Será por un año, según la condena. Podrá hacer política, pero no ejercer cargos públicos.
Lo más importante es que Berlusconi podrá viajar tres días por semana a Roma desde su residencia en Arcore, Milán, para dirigir la campaña electoral de su partido Forza Italia en las elecciones del Parlamento Europeo en mayo.
En la sede del principal partido de la derecha italiana en Roma se vivía una contenida euforia. “Berlusconi podrá dirigir la campaña para las europeas, menos mal”, explicó el dirigente Paolo Romani, aunque recordó “la persecución judicial” que su jefe ha vivido en los veinte años en que ha dominado la vida política italiana, conquistando tres veces la jefatura del gobierno.
El ex Cavaliere debió renunciar al pomposo título de “Caballero del Trabajo” tras haber sido expulsado en noviembre del Parlamento como senador, luego de que fuera condenado en agosto a cuatro años de prisión por un fraude fiscal cometido en los ‘90 como magnate de las televisiones privadas.
Berlusconi debía cumplir un año de la condena porque de los otros tres se salvó por una ley de amnistía de 2006.
Excluido por la expulsión del Senado, con inhabilitaciones por entre dos y seis años, el líder conservador parecía destinado al arresto domiciliario en su residencia milanesa de Arcore.
Esta perspectiva era demoledora, le impedía participar de la vida política en el momento más crítico de su fuerza política. Desde que en noviembre de 2011 fue obligado a renunciar por los llamados “poderes fuertes” en medio de la peor crisis global que sufre Italia desde la posguerra, la barranca abajo ha sido inevitable. Mucho más por los escándalos judiciales que asediaron a Berlusconi en los últimos años. En junio afrontará la apelación por una condena a siete años de cárcel por incitación a la prostitución de la menor marroquí llamada Ruby Robacorazones y el caso de los festines del Bunga Bunga. También tiene otros dos procesos en marcha. Pero el golpe demoledor le llegó por el viejo proceso por fraude fiscal.
La decisión del tribunal de vigilancia de Milán de optar por el trabajo voluntario en los servicios sociales representa una victoria para el ex Cavaliere , que aunque con limitaciones podrá desplegar su indudable talento para conducir a su partido en la campaña electoral. Los sondeos le asignan a Forza Italia un 20% de los votos.
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