La ley sancionada en el Congreso acelera la discusión en Buenos Aires. Los tres caminos de Kicillof. Qué dicen los dueños de los votos en el territorio.
Por Macarena Ramírez
La aprobación del sistema de boleta única en papel por parte del Congreso ha abierto el debate en la provincia gobernada por Axel Kicillof. ¿Qué debe hacer Buenos Aires, que representa el 38% del padrón electoral nacional? Entre los intendentes bonaerenses, las opiniones están divididas y ya surgen acusaciones cruzadas.
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La provincia tiene tres opciones ante este cambio de sistema a nivel nacional: adherir y continuar alineada con el calendario electoral nacional; mantener el sistema actual y realizar elecciones concurrentes, es decir, el mismo día pero con sistemas diferentes; o desdoblar la elección para separarla de la nacional. Además, deberá decidir qué hacer con las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), que por ley están atadas a las elecciones nacionales, aunque ahora el presidente Javier Milei vuelve a la carga para eliminarlas.
El sistema aprobado por el Congreso para la elección de cargos nacionales es el mismo que utiliza la provincia de Mendoza desde 2022, con la diferencia de que la norma sancionada por la Cámara de Diputados no contempla la opción de lista completa.
El debate llega a Buenos Aires
La reforma política coloca al gobernador Kicillof en una encrucijada: debe definir qué camino seguir, mientras la oposición presiona en la Legislatura con su propio proyecto de boleta única, pero el debate también afecta a los intendentes, quienes podrían verse beneficiados o perjudicados, dependiendo de su contexto político. Las opiniones son variadas, al igual que los argumentos para defender un sistema u otro.
Boleta única de Buenos Aires
Intendentes, ¿beneficiados?
Aunque el peronismo rechaza en general el cambio, algunos intendentes bonaerenses del oficialismo apoyan la boleta única y el desdoblamiento electoral. Varios jefes comunales ven la oportunidad de obtener mayor autonomía y dejar de depender de las candidaturas nacionales.
El intendente de Escobar, Ariel Sujarchuk, afirmó que el cambio es “una gran oportunidad para que la provincia despegue del calendario nacional y logre mayor autonomía política”. Dice Sujarchuk: “Estar atados a la elección nacional ha impedido que tengamos una identidad propia”. Apoya la boleta única: “No es un mal sistema y cuenta con el apoyo de la sociedad, lo que también debemos escuchar”.
En esa línea destacó que va a ser beneficioso que en cada categoría tenga que haber candidatos con “representatividad” encabezando. “Ahora, en las categorías intermedias la gente no sabe qué está votando; (con el nuevo sistema) quienes encabecen tendrá que ser gente con mayor representación política, por lo tanto para mí mejora la calidad democrática”, insistió.
El intendente de Tigre, Julio Zamora, tiene una mirada similar sobre el nuevo sistema. Una fuente de su entorno indicó a Letra P que Zamora cree que la boleta única “transparenta el sistema democrático”, destacando su deseo de mejorar la representatividad en cada categoría electoral. En la elección pasada, tuvo que lidiar con las trabas que le puso Sergio Massa para que no fuera colgado de su boleta presidencial. Compitió contra Malena Galmarini, la esposa del candidato, y ganó igual.
La postura de los jefes comunales del PRO está representada por la tropa legislativa que, junto con la Coalición Cívica y el radicalismo, empuja la iniciativa en el parlamento bonaerense.
Diego Valenzuela, el jefe comunal de Tres de Febrero alineado por completo a la Casa Rosada, afirmó que “ayudará a evitar fraudes y frenar viejas prácticas de la mala política”. También el intendente vecinalista de Villarino, Carlos Bevilacqua, se mostró a favor, al señalar que “es hora de que los candidatos dejen de colgarse de otros”.
El massismo, en contra
No todos están de acuerdo. Sebastián Galmarini, director del Banco Provincia y referente del Frente Renovador de Massa, criticó duramente el sistema de boleta única, calificando cualquier decisión de implementación como “mala”. En diálogo con Letra P, estimó que los intendentes que apoyan el cambio podrían verse perjudicados al perder el “arrastre” de los candidatos nacionales. Además, aseguró que el sistema aumentaría el voto en blanco y nulo y que “rompería el efecto arrastre”.
Dijo que lo que habrá en la próxima elección es “un desdoblamiento de hecho”, más allá del camino que se decida tomar y que cualquiera de las tres opciones “son malas”.
El cuñado de Massa cuestionó a los jefes comunales que están a favor de la boleta única. “Los intendentes, cuando ganan suponen que ganan ellos y cuando pierden es por el arrastre. Eso es una estupidez porque si no hubieran ido con boleta vecinal todos y ninguno fue con boleta vecinal. En este caso pueden terminar perdiendo, porque yendo desdoblado de hecho y teniendo un candidato nacional que arrastre una boleta de 30 puntos te puede perjudicar”.
El dirigente massista explicó: “Estás rompiendo el efecto arrastre, alimentando el voto cruzado, un Ta-te-ti. No mejora la fiscalización ni baja el costo ni simplifica el escrutinio y va a aumentar el voto en blanco y el voto nulo, esto va a producir una descoordinación estratégica de los partidos además de que te va a sacar gobernabilidad”, afirmó y lanzó sin medias tintas: “Esto es una masturbación teórica de boludos que nunca hicieron una campaña electoral”.
En sintonía con esta postura, el intendente de Merlo, Gustavo Menéndez, también rechazó el proyecto: “No haría ninguna modificación al sistema electoral argentino porque funciona bien”, afirmó, subrayando que el cambio solo haría “más difícil” la votación.
Otros jefes comunales que prefieren hablar fuera de micrófono coinciden en que implementar dos sistemas diferentes en una elección concurrente sería caótico. “Terminaríamos votando de madrugada”, señaló un referente territorial del sur del conurbano, compartiendo el pesimismo de Galmarini.
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