"En primer lugar no podemos dejar de reconocer que la UCR es el último gran partido democrático de la Argentina, donde se debaten ideas, posiciones, estrategias, se consensúan y -si no hay consenso- se vota", manifestó Blas Hoyos al sacar conclusiones sobre la Convención celebrada en Gualeguychú.
"Este testimonio de democracia e institucionalidad no se puede apreciar en ningún otro partido que simplemente funcionan como sellos de goma y herramientas electorales", manifestó Blas Hoyos.
"Esta es una realidad incontrastable que me enorgullece, más allá de discrepar con la decisión tomada, pues mi posición, compartida por muchos correligionarios, era en primer lugar y prioritariamente que la UCR tenga candidatos propios (en la nación y en la provincia ya tuvimos la mala experiencia de ir sin candidatos propios) y en segundo lugar porque perdimos la oportunidad histórica de convocar y contener a la gran mayoría de las fuerzas de lo que podemos denominar republicanismo democrático, que al margen de un análisis de ADN ideológico (si es por coherencia, nadie resiste un archivo) suman más de un 70 %, para convertirnos en la cabeza visible de una fuerza demoledora que sin dejar actores sueltos sea capaz de sepultar definitivamente las aspiraciones de un escaso 25 % que constituye hoy el núcleo duro del populismo autoritario, representado en nuestro país por el kirchnerismo residual y así evitar correr riesgos innecesarios, para que el oficialismo pueda forzar de nuevo la rara paradoja de que un 25 % unido se imponga sobre el 70% atomizado", manifestó.
"Por eso nos oponíamos a bajar nuestros candidatos propios para allanar el camino a un solo sector, porque esta acción implicaba expulsar simultáneamente a todos los sectores de centroizquierda (socialismo, Gen, Libres del Sur etc.) y eventualmente a otros sectores que estaban esperando para sumarse sin condicionamientos".
"Por eso a partir del afianzamiento de nuestra fórmula abogábamos por una GRAN PASO que abarque a todos los sectores, este era el acto de grandeza, la gran estrategia que esperaban las fuerzas políticas, que la UCR los convoque y los conduzca a la gran batalla final contra el populismo autoritario, tal cual lo decidieron estos mismos dirigentes en el gran Frente que va a triunfar por más del 60 % en la provincia de Mendoza", analizó.
"En fin se debatió, se votó y somos respetuosos de la voluntad mayoritaria como debe ser en una democracia, por lo que entonces habrá que acatar la medida".
"Rescato nuevamente la horizontalidad y democracia interna que brinda la UCR para dirimir sus cuestiones, que algo así ocurra en el Congreso del PJ por ejemplo es absolutamente impensable, todos conocemos lo que pasa cada dos años donde en escasos treinta minutos y aún después de haber levantado las manos, los aburridos congresales del PJ provenientes de los más lejanos puntos de la provincia, salen del estadio Centenario sin saber exactamente que o a quienes votaron", cuestionaron.
"El otro costado que también debe rescatarse de la convención de la UCR, es su espíritu federal, que respetando las autonomías provinciales delegó a las autoridades de cada distrito a continuar sin imposiciones con sus estrategias de alianza locales, razón por la cual nosotros urgentemente debemos ratificar y acompañar con hechos concretos nuestra voluntad de ser el eje convocante que se ofrezca como la amalgama de la oposición en Formosa, con el MID, el PRO, el socialismo, Libres del Sur y el Frente Renovador. No debemos cometer el mismo error, la historia nos estará observando", cerró Blas Hoyos.
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