En su último año de gestión, el gobernador contará con un cálculo de recursos y gastos que tienen una cifra récord, y el incremento promedio del 30% en los inmobiliarios, Ingresos Brutos y Sellos
El gobierno de Antonio Bonfatti comenzará el último año de su gestión con presupuesto y un aumento de impuestos. Así lo convalidó ayer la Cámara de Diputados de la provincia al aprobar el proyecto en general, con 29 adhesiones y 17 abstenciones. En tal sentido, durante 2015 el Estado tendrá un total de recursos por 76.622 millones de pesos y de gastos por 75.881 millones de pesos, lo que determina un superávit de 741 millones de pesos.
Durante el debate, la oposición criticó la falta de tiempo para analizar los números –apenas una semana desde que la media sanción llegó del Senado– pero optó aceptar su discusión para evitar que el Ejecutivo tenga recursos de libre disponibilidad. O sea, continuar con el presupuesto 2014 el próximo año significaría para el Ministerio de Economía poder utilizar los excedentes recaudatorios “a su antojo”.
En cuanto a los aspectos técnicos, los diputados de la oposición se valieron de un análisis financiero y político que incluyó la ejecución presupuestaria de 2007 a la fecha para mostrar su enojo. Y así se quejaron del incremento constante del gasto corriente y haberlo hecho más rígido, la subejecución de tareas de infraestructura, la mayor presión fiscal y no tener como prioridad algunas áreas sociales sensibles.
La primera de las legisladoras que hablaron fue la presidenta de la Comisión de Presupuesto y Hacienda, Marcela Aeberhard (PJ), quien justificó la aprobación sobre tablas de la denominada Ley de Leyes para evitar la reconducción presupuestaria. Paso siguiente, dijo que le llamó la atención que dentro del mensaje de la Casa Gris se haya incluido “una reforma tributaria”, que según consignó debería ir por canal separado, en otro proyecto.
Luego, otros colegas del justicialismo hicieron hincapié en dicha divergencia técnica; algunos justificaron así la abstención a los ajustes tributarios, mientras que el obeidismo directamente votó en contra esos puntos (ver aparte) y se abstuvo en los demás. Aeberhard, por lo pronto, recordó que en cinco de seis presupuestos que fueron ejecutados por el Frente Progresista hubo déficit y eso marca que gastan más que lo recaudado.
Al respecto, se preguntó cómo puede ser que el Ministerio de Gobierno y Reforma del Estado que conduce Rubén Galassi haya aumentado 125 por ciento su presupuesto interanual, siendo que en las carteras de Seguridad (59 por ciento) y de Salud (31 por ciento) fue mucho menor. “Eso nos lleva a cuestionar dónde se ponen las prioridades dentro de la actual gestión”, manifestó.
Después, dijo que para políticas de género se dispusieron “solo 10 millones de pesos” y 3,6 millones de pesos para el área de Prevención y Asistencia a las Adicciones. De igual modo, cuestionó que la planta de personal de gabinete y autoridades superiores (funcionarios) se incrementó de 459 personas en 2008 a 786 en 2014, lo que significa un aumento del 71,24 por ciento con su correspondiente erogación de salarios.
Por su parte, el obeidista Mario Lacava calificó de inadmisible “votar una reforma tributaria dentro de un presupuesto, porque eso desnaturaliza la discusión del proyecto de presupuesto”. Y recomendó al Ejecutivo: “El día que quieran aprobar una reforma tributaria manden un proyecto específico, discutamos con los funcionarios. Hay que recordar que la presión tributaria de Santa Fe es muy alta, una de las más altas de la República Argentina”.
El legislador reiteró que la mala gestión del Frente Progresista queda en evidencia cada vez que se debate la aprobación del presupuesto, porque se aprueba una cosa y se hace otra distinta. “En siete años (de FPCyS) se subestimaron los recursos, se sobreestimaron los recursos destinados a obras públicas y todos los años se subejecutó”, indicó el opositor, y acusó al ministro de Economía, Ángel Sciara, de ser el artífice de ese tipo de políticas.
“Al revisar la evolución del gasto corriente, podemos decir que en todos estos años el doctor Sciara gastó más de lo previsto y por encima de la recaudación. Por eso hay déficit, por eso hay endeudamiento, por eso hay deuda flotante, por eso faltan obras”, concluyó Lacava, y manifestó que el oficialismo confunde obras con maquetas porque todo lo que anuncia nunca lo concreta.
Regresivo y antiprogresista
Para 2015 se previó un aumento promedio del 30 por ciento en los impuestos Inmobiliarios Urbano y Rural, respecto de los valores que se pagaron en 2014. También habrá un porcentaje similar de incremento en los mínimos de Ingresos Brutos y se hará un retoque importante en Sellos, para diversos trámites administrativos. Según el diputado justicialista Ricardo Olivera, todos esos cambios “son regresivos y para nada progresistas”.
Entre los argumentos, dijo que en los Inmobiliarios lo correcto es revisar las valuaciones fiscales que son la base de cálculo del impuesto, porque aumentar en un porcentaje idéntico a todas las categorías hace que los pequeños productores y los inmuebles urbanos de menor valor tengan que contribuir más dinero que otras partidas superiores. A su vez, criticó el ajuste en Ingresos Brutos porque es un impuesto que se aplica en cada instancia del proceso de comercialización y eso tiene un impacto negativo en los precios y en los costos.
“No es un momento de la economía para plantear un aumento de impuestos”, evaluó el legislador del Partido Justicialista. Además, recordó que antes de la reforma impositiva de 2012 el impuesto Inmobiliario representaba el siete por ciento del total de recaudación propia, luego valoró que haya llegado al 12 por ciento y ahora, con los cambios introducidos, oscilará el ocho por ciento. Mientras tanto, “el regresivo impuesto sobre los Ingresos Brutos pasó de representar el 75 por ciento de la recaudación propia, al 80 por ciento”.
Comentá la nota