El subsecretario de Transporte, Hermes Almirón es quien lleva adelante el análisis de la implementación del boleto gratuito y reveló la compleja diagramación de costos que demandará.

Solo hay tres municipios que cuentan con información fehaciente sobre el uso estudiantil del transporte público, ya que usan sistemas electrónicos de emisión de boletos: Posadas, Apóstoles y Oberá.

En el resto de los municipios, la información es parcial y recién se está recopilando.

A eso se suma la dificultad de calcular el número de kilómetros recorridos por los usuarios de transporte de media distancia, especialmente para los estudiantes que se mueven desde las colonias hacia municipios. “Es difícil calcular el costo promedio de un estudiante del interior”, señaló Almirón.

El funcionario confió en que toda la información estará disponible para el inicio del ciclo lectivo del 2016, pero de todos modos, se irá actualizando en la medida que se conozca el número de ingresantes al sistema educativo y se incorporen chicos que hasta ahora se movían por otros medios.

Almirón ya mantuvo reuniones con el ministro de Educación, Luis Jacobo, y autoridades universitarias con el objetivo de debatir el mecanismo por el cual las empresas deberán recibir cierto monto de dinero -estimado en al menos 20 millones de pesos- para poner en práctica el beneficio, y cómo harán los estudiantes para obtener los pasajes, cuyos topes están fijados en 60 boletos por mes, salvo en el caso de los universitarios a quienes se les otorgarán hasta 80 viajes mensuales, mismo beneficio al que acceden los alumnos de escuelas técnicas.

El funcionario planteó que el mayor problema es la inexistencia de datos concretos, porque excepto en el transporte urbano metropolitano y dos municipios del interior de la provincia, los demás no están trabajando con un sistema electrónico de pagos. En el caso de las empresas de media distancia solo se cuenta con información aproximada de pasajes vendidos.

“Hasta el momento hay una ley que preveía un descuento de entre un 20 y un 50 por ciento para estudiantes. Hay una masa de estudiantes que no utilizaba esta ayuda que se convierten en los pasajes más caros. Estamos con nuestros contadores haciendo los cálculos, los números finos analizando los datos, además los tiempos apremian ya que con el ciclo lectivo del año que viene el mecanismo de boleto gratuito debe estar funcionando”, indicó.

Sobre la manera es que los estudiantes podrán acceder al beneficio, explicó que la idea es que se acerquen a la empresa de transporte y adquieran la cantidad de boletos que necesitan con el tope que fija la ley.

Sería un boleto otorgado por un sistema informático que se genere desde una base que tenga la Subsecretaría y que se tendrá que regular a través de los fondos financieros para conocer cada cuánto las empresas deberán rendir la cantidad de pasajes vendidos.

“Estamos trabajando para que no exista un problema entre la cantidad de pasajes que dispone la empresa y los que realmente otorga, para en función de eso liquidar las cifras que correspondan”. Ejemplificó que un estudiante puede adquirir el tope de pasajes que le otorga la empresa pero no necesariamente usarlos todos en el mes.

“Tampoco vamos a pagar a una empresa pasajes que se emitieron pero que no fueron usados”, adelantó.

Aclaró que no solamente no es un boleto intransferible sino que no podrá ser usado como pasaporte gratuito para trasladarse a otro lugar que no sea el establecimiento educativo.

Finalmente, Almirón estimó que aumentará la demanda de pasajes dado que más estudiantes ingresarán al sistema y por tanto necesariamente las empresas deberán hacer inversiones de más unidades.

En Misiones hay un promedio de 415 mil alumnos en todos los niveles y sólo en el área metropolitana se emiten 900 mil boletos mensuales. Sin embargo, se estima, de acuerdo a las experiencias de otras provincias, que el uso del transporte público por parte de los estudiantes, crece 30 por ciento con el boleto gratuito. Lo que hay que cubrir es la diferencia entre el subsidio actual y el precio final de un boleto común.

Con la gratuidad del transporte público para los estudiantes, se abren nuevos interrogantes sobre el sistema. En principio, se calcula que las empresas deberán comprar unidades nuevas para el traslado de los estudiantes, ya que se hará masivo su uso.

Aunque traerá aparejado un descongestionamiento del tránsito en las principales ciudades, ya que los jóvenes se moverán en transporte público, la otra cuestión a resolver será la situación de los transportes escolares, cuya demanda posiblemente caiga, incluso en familias de clase media que hoy pagan por el servicio. Con la gratuidad, será más barato pagar un pasaje de un acompañante en el transporte público, que el transporte escolar de dos o tres hijos.