Condenado por fraude fiscal, el ex premier comenzó sus trabajos comunitarios en un centro de ancianos en Milán.
Vestido con un traje azul y sin corbata, il Cavaliere llegó por a mañana en automóvil al Instituto Sagrada Familia de Cesano Boscone, donde entró sin hacer declaraciones a los periodistas.
Un sindicalista disfrazado de payaso, que consiguió entrar pese al importante dispositivo de seguridad, lo recibió al grito de"Berlusconi a la cárcel". Y, antes de ser desalojados por fuerzas de seguridad, agregó: "El sueño de los trabajadores italianos es ver a Berlusconi en San Vittore (la cárcel de Milán)”.
"Estoy seguro de que sabré ayudar a quienes lo necesiten y de que también será un enriquecimiento para mí", afirmó el miércoles el ex primer ministro. En tanto, la dirección del centro informó de que Berlusconi será tratado igual que los otros colaboradores voluntarios y que irá ayudando a los enfermos "de forma gradual", y siempre acompañado de personal del centro.
"Es un lugar que se caracteriza por su tranquilidad, no puede haber intervenciones intempestivas, se lo explicamos a Berlusconi y él lo comprendió", declaró al diario Repubblica Massimo Restelli, un responsable del centro.
Berlusconi fue condenado por fraude fiscal a cuatro años de prisión -reducidos a uno gracias a una amnistía- el 1 de agosto pasado en el juicio del llamado caso Mediaset. Debido a esta condena, simbólica de la decadencia del ex premier, también fue excluido del Senado, con la prohibición de votar y de presentar su candidatura a cargos electos.
Ocuparse medio día por semana de personas aquejadas de demencia senil es sólo parte de las condiciones impuestas por el juez. También se ordenó la prohibición de abandonar la región de Milán, aunque puede viajar a Roma del martes de mañana al jueves al anochecer.
Sus adversarios están convencidos de que utilizará su paso por el geriátrico con fines electorales antes de las elecciones europeas, donde su partido Forza Italia, que está perdiendo peso entre los electores, espera poder mantener al menos el 20 por ciento de los votos.
Los problemas judiciales de Berlusconi no terminan con el fraude fiscal. En junio deberá hacer frente al juicio en apelación por su condena en primera instancia a siete años de cárcel por el caso conocido como Rubygate, en el que se lo vinculó con la marroquí “Ruby robacorazones”, y está acusado de prostitución de menor y abuso de poder.
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