En un clima no demasiado áspero se desarrollaba ayer la reunión del PJ para organizar la campaña electoral con vistas a las PASO nacionales del 9 de agosto cuando el intendente de Guaymallén Luis Lobos sorprendió con una propuesta: hacer un gran acto justicialista con los candidatos a legisladores nacionales el sábado próximo en su departamento.

La idea sonó irrisoria para quien fue el candidato a gobernador del PJ, Adolfo Bermejo, quien no dudó en reaccionar. "Si no hay unidad de verdad, no sirve", planteó Bermejo. Guaymallén fue uno de los distritos donde más se sintió la derrota del 21 de junio y Lobos, en consecuencia, uno de los intendentes perdedores. 

Resulta que justo él planteaba el puntapié inicial de la próxima campaña, pasando por alto no sólo su condición de perdedor, sino también que su enfrentamiento con el otro caudillo departamental, Alejandro Abraham,es una de las razones por las cuales el peronismo perdió las elecciones en Mendoza.

Al peronismo mendocino le va a costar armar una nueva campaña cuando el estado anímico es tan malo y el duelo apenas está comenzando. El PJ ya perdió las elecciones porque perdió la Provincia. Ahora sólo le queda hacer los deberes con la Nación para que no se profundice más la crisis.

La misión de conseguir un resultado decente en las elecciones nacionales va a entusiarmar a unos pocos porque son también pocos los peronistas que se van a beneficiar si las cosas salen más o menos bien en los próximos comicios. Las cosas saldrán "bien" si el PJ consigue mantener el caudal de votos de las elecciones provinciales: casi 40 por ciento. 

Una lectura que tratan de imponer Francisco Pérez y el paquismo es que ese porcentaje fue bueno, a pesar de la derrota, ya que es más de lo que sacó el propio gobernador en los comicios de 2011. Hasta dicen en el entorno del gobernador que Cristina lo valoró y pidió replicarlo en agosto y en octubre, cuando se elijan el próximo presidente y los nuevos legisladores por Mendoza.

Pero esa matemática es apenas un placebo frente a la crisis real del peronismo, que mucho antes de ser digerida, deberá ser ocultada por sus dirigentes, por lo menos hasta después de octubre.

El libreto, además, por ahora no está. Los asistentes al encuentro de ayer en el salón "Tierras del Plata" de Vistalba indicaron que no existe por ahora ninguna "bajada de línea" concreta del comando nacional respecto de cómo encarar la próxima campaña.

Durante la reunión se armó una mesa de campaña donde prevalecerán los candidatos. En esa mesa estará Pérez, que es candidato a integrar el Parlasur, aunque es un hecho que no será el líder: las decisiones, hoy más que nunca, se tomarán en Buenos Aires.

Por otro lado, la unión real del peronismo para la nueva campaña es un interrogante debido a las ausencias en su arranque. El presidente provisional del Senado, Eduardo Bauzá, asistió ayer en nombre de La Corriente, pero no estuvo el vicegobernador Carlos Ciurca, quien así confirmó su intención de alejarse de las decisiones partidarias que se vienen.

En ese sentido, los peronistas del sur son por lo menos intermitentes. Omar Félix, quien será candidato a senador nacional en segundo término, se sacó el sábado una foto con el resto de los candidatos a legisladores nacionales y Pérez, pero ayer, ni él ni su hermano Emir Félix, intendente de San Rafael, dieron el presente en Vistalba.

Esa lista tiene como primer candidato a diputado nacional a Rubén Miranda. El cuidadoso cronograma electoral que armó el peronismo mendocino hizo que Miranda se asegurara la postulación antes de las elecciones provinciales que desalojaron a él y a Ciurca del control de Las Heras. Ayer, Adolfo Bermejo aseguró que la lista de candidatos peronistas no sufrirá cambios.