El ultraderechista se metió con Riquelme, máximo ídolo xeneize, y se declaró "anti" azul y oro. La final de la Libertadores, en el sprint final de la campaña.
Fúbol y política, un solo corazón. El desenlace de la Copa Libertadores, que podría tener a Boca dando la vuelta en el mítico estadio Maracaná de Río de Janeiro si le ganara este sábado al carioca Fluminense, podría poner a Javier Milei en posición adelantada y con la mitad más uno del pais en su contra a dos semanas de la final que el candidato ultraderechista disputará con Sergio Massa en el ballotage del domingo 19.
En la lista de rugidos de los que el León acaso se arrepienta están sus ataques al expresidente xeneize Danel Angelici, que esta semana salió a patearle en contra a pesar de su relación con Mauricio Macri, ahora padrino, casi jefe del libertario. Al rey de los bingos lo cuestionó nada menos que por haber recuperado para el club a Juan Román Riquelme, máximo ídolo de la mayor hinchada del país, en un gesto que calificó de "populista". No conforme con eso, el líder de La Libertad Avanza se declaró "anti-Boca": explicó que llegó a esa condición cuando el club contrató a Fernando Gago, "una de las grandes mentiras del fútbol argentino", como director técnico. El manual completo de lo que no tiene que hacer una persona que pretende ser electa para gobernar la Argentina.
"Deje de ser de Boca cuando Angelici lo trajo (a Riquelme) en un acto populista y yo vivo despotricando contra el populismo", dijo Milei en una entrevista con Urbana Play y completó: "Después encima lo trajo a Gago, un pésimo jugador de fútbol, una de las grandes mentiras del futbol argentino, y ahí me volví anti-Boca".
"Bastante tengo con vivir en un país populista para, además, ser hincha de un equipo populista, ratificó en otro reportaje.
Según publicó Clarín el 10 de octubre, Milei tendría intenciones de llevar la ola libertaria hasta la Bombonera y jugar una ficha en la interna del club para desplazar a Riquelme y su populismo de la conducción del club, que va a elecciones el primer fin de semana de diciembre. Para eso, el León espera ganar primero el ballotage y asegurarse el despacho principal de la Casa Rosada.
¿Cuánto influiría, en ese objetivo central, un triunfo de Boca este sábado en Brasil y el consecuente empoderamiento de Riquelme, el ídolo populista, que se llevaría todo el crédito de la obtención de la séptima Libertadores para el club de la ribera y tendría el camino allanado para reventar las urnas xeneizes el mes que viene?
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