Béliz, el ex ministro que sufrió el exilio político con los K y vuelve reivindicado por Alberto

Béliz, el ex ministro que sufrió el exilio político con los K y vuelve reivindicado por Alberto

El primer ex ministro de Justicia de Néstor Kirchner se vio forzado a autoexiliarse, tras haber mostrado por TV la foto del espía Jaime Stiuso. El presidente electo lo rescató y tendrá un lugar en su Gabinete.

 

Es uno de los cuatro dirigentes designados por Alberto Fernández para comandar la transición. Tiene un lugar relevante reservado en el Gabinete que acompañará al presidente electo cuando asuma el poder el próximo 10 de diciembre, aunque aún no se conoce cuál. Su retorno a la actividad política es todo un símbolo: la abandonó cuando fue echado del gobierno por el propio Néstor Kirchner y vuelve ahora reivindicado por quien fuera su jefe de Gabinete, hoy, mandatario electo de la Argentina.  

Gustavo Béliz (57 años), de él se trata, desapareció de la escena pública hace años, exactamente 15, cuando se atrevió a mostrar por televisión la foto de Jaime Stiuso, el espía más poderoso de la Argentina y lo acusó de haber armado “una SIDE paralela”. Fue en el programa de Mariano Grondona, en el prime time de la televisión, y el poder no se lo perdonó. Con esa acción, meditada lo suficientemente (o no), terminó de sellar su destino: se ganó la enemistad de Néstor Kirchner, que le soltó la mano y lo empujó al autoexilio político. Corría el año 2004.  Enfrentó un largo juicio por eso (el ex funcionario de la SIDE lo demandó por calumnias e injurias) y terminó siendo absuelto por la Corte Suprema. Pero pasarían más de 15 años para que el nombre de Béliz volviera a la escena pública.

Católico practicante, abogado y periodista, se instaló en Washington con su mujer María Florencia Meritello, y sus cuatro hijos. Trabajó primero en la OEA, como veedor en distintas elecciones, y luego en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Dicen que conseguir trabajo no le resultó nada fácil y que en el BID se especializó en temas de desarrollo regional y modernización estatal. Allí estuvo durante una década. En todo ese tiempo sólo regresó a la Argentina esporádicamente para visitar amigos o familiares, pero mantuvo un bajísimo perfil. En 2007, lo tentó para un regreso Elisa Carrió, pero no aceptó. Hace cuatro años volvió nuevamente al país, pero siguió lejos de la esfera pública.

El vínculo de Béliz con la política se remonta al menemismo. Béliz fue secretario de la Función Pública y ministro del Interior de Carlos Menem, pero terminó yéndose de ese Gobierno "asqueado" y luego de denunciar la corrupción en el poder. En ese tiempo, se ganó el apodo de “zapatitos blancos” (así le decían con desdén porque “no quería meterse en el barro de la política”). Béliz había empezado escribiéndole los discursos al riojano, pero supo escalar. Nunca se hizo querer entre los menemistas, pero sí tenía la confianza del presidente. Cuando dio el portazo, se hizo escuchar: “El Gobierno es un nido de víboras”, llegó a decir, su frase más famosa. No se lo perdonaron.

Más tarde, Béliz fue compañero de fórmula de Domingo Cavallo, cuando el exministro de Economía de Menem buscó ser jefe de gobierno porteño y conformó un “frente antimafia”, con el respaldo del peronismo, por el partido Nueva Dirigencia, justamente fundado por Béliz. Ahí conoció a Alberto Fernández, candidato a legislador por esa misma lista.

De hecho, fue Fernández quien acercó a Béliz y a Kirchner, que lo nombró su ministro de Justicia apenas asumió en 2003. Tras la denuncia contra Stiuso, la relación terminó mal y el final ya es conocido. "Kirchner te humilla", llegó a decir Béliz, tras su traumática salida del gobierno.

 “Terminó su vínculo con el BID y le propuse que me ayudara. Y lo está haciendo con enorme generosidad. Me pone muy contento. Es un hombre de enorme valor. Tiene un conocimiento y una mirada formidable”, reveló Fernández blanqueando el retorno.

Para las elecciones de 2007, Béliz amagó con un regreso político que nunca se concretó: quien lo había tentado en ese momento era Lilita Carrió, candidata ese año a la Presidencia, pero no logró convencerlo y el ofrecimiento quedó en la nada.

Su nombre volvió a escucharse recién en las últimas semanas, cuando reapareció públicamente en un acto de campaña de Alberto Fernández, en la Facultad de Agronomía de la UBA, donde presentó su plan contra el hambre. Fue el primer paso para su regreso a la actividad.

 “Terminó su vínculo con el BID y le propuse que me ayudara. Y lo está haciendo con enorme generosidad”, reveló Fernández blanqueando el retorno. “Me pone muy contento. Es un hombre de enorme valor. Tiene un conocimiento y una mirada formidable”, lo alabó.

Luego, le encomendó comandar la transición, una tarea que se divide con otros tres dirigentes de extrema confianza del mandatario electo: Santiago Cafiero, Cecilia Todesca y Vilma Ibarra.

No está claro aún que piensa Cristina Kirchner, pero sí que el regreso de Béliz habla, a priori, de la autonomía con la que Fernández se dispondría a armar su Gabinete.

¿Cuál será el cargo que le tiene reservado Alberto? Aún no se sabe, pero un rumor extendido es que podría tener como tarea desactivar la AFI (ex SIDE). Sería toda una señal, dado el rol clave que jugó esa dependencia del Estado en su prolongado exilio político.

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