El ex funcionario pultista cumple una condena de 14 años por ser el “líder” de la organización que comercializaba licencias de conducir apócrifas en Mar del Plata desde 2014. El beneficio le fue otorgado en noviembre por problemas de salud, pero recién ahora llegó la tobillera electrónica que deberá usar a partir de este martes.
Juan Carlos Belmonte, el ex funcionario pultista que la Justicia condenó a 14 años de prisión en julio pasado por ser el jefe de la asociación ilícita que comercializaba licencias de conducir apócrifas en Mar del Plata desde 2014, salió del Penal de Batán este martes y cumplirá su pena bajo el beneficio de arresto domiciliario.
El Tribunal Oral en lo Criminal N°2 le había concedido a fines de noviembre, de manera transitoria, la prisión domiciliaria por razones de salud, ya que Belmonte padece hipertensión arterial, pólipos vesicales y dislipidemia, cuadro que se agravó por las condiciones de encierro “intramuros” y por el que debió ser atendido en reiteradas oportunidades, en los últimos meses, por personal médico del Servicio Penitenciario y del Hospital Interzonal General de Agudos.
El beneficio fue efectivizado recién este martes porque no había disponibilidad de tobilleras electrónicas, cuyo uso obligatorio es un requisito ineludible para que el beneficio de la prisión domiciliaria sea otorgado por la Justicia.
Según aseguró su abogado defensor, Sergio Sosa Ortega, a El Marplatense, luego de los informes médicos que dictaminaron los peritos médicos, tanto los representantes del Ministerio Fiscal como los del Municipio, los jueces Alexis Simaz, Néstor Conti y Roberto Falcone dieron por acreditado el complicado contexto de salud del ex jefe del Distrito Descentralizado de El Gaucho, por lo que no se opusieron al beneficio solicitado por su defendido.
Sosa Ortega agregó que el cuadro médico que sufre Belmonte requiere atención médica diaria, así como también un régimen alimentario especial y el consumo de agua baja en sodio, entre otros condiciones necesarias para que su salud no siga deteriorándose.
Por otro lado, Belmonte apeló ante la Cámara de Casación, en agosto pasado, la condena al entender que hubieron “nulidades de la investigación, nulidades del debate y de la acusación por falta de inscripción de las conductas”. “La fiscalía hizo una remisión a la requisitoria de la elevación a juicio y entendemos que eso no es posible”, aclaró su defensor en aquel entonces, y agregó: “Pedimos que se eleve toda la investigación por las irregularidades que observamos”.
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