El titular de la UIA deja trascender sus deseos de continuar. La cúpula se debe renovar después de las PASO. Su suerte está atada al futuro de la Casa Rosada.
Por Ariel Maciel
La Unión Industrial Argentina (UIA) deberá decidir en 2023 por partida doble: al clima electoral nacional se le sumará uno propio, puertas adentro, por la búsqueda del sucesor de Daniel Funes de Rioja. Los mandatos en la principal central fabril de la Argentina se renuevan cada dos años y sus próximos comicios coincidirían con el período de ebullición que se genera entre las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) y las generales, si no avanza el operativo clamor para suspender las internas que auspicia parte del Frente de Todos en el Congreso. Si bien el mundo empresario evitó aún sacar fuera de la entidad los debates, ya comenzaron las primeras reuniones para tejer el escenario futuro, con un grupo que comenzó a sondear la reelección del también presidente de la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (COPAL), como modo de mantener el status quo industrial ante un eventual recambio en la Casa Rosada.
Fuentes de la UIA le confiaron a Letra P que Funes de Rioja comenzó a dejar trascender sus intenciones de renovar el mandato presidencial, bajo la autopromoción de "darle continuidad al perfil técnico, para evitar cuestionamientos de cualquier parte de la grieta". El abogado laboralista arrancó un trabajo de recopilación de situación de los distintos sectores y regiones que integran la central fabril, que incluye una serie de propuestas para la profundización del proceso productivo. El denominado Libro Blanco, que llevó a manos de distintos ministros, se convirtió en una suerte de plataforma que le permite militar, por ahora de manera subrepticia, su continuidad en la jefatura de la entidad.
Otra de las cartas que el actual presidente fabril tiene bajo la manga es su buen vínculo con la dirigencia de Junto por el Cambio, espacio que podría retornar al poder en 2023. "Es bien visto por el macrismo y podría ser un puente de entendimiento ante un cambio de gestión", admitió un integrante de la mesa chica de la UIA. Su antecesor, Miguel Acevedo, tuvo fuertes contrapuntos con el expresidente Mauricio Macri y su gabinete en la era Cambiemos, por los reclamos que surgían desde la entidad hacia el "proceso de desindustrialización", como lo calificaron ante la recesión que generó el cierre de fábricas en todo el país. Esa confrontación generó que Francisco Cabrera, exministro de Producción, los tildara de "llorones".
Llamó la atención e, incluso generó malestar en algunos dirigentes empresariales, la parte del discurso de Funes de Rioja en el Coloquio de la Unión Industrial de Córdoba (UIC) cuando se preguntó si en la UIA están "sólo para llorar y protestar o para proponer". Además, recordó que los industriales habían debatido la grieta que se había instalado en la central fabril antes de su gestión. Sucede que ese proceso de renovación presidencial incluyó un choque entre dos espacios, uno más identificado con el modelo productivo del peronismo, y otro con mayor resistencia al desembarco del Frente de Todos en la Casa Rosada, que impulsaba la candidatura del jefe de COPAL.
La reelección de Funes de Rioja transitará por un camino empedrado, debido a que se enfrentará con algunas resistencias. Mientras que el sector más dialoguista con la actual Casa Rosada buscará desactivar la intentona, otro espacio reclamará que se ponga en marcha la declamada renovación dirigencial. En la elección pasada, "una de las promesas de la lista de unidad fue el último mandato de algunos referentes que están en la conducción desde hace muchos años, sin permitir la inclusión de jóvenes y, especialmente, mujeres", recordó otra fuente fabril, que es parte de la Junta Directiva, pero que no está en el staff del Consejo Directivo, que es donde se toman las decisiones de relacionamiento político.
Un escollo con el que se puede enfrentar el actual mandamás industrial es la suspensión de las PASO. Un resultado en las primarias que muestre con mayores posibilidades a la oposición de cara a las generales de octubre allanaría el camino del perfil conciliador que necesitarían los industriales para dialogar con JxC; pero si, finalmente, avanza el proyecto de saltear la primera instancia electoral, el Círculo Rojo productivo deberá designar un presidente "a ciegas". El argumento del "perfil liberal", como ironizan los críticos de la reelección, "quedaría sin sustento", auguran.
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