Dos espadas del gabinete de Juan Schiaretti, los ministros Sergio Busso y Fabián López, no encuentran explicaciones a la estrategia de la Casa Rosada con respecto al etanol y el biodiésel. Advierten que hay riesgos serios para las inversiones y los empleos en Córdoba
“No hay ningún argumento serio y razonable que explique el por qué no continuar por el camino abierto en 2006 con los biocombustibles. Eso nos hace pensar que en realidad acá hay presiones petroleras importantes que están llegando a sectores del Gobierno nacional”. La definición contundente la dio el ministro de Agricultura y Ganadería de la provincia, Sergio Busso, al ser consultado sobre el análisis que desde Córdoba hicieron el fin de semana los principales ministros vinculados a la producción y los servicios del gobierno de Juan Schiaretti.
Córdoba planteó desde hace varias semanas, con el gobernador a la cabeza, un claro contraste con respecto a la Casa Rosada en materia de biocombustibles. Y lo ratificó este fin de semana a través de las redes sociales, donde ministros y legisladores volvieron a cuestionar el desmanejo nacional cuando faltan 57 días para que se venza el marco normativo que permitió desarrollar el sector de los buocombustibles en el país y en Córdoba en particular.
Otro de los ministros de Schiaretti que se involucró de lleno en la temática es Fabián López, titular de Servicios Públicos en la provincia, quien remarcó que durante los últimos meses escucharon “muchas cosas para justificar esta demora en la resolución de los biocombustibles. Algunas de ellas las descartamos por insólitas, porque no tenían pies ni cabezas. Pero sobre todo creo que juega un rol muy importante el lobby petrolero que no quiere ceder ninguna posición, que no está preocupado por lo mismo que estamos preocupados nosotros. Les preocupó la ley provincial de Córdoba y la de Santa Fe, les preocupó que el uso de los biocombustibles crezca en el corte, que crezca el autoconsumo y que desplace a los fósiles en el uso y exportación. Es lo que más seriamente creo que hay detrás de esto. Lo triste es que haya funcionarios nacionales permeables a este tipo de intereses. Porque los intereses siempre existen, pero uno debe tener claro el interés común y para dónde quiere que avance el país. Los intereses del sector petrolero en el mundo juegan siempre fuerte, pero lo triste es que haya gente permeable a eso”, enfatizó el funcionario en diálogo con Puntal.
Por su parte, Busso avanzó en esa linea al remarcar la falta de argumentos por parte del Gobierno nacional: “Si no se entiende la demora es porque algo raro hay, alguna motivación distinta existe. Se ven algunas cartas que se muestran como la declaración de Massa el otro día en la UIA que van en esa dirección, de presentar un proyecto que nadie conoce. Y uno puede suponer que nada bueno puede ser por lo menos para nosotros y Santa Fe, para el maíz y la soja. En el caso de la caña de azúcar, podría tener un tratamiento distinto también por lo que se viene diciendo, incluso en palabras del Presidente”, remarcó el ministro de Agricultura.
Y agregó: “El único argumento que uno visualiza es que hay un lobby petrolero muy fuerte. Duele decirlo, pero no se encuentra otra explicación. Porque se escucha ahora que la suba de los commodities impacta en los combustibles, y es una barbaridad que se cae por su propio peso. Esta ley nació en 2006 y pasó por el pico de la soja de más de 600 dólares en 2008. Pero además, echarle la culpa a los commodities de lo que pasa en los surtidores es insólito porque cuando bajan los granos nunca bajó el precio de las naftas. Y además estamos hablando del 12% de un litro de nafta o del 10% de un litro de gasoil en todo caso. Ese argumento no resiste mucho análisis, es una falacia”, dijo Busso.
El ministro de Agricultura no dudó en destacar que “el régimen de promoción de los biocombustibles dio sus resultados desde 2006 y hasta la fecha, con inversiones, con empleo. Y no hay ningún argumento serio para decir por qué no seguimos por este camino. Si se buscan cambios que perjudican al etanol de maíz y al biodiésel de soja va a ser peligroso, porque se perjudica a dos provincias como Córdoba y Santa Fe”, advirtió.
El capítulo del Congreso
Los ministros dejaron en claro que la posición de Córdoba es que se vote la prórroga para devolverle previsibilidad al sector que está conformado por 54 plantas en 10 provincias y que tiene inversiones por cientos de millones de dólares, además de miles de puestos de trabajo directos e indirectos. Busso y López coincidieron en que no hay tiempo para avanzar en un proyecto nuevo cuando faltan 57 días para que se venza la normativa original. “Esto de que se presentaría un nuevo proyecto ahora, cómo se abordaría si quedan menos de 60 días para que caiga la ley de 2006. En ese plazo hay que estudiarlo, consensuarlo, debatirlo con los actores, y tratarlo en las dos cámaras. Es imposible hacerlo bien. Lo que hay que hacer es votar la prórroga y así se le da tranquilidad y certeza a todo el sector, y con eso después discutir un nuevo proyecto con más tiempo”, indicó el ministro de Agricultura.
Sobre ese punto, López alertó que “hay un riesgo de que entre gallos y media noche aparezca un proyecto que nadie conoce y que sea aprobado sobre tablas en el Congreso, y que lo planteen como que es eso o nada”.
Ayer, tal como lo adelantó este diario el viernes en su suplemento de campo, el bloque de Córdoba Federal va a impulsar junto al interbloque de Argentina Federal, un pedido de sesión especial para tratar la prórroga de la normativa que ya cuenta con media sanción del Senado desde octubre. A eso se sumaría también el interbloque de Juntos por el Cambio.
Por otra parte, los ministros Busso y López hicieron foco en lo ambiental, un capítulo largamente explicado por las ventajas que aportan los biocombustibles con respecto a los fósiles. “En lo ambiental, se ve una confusión de conceptos importante. Porque si se dice por un lado que se combate la degradación ambiental, la emisión de los Gases de Efecto Invernadero y por el otro se alienta los combustibles fósiles, hay algo que no encaja. Y esto no es discutible, porque está demostrado científicamente la mayor conveniencia de alentar este tipo de energías renovables”, fustigó Busso.
López, por su parte, agregó: “Atrás de esto debería haber una política de Estado, teniendo en cuenta las inversiones hechas y la potencialidad como las que tiene este sector y que se muestran claramente en Córdoba y Santa Fe. Y además porque la transición energética tomó más fuerza, especialmente desde el cambio de Gobierno en Estados Unidos. Las potencias principales se comprometieron a llegar a economías neutras de carbono para 2050 y Argentina tiene en ese marco una gama de alternativas amplias para ir en ese sentido”.
¿Además del lobby, no hay una cuota de desconocimiento en el Gobierno de lo que generan en términos de desarrollo para el interior los biocombustibles?, le preguntó Puntal a López.
Estoy convencido de que hay mucha ignorancia, mucho desconocimiento, lo que más allá de otras cuestiones resulta un elemento que abre las puertas a la permeabilidad al lobby de otros intereses. Si uno escucha una campana y no tiene claridad conceptual sobre otros aspectos que hay en danza, termina comprando o creyendo que lo que le plantea una de las partes es lo cierto.
POR GONZALO DAL BIANCO
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