La comunidad latina en Estados Unidos y México ha llamado a un boicot contra Coca-Cola en protesta por su supuesto apoyo a las políticas migratorias y comerciales de Donald Trump. La iniciativa, enmarcada en el “Freeze Latino Movement”, busca reducir el consumo de productos estadounidenses y visibilizar el impacto de los latinos en la economía.
La relación entre Coca-Cola y la comunidad latina ha sido, durante décadas, estrecha y sólida. Sin embargo, en el contexto de las recientes políticas comerciales y migratorias impulsadas por la administración de Donald Trump, el vínculo ha comenzado a resquebrajarse.
La imposición de un arancel del 25% a productos mexicanos y la ola de deportaciones de trabajadores inmigrantes han desatado una ola de indignación en la comunidad latina, llevando a muchos a llamar a un boicot contra la emblemática empresa refresquera.
El impacto de Coca-Cola en el mercado latino
Coca-Cola es una de las marcas más consumidas en el mundo, y su penetración en el mercado latinoamericano es particularmente fuerte. México, por ejemplo, es el país con mayor consumo per cápita de esta bebida, lo que la convierte en un producto culturalmente arraigado en la región.
Por ello, la convocatoria al boicot contra la compañía estadounidense ha cobrado especial relevancia. Los promotores de esta medida señalan que Coca-Cola, junto con otras grandes corporaciones, habría respaldado financieramente la campaña de Trump y mostrado su apoyo a decisiones gubernamentales que afectan directamente a la comunidad inmigrante.
Las denuncias contra Coca-Cola
El llamado a boicotear a Coca-Cola se intensificó tras la circulación de versiones que indicaban que la empresa habría despedido a más de mil empleados latinos en Texas, quienes posteriormente fueron detenidos y deportados. Aunque esta información no ha sido confirmada oficialmente, su sola difusión ha avivado el malestar entre los latinos en Estados Unidos y México.
A esto se suma la percepción de que la compañía ha sido indiferente ante el impacto de las políticas migratorias en su propia fuerza laboral. En redes sociales, circulan mensajes cuestionando cuántas empresas han seguido un camino similar, despidiendo a trabajadores inmigrantes sin brindarles apoyo ante las deportaciones masivas.
El “Freeze Latino Movement” y la resistencia económica
En respuesta a estas situaciones, el “Freeze Latino Movement” ha cobrado fuerza como una estrategia de resistencia económica. Este movimiento insta a los latinos en Estados Unidos a dejar de consumir productos estadounidenses y a ausentarse de sus trabajos en sectores clave como la construcción, la agricultura y los restaurantes.
Coca-Cola se encuentra en el centro de este boicot, junto con otras marcas como Walmart, McDonald’s, Starbucks. En redes sociales, los promotores del boicot han compartido imágenes de consumidores desechando productos de estas marcas, acompañadas de mensajes como “Nuestro dinero es nuestra voz” y “Si nos atacan, respondemos con nuestro poder de compra”.
¿Puede un boicot afectar a Coca-Cola?
El impacto de este boicot aún está por medirse. Sin embargo, el simple hecho de que una marca tan emblemática como Coca-Cola esté en el centro de la protesta refleja la magnitud del descontento de la comunidad latina.
El gigante de gaseosas ha logrado sortear diversas crisis a lo largo de su historia, pero esta vez se enfrenta a un reto distinto: el repudio de una de sus bases de consumidores más fieles. La pregunta que queda en el aire es si la empresa tomará alguna medida para responder a esta ola de indignación o si seguirá ignorando las voces de quienes, con su consumo, han contribuido a su éxito global.
Comentá la nota