Por primera vez tras las durísimas críticas que atravesaron al Partido Socialista, Hermes Binner y Rubén Giustiniani se vieron las caras. Fue el jueves por la noche en el campamento que la Juventud Socialista tiene instalado en Necochea y en medio de un profundo estado de efervescencia que se vive entre la militancia del partido de la rosa.
Los militantes socialistas estarán hasta el domingo en Necochea debatiendo formalmente sobre la agenda del encuentro (aborto, diversidad y género, trata de personas, el rol respecto al Frente Progresista), aunque lo que consume el día a día es la interna.
“Sí, la presencia de Binner tomó por sorpresa a muchos porque él tiene previsto hablar el domingo. Por primera vez hubo demasiada frialdad, no sólo en el saludo con Rubén, sino en la forma en que lo recibieron los militantes de la corriente de opinión”, dijeron desde el sector de Giustiniani. Luego de saludar a Binner, el senador nacional regresó a Villa Gesell, donde está de vacaciones con su familia.
En cambio, los jóvenes alineados con el gobernador saludaron con cánticos la presencia del mandatario provincial, que juega a todo o nada en las internas con el ministro de Gobierno, Antonio Bonfatti. La ríspida situación entre Giustiniani y Binner se coló, incluso, a la hora de buscar los motivos de un abrupto corte de energía en el predio, casi en el mismo momento en que el jefe de la Casa Gris ingresó. La interrupción obligó a que Giustiniani siguiera hablando con un megáfono. Créase o no, ayer desde uno y otro lado se arrojaban responsabilidades por la baja de tensión.
Al tiempo que la interna se trasladó a Necochea, en Santa Fe siguen repiqueteando los dichos de Binner, quien acusó al senador de haber tenido una candidatura testimonial en el 2009, de no participar en las inauguraciones de obras y de no querer ejercer el cargo en la Cámara alta. Rápidamente, el giustinianismo llenó de afiches las ciudades de Rosario y Santa Fe promocionando el premio otorgado al legislador como “mejor parlamentario de 2010”. La interna se cuela en todos los detalles.
En paralelo, una ola de rumores circunda el escenario de cara a un acuerdo que evite las internas. “Sabemos que están diciendo que nos ofrecieron la Municipalidad de Rosario y la primera candidatura a diputado nacional, pero no vamos a contestar. Nosotros el 5 de febrero lanzamos la postulación de Rubén”, se abroquelan en la corriente de opinión vinculada al partido.
Desde uno y otro sector observan los movimientos del intendente de Santa Fe, Mario Barletta, quien se vería fortalecido en la compulsa por la división del PS en dos ofertas para las internas. “Nosotros no descartamos que Barletta al final quiera quedarse para renovar su mandato y tengamos dos fórmulas socialistas compitiendo. Tenemos que estar atentos y advertirles a los correligionarios que no se duerman”, dijeron a La Capital desde la vereda de Luis Changui Cáceres, quien reniega por lo que él considera escasa difusión de sus deseos de ser gobernador.
Pero, el jueves, otra vez, Binner apeló al factor sorpresa: aparecer cuando nadie lo esperaba. Lo propio había hecho años atrás cuando el diputado provincial peronista Jorge Lagna presentó el libro “La secta socialista”. Sin anuncio previo, llegó al lugar de la presentación y saludó al autor. Anteayer se sentó cómodamente a escuchar a Giustiniani mientras el aire se cortaba con un alfiler.
Ni para la foto
El clima de confrontación interna y la mala relación entre Hermes Binner y Rubén Giustiniani se tradujo en la ausencia de “fotos oficiales” que reprodujeran el momento del saludo entre ambos dirigentes del socialismo. “La cosa no está como para fotografías”, admitió ayer a este diario un dirigente consultado por la inédita situación.
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