PJ bonaerense tironea de la lapicera 2017 ante Vidal

PJ bonaerense tironea de la lapicera 2017 ante Vidal

El peronismo de la provincia de Buenos Aires se reúne el jueves en La Matanza para debatir una conducción colegiada y el recambio de los apoderados partidarios de cara al armado de listas para el año que viene.

 

En La Matanza, el PJ bonaerense comenzará el jueves a definir quién maneja la lapicera 2017. Por ahora, el ala peronista encolumnada con Cristina de Kirchner controla a los apoderados partidarios, encargados de anotar ante la Justicia electoral a los candidatos para las elecciones legislativas del año próximo. El peronismo se debatirá entonces entre mantener el statu quo kirchnerista o, a lo sumo, definir un cuerpo colegiado que diluya pero no sustituya a la expresidente como jefa política a futuro.

El Grupo Esmeralda, un colectivo de intendentes del conurbano encabezados por Martín Insaurralde (Lomas de Zamora), junto con Florencio Randazzo apuntan a dos apoderados para ser reemplazados. Se trata de Jorge Landau, histórico e indeleble peronista de la provincia de Buenos Aires que sobrevivió al paso de Eduardo Duhalde, Néstor Kirchner y Cristina de Kirchner. Pero el Esmeralda apunta en especial a Eduardo "Wado" De Pedro, cacique de la ultracristinista La Cámpora y exsecretario general de Presidencia.

El funcionariato del kirchnerismo/sciolismo residual se trasladó a La Matanza. Allí, Verónica Magario contrató a exministros de la expresidente, como Deborah Giorgi -a cargo del Ministerio de Industria nacional- en la Secretaría de Producción; y a Roberto Feletti -exdiputado y exviceministro de Economía- al frente de la Secretaría de Economía. Magario también sumó a dos exfuncionarios de Daniel Scioli en la provincia de Buenos Aires: Alejandro "Topo" Rodríguez, exministro de Asuntos Agrarios y Alejandro Collia, el exministro de Salud, también ahora con despacho en La Matanza.

El dúo matancero Magario-Espinoza queda en una suerte de encerrona política. Padece la resistencia interna del peronismo del Esmeralda, que pendula entre la organicidad PJ y el Frente Renovador de Sergio Massa. Pero también está en los radares de María Eugenia Vidal, quien buscó, sin éxito, desplazar a Magario de la jefatura de la Federación Argentina de Municipios. La intendenta resistió con apoyo de los jefes comunales peronistas y la Casa Rosada se reunió con Insaurralde para anunciar la inminente creación de una agencia paralela. 

El Congreso del peronismo bonaerense del próximo jueves podría incluir en su orden del día la modificación del artículo N° 58 del Reglamento. Allí se establece que para poder ser apoderado del PJ, es requisito indispensable tener título de abogado. El sector de Espinoza pretende eliminar esa exigencia para que el exintendente de La Matanza puede ser no sólo presidente del partido sino también apoderado, ante el temor de que el peronismo postkirchnerista lo desplace de su cargo.

El viernes pasado, a menos de una semana del Congreso PJ, el oficialismo bonaerense volvió a zambullirse en la interna peronista. Vidal inauguró dos hospitales en el municipio de José C. Paz, acompañada por referentes del PJ bonaerense como el expresidente Eduardo Duhalde y el intendente local, Mario Ishii, junto a su par de Ezeiza, Alejandro Granados y el extitular de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez.

Domínguez llevó a Espinoza como compañero de fórmula a las PASO del FpV para definir candidato a gobernador de Buenos Aires. Perdió con Aníbal Fernández, otro referente quilmeño del peronismo de la provincia de Buenos Aires que terminó en guerra abierta con Domínguez. Ambos se acusaron de operaciones cruzadas, desde mediáticas hasta electorales. Sin embargo, Domínguez todavía emerge como una multiterminal del peronismo y conserva el diálogo con todos los sectores. Asiste a las reuniones que convoca Randazzo, mantiene línea directa con Insaurralde y también construye junto al kirchnerismo de Espinoza.

"Yo aparecí en la foto con Vidal porque me había invitado Ishii, mi compañero", es el descargo del exministro de Agricultura de Cristina de Kirchner. Ishii y Granados no necesitan dar explicaciones. Defienden la cohabitación con Vidal y la gobernabilidad de la provincia de Buenos Aires. 

La sobreoferta electoral del peronismo en provincia de Buenos Aires no deja a nadie afuera. Todos y todas aparecen competitivos. Cristina de Kirchner y Daniel Scioli parecen dispuestos a reeditar su alianza 2015, a pesar del resultado electoral. Randazzo, no sabe no contesta, pero no está descartado y definirá su juego a fines de marzo con el escenario político-económico de coyuntura. Un tercer pelotón de disidentes, encabezados por Ishii, Granados y el intendente de San Miguel , Jaime Méndez, apuestan al rol de los intendentes con tanta o más vocación electoral que el Esmeralda de Insaurralde. 

Quiénes y cómo se definirán los candidatos del peronismo bonaerense es todavía una incógnita. La estrella del sello Frente para la Victoria comienza a extinguirse. Más allá de los apoderados y la burocracia partidaria. La dispersión se observa en el Congreso de la Nación y en la Legislatura bonaerense. La principal coincidencia entre todos los sectores del Congreso PJ es que tanto el peronsimo de Insaurralde, como el de Randazzo, y el de Espinoza/Magario animarán unas mega-PASO peronistas el próximo año. Vidal, con la teoría del candidato Cambiemos NN, apuesta a un Golem bonaerense para blindarse ante el PJ en 2017.

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