El pedido partió de la familia de la víctima, por considerar que actuaría como juez y parte en el relevamiento de pruebas.
La decisión la tomó la jueza Correccional Sandra Espeche, del Juzgado de Cuarta Nominación, a raíz del pedido que realizó el abogado de la familia Martínez, Pablo Tobío.
Este consideró que al desempeñarse Espeche como neurólogo del Materno Infantil, “el dictamen que emitiera estaría condicionado en su respuesta contra la institución en la que se desempeña actualmente”.
Espeche fue elegido por José Muela, uno de los médicos imputados en la causa, para que sea su perito de parte. Ambos son colegas en el Materno Infantil.
Fue convocado en tres oportunidades (Espeche) para que acuda a la audiencia de impugnación. Se presentó “recién en la tercera oportunidad, ya que si no lo hacía la fuerza pública lo tenía que ir a buscar”, aclaró Tobío, quien presentó en dicha audiencia documentos para que se impugne la participación del médico en el rol de perito.
Testigo
Tobío viajará a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires para solicitarle a la doctora Graciela Zuccaro, jefa de Neurocirugía Pediátrica del hospital Garrahan, que se presente como testigo en la causa que se abrió contra los médicos por aparente mala praxis. Zuccaro es la médica del Garrahan a quien los doctores Mario Morosini y Martín de la Arena habrían contactado cuando falleció el niño para pedirle asesoramiento médico ante la situación.
El caso
Un largo y pesado entramado es el que se armó luego de la muerte del niño. Luciano Martínez arribó desde Isonza (Cachi) tras caerse de una hamaca que le provocó un traumatismo encefalocraneano, motivo por el que fue derivado al Hospital Público Materno Infantil. Allí se le realizó una tomografía 12 horas después de su ingreso.
A ello le sigue, por un lado, un cruzamiento de responsabilidades entre médicos que la Justicia investiga para determinar cuáles fueron los profesionales que actuaron con negligencia. Por otro, una grabación que fue la que desató el escándalo.
Comentá la nota