo menciona con nombre y apellido, cree que es una jugada de Massa para ensuciar su aspiración. Juan Manuel Urtubey. El salteño se mantiene en la carrera. Insiste en que la herramienta para definir al candidato dentro de Argentina Federal son las PASO y, reitera, no piensa bajarse, aunque sus numeros no mejoren. Como varios de sus compañeros, bajó el nivel de confrontación con la expresidenta.