Los compró en Chile y lo fotografiaron en el aeropuerto; después estalló la polémica
El ministro de Ambiente y Desarrollo Sustentable, Sergio Bergman, viajó a Chile para participar del II Congreso Interamericano sobre el Estado de Derecho Ambiental y de paso, a su regreso, se trajo dos televisores gigantes. Una pasajera que vio cómo el ministro despachaba los aparatos lo fotografió y subió la imagen a su cuenta de Twitter. La foto no tardó en hacerse viral. Sin embargo, rápidamente, Bergman aclaró que se trataba de una compra destinada a ser donada.
"Tenía el compromiso de apoyar y además de dirigir lo que va a ser el centro de educación a distancia de la formación rabínica de una fundación que se llama Mishkánen. Tomé la decisión, con mis propios recursos y mis propias manos, de comprar el smart TV, que es imprescindible para las teleconferencias", explicó el funcionario en diálogo con Infobae.
Destacó, además, que pagó los impuestos correspondientes de la Aduana por el ingreso de los televisores al país y que éstos le costaron poco más de seiscientos dólares. En su entorno, señalaron que nadie del Gobierno le llamó la atención respecto de su compra y que la hizo en Chile por falta de tiempo. Ayer por la tarde fue la gala por los 25 años de la fundación y quería hacerle ese regalo.
"Lo hice con total espontaneidad, sin necesidad de ocultarme ni utilizar ningún atajo. Me parece que no tengo que resignarme a dejar de hacer lo que un ciudadano libre puede hacer. Repito, entiendo perfectamente que no es lo mismo un funcionario que un ciudadano. Tengo derechos y obligaciones y las cumplo", agregó.
Bergman, un ministro con bajo perfil en cuanto a su gestión, fue protagonista en las últimas semanas de otro evento particular y que resultó viral en las redes sociales: se disfrazó de planta.
El objetivo de la peculiar medida era concientizar sobre la ecología con motivo del festival internacional de cine ambiental Green Film Fest. Su disfraz fue profundamente criticado por ambientalistas, que lo tomaron como una burla. En su momento, Bergman dijo que lo que desató el traje "fue un tema gracioso para hablar de algo muy serio, que es el cambio climático y hacer más verde el país", y enfatizó que "los temas hay que tomarlos con seriedad, más allá de esta ocurrencia".
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