Hay un tironeo, por ahora leve y acallado, de muchos dirigentes y legisladores que ven con antipatía la “capitalización” que hacen algunos jefes comunales de las actividades de Massa en sus territorios.
En el Senado, están Fernando Moreira, que responde al intendente de General San Martín, Gabriel Katopodis; Roque Cariglino (Jesús Cariglino, Malvinas Argentinas); Alejandro Urdampilleta (Raúl Othacehé, Merlo); Malena Baro (Mario Meoni, Junín); Roberto Costa (Gustavo Posse, San Isidro); Héctor Vitale, Carolina Zselagowski y Carlos Coll Areco (José Eseverri, Olavarría); mientras que Patricia Segovia responde al diputado nacional Darío Giustozzi y Hernán Albisu a Gilberto Alegre.
Están después los massistas que no tienen territorio pero responden directamente al “jefe”, es el caso de Jorge D’Onofrio, Micaela Ferraro (secretaria de Malena Galmarini); Sebastián Galmarini; Leonor Granados. Los que apuestan a lo local, como el ex intendente de Alvarado, Patricio Hogan, o el dirigente de Lanús, José Luis Pallares. También hay viejos caudillos como Baldomero Alvarez, o quienes responden a ellos, como Gabriel Pampin (a Juan Garivoto) o Diana Larraburu (Dámaso Larraburu). Y casos particulares como el de Fabio Sorchilli, que no logró sumar mucha fuerza en su distrito a partir del pase al FR.
En Diputados, el recientemente incorporado Alfredo Antonuccio responde al intendente de Merlo, Raúl Othacehé; Walter Carusso (Gustavo Posse); Víctor Monfasani, Mariano San Pedro, César Acuña, Julio Ledesma, Mario Giacobbe, Sergio Villordo, María Torresi, y Pablo Garate a Darío Giustozzi; María Arata (Mario Meoni); y María Corrado al dirigente Dámaso Larraburu. Rubén Eslaiman sigue la línea de Graciela Camaño (que no definió aún candidato), y Orlando Yans sigue siendo parte del PRO.
La diputada María del Huerto es de la Federación Agraria, y están quienes juegan directo con Massa, como Ramiro Gutiérrez, Marcelo di Pascuale, Jorge Sarghini, Juan Amondarain, Lisandro Bonelli, Mónica López (a través de su marido, el diputado nacional Alberto Roberti), y un poco más distantes, el radical Ricardo Jano y Ricardo Lissalde.
Comentá la nota